Se refuerza la hipótesis de la huella vascona en las Tierras Altas de Soria
Estelas funerarias de esa comarca que se exponen en San Telmo muestran, además de los usos funerarios de los siglos I y II, nombres vascónicos
Las Tierras Altas de Soria se incrustan en La Rioja, concretamente en la comarca de Arnedo, como el extremo redondeado de la pieza de ... un puzzle. Un extremo serrano y, desde hace décadas, cada vez más vacío, donde la escasa presión urbana y humana ha permitido recuperar una cantidad inusualmente alta –cuarenta, hasta la fecha– de estelas funerarias de época romana, de los siglos I y II de nuestra era.
Investigadores como Eduardo Alfaro, que forma parte del proyecto de investigación arqueológica 'Idoubeda oros' llevan años estudiándolas como vía para conocer mejor el pasado de la comarca. Fue analizando las inscripciones de las estelas, escritas en latín pero con presencia de los nombres indígenas de los difuntos y sus familiares, como se encontraron con el euskera.
LOS DATOS
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Exposición 'Euskal sustraiko jende izenak erromatar epigrafian. Soriako Tierras Altasko hilarriak'/'Nombres personales de origen vascónico en la epografía romana. Estelas de Tierras Altas de Soria'.
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Fechas Hasta el 16 de enero.
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Actividades. Conferencias Eduardo Alfaro (cast.) el día 16. Joakin Gorrotxategi (eus.) el 24. Visitas guiadas (eus.) 18 y 25.
Tal vez sea más preciso decir que encontraron huellas de antecesores del euskera como el aquitano o el vascónico, restando fuerza a hipótesis que primaban la vía celtibérica e ibérica, y dando lugar a nuevas visiones del pasado. Del pasado de las Tierras Altas, y también del pasado del euskera.
Seis de esas estelas, junto con una prerromana hallada en Oiartzun que forma parte de la colección del Museo San Telmo, integran la exposición 'Nombres personales de origen vascónico en la epigrafía romana', que permanecerá abierta en el claustro hasta el 16 de enero de 2022.
La muestra, que pudo verse fugazmente en el Laboratorium de Bergara hasta que la segó la pandemia, ha sido organizada por Donostia Kultura y San Telmo junto con 'Idoubeda oros' y Euskaltzaindia. En el marco de la misma se han organizado dos conferencias, una de Eduardo Alfaro, en castellano, el próximo día 16, y otra de Joakin Gorrotxagi –catedrático de Lingüística, especializado en el estudio del denominado protoeuskera y académico correspondiente de Euskaltzaindia– en euskera, el día 24.
También se han programado dos visitas guiadas, ambas en euskera y conducidas por el académico correspondiente Luis Mari Zaldua, los días 18 y 25, y un taller familiar, el 4 de diciembre.
Sesenco, nombre vascón
En la presentación de la exposición, cuya importancia destacaron la directora del Museo San Telmo, Susana Soto, el concejal de Cultura y Euskera del Ayuntamiento de San Sebastián, Jon Insausti, y la delegada de Euskaltzaindia y académica de número Miriam Urkia, Eduardo Alfaro y Joakin Gorrotxategi hicieron hablar a unas estelas que los ojos no iniciados deben mirar con atención para no pasar por alto los detalles.
«La lectura de esos nombres cambió la visión del pasado de la zona, que antroponímicamente es una zona vascona»
Eduardo Alfaro, Arqueólogo
Alfaro recordó que en las estelas del Taller de Tierras Altas se repite un patrón: «En la parte superior, una representación esquemática de la cabeza; una fórmula que indica quién está enterrado y quién ha ofrecido la estela, e imágenes de animales: bóvidos para proteger la tumba en el caso de los varones y ciervas en el de las mujeres, como símbolo de fertilidad. En alguna de ellas también se ven hojas de hiedra, que simbolizan la eternidad. Una de ellas carece de inscripciones. Unos trazos precisos y armónicos reproducen un cuerpo de mujer. «Si no fuera por el extraordinario valor lingüístico de las restantes, sería la estrella», indicó Alfaro.
En gran medida, es el valor lingüístico el que ha dado relevancia a estas estelas, que podrían reunirse en un pequeño e hipotético museo ubicado en la comarca de la que proceden. Una comarca «de mucho movimiento ganadero» –ahí podrá estar una de las claves– a la que, por su proximidad con Numancia, se le han presupuesto vestigios celtíberos que siguen brillando por su ausencia.
«La lengua de la gente de la zona estaba relacionada con el aquitano, con el vascón. Es una hipótesis cada vez más sólida»
Joakin Gorrotxategi, Lingüista
El que cambió el sentido del juego e hizo reconsiderar lo que se sabía o intuía sobre la onomástica indígena fue Antesio Sesenco, hijo de Paterno, un joven muerto a los 20 años. Convertir Sesenco en Zezenko (torito) basta para entender cómo emergió la primera pista aquitana que llevó a privilegiar la hipótesis vascona.
Sesenco, según Jokin Gorrotxategi, «confirmó las sospechas» y «la antroponimia vasco-aquitana ayudó a entender mejor las características de algunos nombres indígenas». No hay más ejemplos tan transparentes como el de aquel joven con nombre vascón, pero el hallazgo de otras evidencias en la misma línea está reforzando la hipótesis inicial: «La lengua de la gente de la zona estaba relacionada con el aquitano, con el vascón. Sigue siendo una hipótesis, pero es cada vez más sólida».
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