Sara Baras | Bailaora
«El flamenco no tiene pasaporte, porque va directo al corazón»
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Sara Baras | Bailaora
«El flamenco no tiene pasaporte, porque va directo al corazón»Pasarse por la sobrina de Paco de Lucía fue la artimaña que empleó Sara Baras (Cádiz, 1971) para colarse en una prueba de sonido del ... genio de la guitarra en un local de Tokio. «Pero ¿no me ves los ojos? ¡Soy su sobrina!», le dijo envalentonada la bailaora recién cumplida la mayoría de edad al personal de seguridad. A partir de entonces, el músico algecireño siempre se refería a Baras como su sobrina, y fruto de esa relación tan especial y, sobre todo, de la profunda admiración y respeto que sentía por él surge 'Vuela', que homenajea a Paco de Lucía en el décimo aniversario de su fallecimiento y que también celebra las bodas de plata del Ballet Flamenco de Sara Baras. En 25 años, la compañía ha ofrecido más de cinco mil funciones en escenarios tales como el Royal Albert Hall de Londres, el Teatro de los Champs-Elysées de París, la Ópera de Sídney, el City Center de Nueva York o el Bunkamura de Tokio. Con el cartel de «no hay entradas» desde hace semanas, la artista gaditana vuelve al Kursaal esta tarde y mañana. Y anuncia nueva función el 13 de diciembre.
–Octava visita con su compañía al Kursaal y doble lleno, ¿con qué sentimiento se enfrenta a las dos funciones?
–El público de San Sebastián es tan entendido en música, danza y cultura que voy súper ilusionada. El Kursaal es un teatro que me encanta y me llama la atención el número de veces que hemos actuado allí y el cariño bestial que me demuestra siempre el público.
–¿Qué es 'Vuela'?
–'Vuela' es un espectáculo que celebra los 25 años de una compañía privada de baile y lo celebra en homenaje al maestro Paco de Lucía. Lo primero que pensamos fue en la evolución que hemos tenido durante estos 25 años y cuál es la influencia más grande. Paco de Lucía ha sido uno de los maestros más importantes a nivel profesional y personal, así que poder dedicarle esta celebración ha sido todo un regalo. Nunca voy a bailar lo suficiente como para poder dedicarle un espectáculo al maestro de Lucía, sin embargo, el agradecimiento que siento es infinito. En 'Vuela' hay momentos dedicados a él, momentos en los que se coreografía su música y momentos en los que la música nueva está pensada desde su influencia.
–¿Cómo fue su relación con Paco de Lucía?
–Como persona era igual de grande que como artista. He tenido la suerte de tener una amistad muy bonita con él y es el artista que más me ha marcado. Él me insistía mucho en el trabajo y en que la inspiración te pillara trabajando. También, en que aprendiera de otras culturas, pero que no olvidara de dónde venía. Era de esos artistas que te infunden muchísimo respeto, aunque él era muy cercano.
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–Madera, mar, muerte y volar son las cuatro partes de 'Vuela', ¿cómo se relacionan con el maestro?
–'Madera' es la tradición. 'Madera' es Paco. Él fue quien introdujo el cajón en el flamenco. 'Mar' es la pasión por nuestra tierra, Cádiz. Quien vive cerca del mar sabe lo importante que es para nosotros. 'Muerte' es la rabia y el dolor por perder a un ser querido, pero también el agradecimiento por haber tenido personas tan importantes en nuestras vidas. 'Volar' es la celebración de los 25 años de la compañía. Ahí viene el agradecimiento a la vida por poder dedicarnos a algo que nos apasiona como el baile. Visto desde fuera, el hilo argumental es la evolución de estos 25 años, tanto profesional como personal.
–¿Qué le hace volar a Sara Baras?
–En este caso, me hace volar la música del maestro, pero ¿qué me hace volar? Pues el agradecimiento que siento a nuestro público. No tengo palabras suficientes para agradecer que la respuesta del público mantenga a la compañía año a año.
–¿Cuál es el secreto del flamenco para conectar con públicos de diferentes partes del mundo?
–Creo que técnicamente es un arte muy difícil y con un abanico de posibilidades muy amplio entre los diferentes estilos, tonalidades, ritmos, etcétera. Pero además de la técnica, sin alma no se puede hacer flamenco. Siempre digo que el flamenco no tiene pasaporte, porque va directo al corazón. Es muy curioso que el público de la Ópera de Sídney y el de aquí te responda de la misma manera: con un olé.
–¿Cómo ha evolucionado su forma de bailar en los 25 años de compañía?
–Muchísimo, como la vida misma. Por mucho que estudies, que trabajes la técnica, que te prepares con un entrenador físico para mantenerte fuerte, todo lo que vivas siempre está muy presente. Debe haber una entrega de tu corazón. Yo pensaba que con la edad bailaría menos fuerte y sinceramente, sigo muy fuerte, pero pienso que la madurez me ha dado otro peso artístico. Al principio de tu carrera, te llama la atención hacer lo técnicamente más difícil, lo más rápido, los giros más complicados. A medida que vas creciendo como artista, te vas dando cuenta de que la dificultad no está en la velocidad sino en la calidad de lo que haces: un gesto, una parada en el escenario o simplemente andar. Se sufre porque técnicamente quieres estar muy bien, pero se disfruta más que antes de un silencio, de una nota musical, de un momento mágico de luz o de pisar el escenario.
Espectáculo: 'Vuela'.
Coreografía: Sara Baras.
Lugar: Auditorio Kursaal.
Fecha: Viernes y sábado, a las 20.00 horas.
Entradas: Agotadas.
–Por último, ¿qué es la danza para usted?
–Mi vida está llena de baile desde que tengo uso de razón. He tenido más facilidad para expresarme bailando que de ninguna otra forma, y es muy bonito poder conectar con todo tipo de personas a través del baile. La danza es dejarte llevar y volar, es hacer la música, pero con tu propio cuerpo: la danza es dibujar con tu cuerpo.
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