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El consejero de Cultura, Bingen Zupiria (2d), y el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia (c), han hablado este viernes sobre la protección del Peine del Viento en un acto en el que han participado familiares del arquitecto Luis Peña Ganchegui y el escultor Eduardo Chillida. Arizmendi

La plaza y esculturas del Peine del Viento serán «bien cultural» con categoría de Conjunto Monumental

El Gobierno Vasco ha aprobado la propuesta y será ratificada tras el plazo de alegaciones. «El siguiente paso es pelear por ser Patrimonio de la Humanidad», dice Goia

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Viernes, 15 de febrero 2019

Es un paso fundamental para rehabilitar y poner en valor ese enclave y por eso se ha presentado con una gran foto de familia en el propio escenario. El Boletín Oficial del País Vasco ha publicado este viernes la propuesta para que el conjunto formado por la plaza y las esculturas del Peine del Viento sea declarado bien cultural calificado con la categoría de Conjunto Monumental. Tras un plazo de 20 días para presentar alegaciones, el Consejo de Gobierno del Gobierno Vasco aprobará la declaración. «Es un paso decisivo para reconocer la trascendencia de este lugar y de sus autores, Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui», ha dicho Bingen Zupiria, consejero de Cultura. «El siguiente reto es conseguir que el Peine sea reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad», añade el alcalde de Donostia, Eneko Goia.

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Rocío Peña y Pedro Chillida, en representación de las familias de los dos creadores, se han congratulado por una «extraordinaria noticia» y esperan que la declaración traiga consigo un plan integral de rehabilitación del entorno. «Hay que intervenir de modo que parezca que no se ha intervenido», ha resumido Rocío Peña. Las instituciones colaboran para que la recuperación del conjunto se inicie en breve «y desaparezca ese feo muro que ahora protege la ladera», en palabras de Goia.

La declaración permitirá poner en valor un bien que cuenta con «un amplio reconocimiento a nivel social, artístico y académico», preservarlo en condiciones de seguridad y mejorar su accesibilidad. Según Zupiria «la sociedad vasca da otro paso de cara a reconocer esta obra, al tiempo que se garantiza una conservación óptima de la misma». El alcalde ha agradecido la «celeridad» y «disposición» del Gobierno Vasco para proteger, con la máxima calificación, el Peine del Viento, »un símbolo de Donostia, patrimonio del país y patrimonio de la humanidad. El Ayuntamiento deberá tomar medidas de protección, algo que ya está haciendo en la ladera y que pretende también hacer de cara a mejorar la accesibilidad. Y sobre todo trabajaremos en una reforma integral que ponga en condiciones el lugar«.

Tras la publicación en el Boletín Oficial del País Vasco este mismo viernes de la propuesta de protección se inicia un periodo de alegaciones de 20 días, contados a partir de este sábado. En caso de no haber alegaciones, el Consejo de Gobierno del Gobierno Vasco procederá a su aprobación mediante Decreto, quedando incluido en el Registro de Bienes Calificados el Conjunto Monumental de la Plaza y las Esculturas del Peine del Viento con su entorno.

La propuesta para la protección del 'Conjunto la Plaza y las Esculturas del Peine del Viento' –tal y como figura en el expediente– tiene en cuenta tres ámbitos: la Plaza diseñada por Peña Ganchegui, las tres esculturas de Eduardo Chillida y el entorno natural, explican en el ejecutivo autónomo. La propuesta tiene como uno de sus ejes esa vinculación entre la obra y la naturaleza. Los elementos constitutivos del bien se protegerán según distintos niveles. La propuesta especifica cuál debe ser el nivel de protección para cada elemento. Así, se consideran elementos de especial protección las tres esculturas de hierro de Eduardo Chillida, incuidas sus bases rocosas; la arquitectura original de la plaza; la ladera natural de Igeldo y «los bajos rocosos no sumergidos permanentemente».

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Los elementos de protección media son la plazuela de acceso y el colector del Antiguo, y no precisan de una regulación de protección la fuente y bancos de la plataforma superior y el murete de adoquín situado entre los estratos del flysch en la plataforma inferior. Se consideran «elementos discordantes», que afectan negativamente a los valores esenciales del mismo y salvo causa mayor deben ser eliminados o sustituidos, «el tratamiento superficial del muro de contención de hormigón de la ladera, el límite antinatural y demasiado notorio del tratamiento de estabilización de la zona alta de la ladera, el vallado de hormigón instalado en la Plaza, los rejuntados de mortero de tono contrastado en la Plaza, las tapas de arquetas no integradas en el diseño de la Plaza, el mobiliario urbano de acero inoxidable instalado en la plazuela de acceso y los elementos adosados a la arquitectura original en la plazuela de acceso, como los cajones de instalaciones de la terraza y la rampa de acceso a la plaza».

El expediente destaca la relación entre la obra y la naturaleza, y propone la protección de la perspectiva visual de la obra, planteando para las visuales marinas un alcance de visión de 1.500 metros, «el establecido por otras normativas de protección del paisaje».

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La propuesta de protección indica que las esculturas, que «el espacio arquitectónico realza», están consideradas como «producto de un momento culminante en la abundante creación plástica de Eduardo Chillida y son una de sus obras más reconocidas». Según recuerda, el propio escultor donostiarra consideró que las tres esculturas, «muy ligadas al sitio y a la ciudad», poseen un «contenido simbólico relacionado con la ciudad, la naturaleza, el espacio y la propia existencia humana, según indica la propuesta. La obra de la Plaza se inició en marzo de 1976 y todo el conjunto se abrió al público el 3 de septiembre de 1977.

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