'Lo de Évole': «En VOX hay nazis y además de los legendarios»
Un militar neonazi arrepentido charló con Jordi Évole revelando cómo fue su paso por la extrema derecha española, comparando su discurso con el de la formación de Abascal
joseba fiestras
Lunes, 3 de mayo 2021, 09:16
Lleva a Rudolf Hess tatuado en su espalda, «para mí significaba el máximo exponente de la lealtad a una idea y a una persona», argumentaba el militar neonazi arrepentido que protagonizó el último 'Lo de Évole'. Solo tenía catorce años cuando, viendo un documental sobre la II Guerra Mundial, se quedó cautivado con la figura de Hitler. «Nunca había visto a tanta gente enfervorizada», rememoraba. Era un chaval normal que acabó rapándose la cabeza y volviéndose más agresivo a medida que se adentraba en grupos radicales.
Formó parte de Resistencia Aria, «la web más visitada de esa temática», precisaba. Y eso que eran muy pocos los que estaban detrás, pero un diario publicó un artículo que exageraba los datos y esa «mentira» le condujo a una reflexión: «Si mienten con algo tan ridículo como lo nuestro, imagínate con algo importante». Y de ahí a cuestionar el holocausto judío. «Mi padre me sentó en la tele para ver 'La lista de Schindler' y me reía con cada escena grotesca. Secuencias que harían palidecer a una persona normal, a mí me provocaban carcajadas. Estaba completamente convencido de que todo aquello era mentira. Y mi padre me miraba cómo pensando qué coño he criado yo aquí», relataba.
Su madre le pidió entre lágrimas que no fuese nazi, «pero para mí era como pedirme que dejara de ser yo», relataba recordando cómo se encontró a su progenitora desmayada tras encontrar unas chapas con esvásticas en su cuarto. «Me di la media vuelta y me fui», aseguraba. Galicia se le quedó pequeña y se fue a Madrid. Allí ingresó en el Ejército y militó en Alianza Nacional. «Cuando apareció VOX nos ofreció hacer una coalición y lo rechazamos porque lo considerábamos un partido demasiado blando», sostenía declarando a continuación que piensa que en España, actualmente, hay un riesgo serio de que se produzca un atentado de la extrema derecha.
«A raíz de la llegada de VOX, una parte muy grande de su discurso, especialmente lo tocante a la inmigración, la defensa a ultranza de España y la crítica al feminismo, converge al cien por cien con el que teníamos nosotros. Son cosas de las que hablábamos y ahora las ves en sesiones parlamentarias», avisaba. E insistía: «Veo con muchísima claridad cómo un discurso que antes era claramente marginal, ahora es normal verlo en bares, en la calle… y sobre todo en el Congreso. El lenguaje que utilizan es el mismo». Y no tenía reparos en proclamar: «En VOX hay nazis, y además de los legendarios».
Un amigo filósofo le hizo recapacitar y afrontar un proceso en el que todo su mundo se vino abajo. «Imagínate que te despiertas un día y no sabes quién eres», comparaba. Llegó a meterse una pistola en la boca para acabar con todo, pero no lo hizo, «y muchas veces me he arrepentido de ello«, decía. Hoy sigue en terapia, «lo mejor que he hecho en mi vida», detallaba, y quiere aprovechar su experiencia para prevenir y aleccionar a la sociedad. A consecuencia de ello ha recibido amenazas. «Si vienen a por mí no me van a pegar una paliza, me van a matar. Pero es que solo hay dos opciones: o que me maten o que se acostumbren a mí porque yo voy a estar para largo», remataba.