La restauración del cuerpo de la catedral del Buen Pastor dará comienzo en junio
El proyecto, que da continuidad a la recuperación de la torre, se ejecutará en dos fases y primero se acometerá la mitad orientada al este
A punto de cumplirse dos años del fin de la restauración de la torre del Buen Pastor ha llegado el turno de recuperar el resto ... del conjunto monumental. El proyecto para devolver a la fachada del cuerpo de la catedral su aspecto original está ya finalizado y en fase de licitación. Si se cumplen los plazos previstos, la intervención dará comienzo en junio y se acometerá en dos fases: primero se restaurará la mitad orientada al este, la de la izquierda si se mira de frente la catedral, y luego el resto. La obra, que en su primera fase costará 2,1 millones, será sufragada en un 75% por el Gobierno central.
El aspecto exterior del Buen Pastor deja mucho que desear, sobre todo si se compara con su torre recientemente rehabilitada. La piedra del edificio está recubierta por una pátina oscura que contrasta con la claridad de la arenisca de la estructura vertical que se terminó de restaurar hace ahora un par de años. La memoria del proyecto indica que aunque la catedral «no está en peligro de ruina ni requiere una intervención de emergencia, sí está en un estado de conservación deficiente», lo que hace aconsejable que se dé continuidad a la obra emprendida en la torre «para completar la intervención en la totalidad de la envolvente exterior del edificio».
Cascotes desprendidos
Camino de cumplir 124 años, la catedral donostiarra ha sido objeto de escasas intervenciones en lo que se refiere a mantenimiento. En la década de los cuarenta del siglo pasado se hizo una obra para tratar de proteger la estructura metálica original de la torre, su elemento más expuesto y también el que estaba más deteriorado. Treinta años más tarde, en los setenta, «se revocó con un mortero cementoso una parte importante de la piedra arenisca degradada, además de ejecutar entramados de vigas de hormigón a distintos niveles, tanto en la torre principal como en las laterales. A su vez, se han ido realizando trabajos de mantenimiento habituales con la finalidad de evitar daños mayores».
Esas intervenciones no impidieron, sin embargo, que en abril de 2019 se desprendiesen unos cascotes del techo del templo mientras los feligreses asistían a misa, recuerda la memoria del proyecto. El incidente se debió a unas filtraciones que pusieron de manifiesto las deficiencias en la cubierta. «Los cascotes no causaron ningún daño, pero la zona quedó acordonada y se barajó el cierre del monumento durante la Semana Santa de aquel año».
Tanto la cubierta como la fachada de la catedral padecen las consecuencias de su exposición a las inclemencias meteorológicas y a la sal que transporta el viento que viene del mar. «El proceso de deterioro petrofísico de la catedral responde a las fases de humectación-evaporación de los elementos pétreos expuestos a los agentes atmosféricos y el salitre marino. Con el agua de lluvia las sales presentes en la piedra se diluyen. Estas sales pueden ser propias (sulfatos), de aportación marina (cloruros) o de aportación biológica (nitritos, por guano de aves). El efecto del sol activa el proceso de evaporación, haciendo que las sales disueltas se cristalicen, aumentando su volumen y produciendo patologías de arenización y/o deplacaciones».
El proyecto de restauración ha sido redactado por Zetabi Arkitektura, el estudio de Bergara que acometió la rehabilitación de la torre de la catedral. Se trata de una intervención que pone el foco en tres elementos: la recuperación de las superficies de piedra, la rehabilitación de las vidrieras y la reparación de las cubiertas. «Las superficies pétreas -resume Aitor Zubia, el arquitecto responsable de la obra- deberán sanearse, limpiarse, desalarse y consolidarse según los resultados de los análisis; además se rejuntearán todas las llagas y tendeles, una vez recuperados los volúmenes de las piezas afectadas».
En lo que se refiere a las cubiertas del templo, el arquitecto apunta que «tienen deficiencias puntuales que es necesario reparar. Se sustituirán las pizarras deterioradas y se repasarán los remates de zinc. Se ha detectado que el remate de cumbrera no está engatillado, sino solapado, así que se estudiará su estado para valorar la necesidad de sustituirlo. Los canalones y las bajantes -añade- se cambiarán».
Vidrieras abombadas
La parte más delicada de la intervención es la restauración de las vidrieras que adornan la fachada y dan luz al interior de la catedral. «En el Buen Pastor hay 500 vidrieras, las mejores de ellas colocadas en los muros del baptisterio, que llevan la firma de la casa catalana Pujol», apunta Zubia. La reparación de las vidrieras se llevará una buena parte del presupuesto de la restauración, más de 422.000 euros. «Como no se pueden restaurar 'in situ', hay que desmontarlas una por una y trasladarlas al taller donde serán reparadas». Será un proceso complicado que requerirá la instalación de una notable estructura de andamios para acceder a ellas. Una vez desmontadas, los huecos serán cerrados con tableros de madera para proteger el interior del templo de las inclemencias meteorológicas.
Muchas vidrieras están abombadas por el efecto combinado de los fuertes vientos y el deterioro del plomo y los bastidores que sujetan los paneles. Su reparación conlleva no solo la recuperación del aspecto original de los vidrios sino también la colocación de nuevos marcos de latón y la restauración de la red de plomo que bordea los paneles.
El proyecto contempla además la instalación de un sistema de protección de las 'nuevas' vidrieras conocido como acristalamiento isotérmico. «Consiste básicamente en la instalación de un vidrio de protección entre los paneles originales y el exterior que protege a la vidriera de los agentes exteriores. Esa protección -añade el arquitecto- iguala los niveles de temperatura y humedad en ambas caras de la vidriera, de forma que evita la formación de agua de condensación sobre los vidrios».
El presupuesto de la primera fase del proyecto, que está en periodo de licitación hasta el 2 de mayo, asciende a 2.166.057 euros y será financiado en un 75% por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana mediante el programa 1,5% Cultural. El resto será aportado por el Obispado a través del Gobierno Vasco y otras instituciones. Si los plazos se cumplen, la obra dará comienzo el próximo mes de junio y se prolongará un año.
Un mortero francés similar a la piedra arenisca de Igeldo
La empresa francesa Saint Astier ha desarrollado un mortero especial que copia el color de la piedra arenisca de Igeldo que se utilizó tanto en la construcción del Buen Pastor como en otros muchos edificios de San Sebastián. La firma gala, una de las más reputadas del sector, ha patentado incluso el producto con el nombre registrado 'Mortero Harrite/Donosti'. Se trata de un material desarrollado por especialistas de la empresa en colaboración con técnicos del departamento foral de Cultura durante la restauración de la torre del Buen Pastor.
El mortero se utiliza tanto para el sellado de grietas y fisuras como para la reconstrucción de elementos de piedra que han perdido volumen por el deterioro de la piedra arenisca, muy sensible cuando está expuesta directamente a las inclemencias atmosféricas. «Se realizaron unos estudios petrológicos de las areniscas que provenían del monte Igeldo y a partir de ahí se desarrolló un mortero específico que asegura su compatibilidad con el material original».
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