La noche incendiada

Inauguró la función Kyxo, grupo de Urnieta tan nuevo que en internet sólo cuentan con una canción «subida al eMule» que tuvieron que tocar dos veces para alargar el bolo. En media hora que incluyó una versión de Izaki Gardenak exhibieron actitud y frescura con un rock poliédrico al que habrá que seguir la pista.

En su cuarta visita, Él Mató a un Policía Motorizado llenó al fin el Dabadaba. Ante un público más plural y joven –¿será por el efecto Amaia Romero?–, la banda platense fundió distorsión y melodía en una flamígera cópula de hora y tres cuartos. Tras abrir con 'La síntesis O'Konor', instrumental al que luego se sumó 'Postales negras', hubo guitarras descarriadas ('La cobra'), doblete de baterías ('Las luces') y piezas más amables como 'La noche eterna', uno de los primeros himnos del karaoke; la percusiva 'Destrucción' o la popera 'El tesoro'. «Temazo tras temazo», como repetían dos groupies masculinos en primera fila.

No faltaron 'Buscando más allá' ni 'El perro', los dos únicos mantras nuevos de 'La otra dimensión' (2019), disco en el que se han versionado a sí mismos, ni momentazos como 'Nuevos discos' y 'Yoni B', monumental dupla que dejó afónico al respetable y al inefable Santiago Motorizado. Luego, 'Excalibur' y 'Mundo extraño' dieron paso a 'El fuego que hemos construido', repleta de dinámicas extremas.

En los bises mezclaron 'La casa fantasmal' y 'Más o menos bien' con canciones más bailables como 'Ahora imagino cosas' y 'Fuego', enésima alusión a las llamas que tan bien definen la esencia de los argentinos. Así, 'Chica de oro' y 'Prenderte fuego' estallaron en un akelarre ruidista digno de los mejores Yo La Tengo que terminó de incendiar la noche.