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Erika Tarilonte, trabajando en el proceso de restauración. EHU

La nueva técnica para salvar pinturas al óleo

Un estudio de la EHU descubre el daño de las veladuras blancas enobras actuales y desarrolla un innovador protocolo para su conservación

Iker Elduayen

San Sebastián

Miércoles, 1 de octubre 2025, 07:07

Hay cuadros que, con el tiempo, parecen cambiar de humor e incluso de color. Pinturas al óleo que un día lucían vibrantes empiezan a apagarse, ... cubriéndose, en algunos casos, por una capa blanquecina, como si alguien hubiera echado sobre el lienzo un velo de niebla. No es una metáfora, sino uno de los problemas más desconcertantes para la conservación del arte contemporáneo.

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El grupo Farmartem, del Departamento de Pintura de la Universidad del País Vasco (EHU), ha dado un paso decisivo para entender esta problemática a partir del estudio del deterioro de una obra afectada por estas veladuras blancas. La pieza, 'Sin título', es un óleo sobre lienzo sin barnizar del artista vasco Santos Iñurrieta (1950–2023). Cuando llegó a manos del equipo, su superficie estaba cubierta por una veladura blanca y quebradiza que parecía un desgaste común, pero la investigación reveló algo más complejo.

«Descartamos que el artista lo hubiera hecho a propósito. Había un proceso químico que estaba atacando la pintura desde dentro», explica la investigadora y restauradora Erika Tarilonte. El daño fue provocado por jabones plúmbicos, compuestos que se forman cuando ciertos materiales, como el secante con plomo usado en la pintura, reaccionan y migran lentamente a la superficie, generando ese efecto de 'niebla' blanca.

Para llegar a esta conclusión, el equipo desplegó una batería de radiografías, espectroscopías, cromatografías y microscopía. Se sumergieron en los materiales y capas del cuadro como si estudiaran un organismo vivo. El resultado fue un protocolo de análisis sin precedentes que ahora ofrece una hoja de ruta para enfrentarse a otros deterioros similares en pinturas al óleo contemporáneas.

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Prueba del tiempo

No todas las manchas blancas son iguales. Algunas se deben a la cristalización de sales, mientras que otras provienen de hongos o ceras que migran con el tiempo. La ventaja del nuevo protocolo es que permite seleccionar las técnicas analíticas adecuadas para cada caso, ahorrando tiempo y recursos, y protegiendo mejor las obras.

Más allá del avance científico, esta investigación abre el debate sobre cómo envejecen las obras contemporáneas, cuyos materiales y técnicas aún no han pasado la prueba del tiempo. El estudio forma parte de la tesis doctoral de Tarilonte y ha contado con la colaboración de grupos como IBeA y Fungal and Bacterial Biomics, además del apoyo de la plataforma científica SGIker. También se integra en un proyecto de conservación de la colección de la Fundación Orbegozo, una de las más importantes en Euskadi, que alberga obras de artistas como Zumeta, Ortiz de Elgea o Juan Mieg.

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La investigación combina técnicas avanzadas para estudiar el envejecimiento y poder llegar a tratar las pinturas contemporáneas

La restauración, por tanto, es una tarea que va más allá de limpiar o retocar; requiere investigar el envejecimiento y la composición de cada obra. Muchas técnicas y materiales contemporáneos aún no están totalmente catalogados, lo que dificulta la intervención.

«Todavía queda mucho por investigar», reconoce Tarilonte, «pero esta metodología abre un camino claro para mirar bajo la piel de la pintura, entender su evolución y actuar con precisión». Porque para conservar el arte del presente, a veces hay que aprender a ver lo invisible. Incluso esa niebla blanca que parecía solo un síntoma del tiempo resulta ser una pista hacia el corazón mismo de la obra.

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