Robert Treviño, durante un ensayo con la Euskadiko Orkestra. Iñigo Royo

El juzgado dicta que Treviño no tenía un contrato laboral con Euskadiko Orkestra

La sala de lo Social nº 4 da la razón a la formación sinfónica en la demanda del director tras su despido y estima que la relación era mercantil

Miércoles, 15 de octubre 2025, 13:56

El juzgado de lo social nº 4 de Donostia ha atendido el planteamiento de Euskadiko Orkestra en la demanda que interpuso su exdirector, Robert Treviño, ... contra la entidad, a la que reclama una indemnización por despido improcedente. El juzgado ha argumentado que «el vínculo que mantenía con ella el demandante era de naturaleza mercantil y no laboral, y por lo tanto no era esta la jurisdicción competente para conocer su demanda».

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De esta manera, el juzgado falla estimando «la excepción de incompetencia de jurisdicción, sin entrar a conocer el fondo del asunto». Así, el caso deberá ir por la jurisdicción mercantil y no laboral, tal y como reclamaba la Euskadiko Orkestra.

El juzgado ha llegado a la conclusión, según se recoge en la sentencia, de que Treviño «tiene una organización empresarial propia que le permite desarrollar su actividad a lo largo de cuatro continentes, teniendo una estructura de representación en cada zona del planeta que le interesa, y que es el propio actor el que gestiona su actividad en función de sus propios intereses, sin estar sometido a una organización ajena, como sería la Orquesta de Euskadi, pues ese sometimiento a un tercero, ya sea la Orquesta de Euskadi o cualquier otra entidad, le impide gestionar su actividad».

En el auto también se señala que era el director quien, cuando algunos de sus compromisos se solapaban en las fechas, decide cual cumplir y cual cancelar, «por lo que el vínculo existente entre las partes no es de naturaleza laboral», como pretende Robert Treviño, «sino de naturaleza mercantil» pues de otro modo «no podría desarrollar su actividad en el modo en el que lo hace, coordinando actuaciones en lugares muy alejados geográficamente, pero muy cercanos en el tiempo».

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El tribunal concluye que el texano «tenía una organización empresarial propia» para el desarrollo de su actividad

El juzgado también entiende que Treviño «es consciente de ello» como se desprende de los contratos que firmó con Euskadiko Orkestra que «no son laborales, sino contratos que ambas partes denominan de prestación de servicios, y en cuya cláusula octava se pacta expresamente que esos contratos se regirán por las normas del Código Civil que regulan el arrendamiento de servicios».

Asimismo se específica que el entonces director de la formación sinfónica vasca «podía haber solicitado la firma de un contrato laboral, pero en este caso estaría sometido al poder de dirección de un tercero, y carecería de autonomía para poder llevar a cabo la actividad que realiza por todo el mundo».

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La resolución no es firme

La resolución no es firme y cabe interponer recurso ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

El derrocamiento de Treviño llegó el 27 de enero, cuando el consejo de administración de Euskadiko Orkestra rescindió su contrato y también el del director general, Oriol Roch. La medida, en el caso de Treviño, fue fulminante y se hizo efectiva ese mismo día. Desde entonces, y a lo largo de toda esta temporada, la Euskadiko Orkestra carece de director titular.

El maestro texano llevaba ocho años al frente de la formación vasca, tenía un contrato que se renovaba automáticamente y su partida dejó en el aire los conciertos de abono del último programa de la temporada 2024/25 (del 30 de mayo al 5 de junio). Para los demás, se contaba con batutas invitadas. La crítica especializada siempre ha reconocido su labor con la Euskadiko Orkestra, subrayando su capacidad para elevar el nivel, situarla en el mapa internacional de la música clásica y sacar grabaciones de calidad. Sin olvidar que fue la primera orquesta que reanudó la actividad a nivel estatal en tiempos de la pandemia. Nadie ha puesto nunca en duda el ímpetu de su liderazgo.

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Treviño fue destituido el pasado 27 de enero y desde entonces la formación carece de director titular

Lo que no gustaba tanto –la situación presuntamente se hizo insostenible– eran sus maneras y el efecto que causaba sobre las personas que trabajan a sus órdenes. Desde hacía tiempo era un secreto a voces el malestar entre la mayoría de los músicos, que alegaban acoso laboral y un ambiente de tensión y sometimiento impropio de una empresa del siglo XXI.

En abril Roberto Ugarte tomó el relevo, en sustitución de Oriol Roch, como director general de la orquesta y tres meses más tarde la Sinfónica del Principado de Asturias apostó por el propio Roch como gerente. Sin embargo, el cargo de director titular sigue vacante.

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