Wayne Marshall: «El objetivo de la improvisación es crear música espontánea sin preparación, es lo que más me gusta»
El británico ofrece esta tarde un concierto de órgano en Santa María con música romántica e improvisaciones
El músico británico Wayne Marshall (Oldham, 1961) vuelve a Donostia para un concierto de órgano esta tarde en la basílica de Santa María (20.00 ... horas). Colaborador de la Euskadiko Orkestra -la dirigió por primera vez en 2003-, esta vez ofrece un recital con música romántica e improvisaciones en el marco de la 86ª Quincena Musical.
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- Ha actuado varias veces en San Sebastián. ¿Qué destacaría de la ciudad?
- Es una ciudad maravillosa, única, con una orquesta y una sala de conciertos excelentes, sin olvidar la excelente comida. Además, alberga varios órganos Cavaillé-Coll increíbles.
- Le hemos visto dirigiendo música americana, tocando el piano y el órgano. ¿Qué faceta musical prefiere?
- Disfruto haciendo todo tipo de música. No me gusta decir que estoy especializado en el repertorio estadounidense, pero me gusta mucho dirigirlo e interpretarlo, especialmente compositores como Gershwin, Bernstein o Duke Ellington. Siento que es música que realmente entiendo, y tengo una gran afinidad con el jazz. Como intérprete, disfruto tocando jazz, y como director, me resulta desafiante conseguir que las orquestas toquen en este estilo.
- Es un artista inclasificable. ¿Diría que no hay fronteras para la música?
- En la música no hay límites, no hay fronteras; yo soy músico y toco jazz y música clásica. Empecé a tocar el piano a los tres años, improvisando, y a los ocho, cuando empecé a leer música, fue en realidad la continuación de lo que había empezado y desarrollado como músico de oído. Hoy en día, la mayor parte de lo que hago no se basa solo en la improvisación, y creo que tengo esta capacidad extra de ser un poco más creativo gracias a mi pasión por la improvisación.
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- ¿No cree entonces en la especialización?
- Disfruto de ciertos aspectos de la música de la música estadounidense, pero no me describiría como un especialista. Simplemente es una música que disfruto.
«No me gusta decir que estoy especializado, pero me gusta mucho dirigirlo e interpretarlo, siento que es música que entiendo»
- Esta vez actúa en el ciclo de órgano, instrumento que ha declarado que es su verdadera pasión. ¿Por qué?
- Llevo tocando el órgano desde los ocho años, y recuerdo la primera vez que lo hice en mi ciudad natal, Oldham, en Lancashire. Estaba en el colegio y siempre asistía a la iglesia los domingos a los servicios religiosos con mis padres. El instrumento me fascinaba y dio la casualidad de que, durante un ensayo la profesora de música me pidió que tocara un acorde. El resto, como se suele decir, es historia.
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- Hoy ofrece un concierto en la basílica de Santa María. ¿Qué destacaría de su Cavaillé-Coll?
- Tanto este instrumento como el de Azkoitia son instrumentos fabulosos. Lo toqué por primera vez hace muchos años y me impresionó. Es un órgano muy especial, con un sonido muy orquestal, audaz y romántico, y la iglesia también tiene una acústica fabulosa. En mi opinión, también es interesante la posición del instrumento. No es habitual que esté en el lado sur de la iglesia, al fondo, en un lateral, por lo que no está orientado hacia la iglesia, sino en un lateral. Aun así, su sonido se integra magníficamente en el edificio.
- ¿Qué es lo que más valora en un órgano?
- Creo que un órgano debe ser un instrumento maravilloso en muchos aspectos: la sonoridad, los registros, las facilidades para tocarlo y, por supuesto, su ubicación en el edificio y la acústica. Es, además, importante que la acción del instrumento sea agradable y rápida. También es bueno que el órgano tenga la mayoría de los registros reconocidos.
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- ¿En qué medida le marca un instrumento a la hora de diseñar y tocar un programa?
- Interpreto mucha música romántica francesa, porque es la que mejor se adapta a mí. El romanticismo de Widor, Vierne y Frank me resulta irresistible, así como su estilo, que realmente encaja con mi personalidad. Cada órgano es diferente, lo cual es fascinante. Así que es importante dedicar mucho tiempo a practicar con el órgano para familiarizarse con él. Y, obviamente, la elección del programa debe reflejar, básicamente, los colores y el registro disponibles en el órgano en el que se va a interpretar.
«El órgano de Santa María es muy especial, con un sonido muy orquestal, audaz y romántico, con acústica fabulosa»
- Además de las obras de estos compositores hoy ofrecerá unas improvisaciones. ¿Las piensa a priori o se deja llevar por la magia del directo?
- Para mí, actuar es algo natural, disfruto actuando y una actuación es un espectáculo: tiene que entretener al público. Nunca sé exactamente cómo va a resultar la improvisación. Nunca preparo la improvisación con antelación, simplemente me gusta tener el tema y luego seguir adelante. El objetivo de la improvisación es crear música espontánea sin preparación. Eso es lo que más me gusta.
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- ¿Qué lugar ocupa la improvisación en su carrera?
- La improvisación siempre ha sido una parte muy importante de mi vida como músico, esa capacidad de crear algo. En cierto modo, soy un poco perezoso. Soy compositor, sí, pero la improvisación es composición. Yo siempre grabo mis improvisaciones. Ojalá tuviera más tiempo para sentarme y escribir, pero ser padre de dos hijos y músico itinerante, no solo como organista, sino también como director, me limita mucho el tiempo. Así que me gusta improvisar y grabar mis improvisaciones para poder escucharlas. Y para mí, es una parte fundamental de mi creación musical, porque, en cierto modo, comparto con el público mis habilidades creativas.
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