Robert Treviño lleva a los tribunales a la Euskadiko Orkestra por su despido
El director tenía contrato indefinido y fue cesado de manera fulminante en enero por su mala relación con los músicos
La relación entre la Euskadiko Orkestra (EO) y su última batuta titular, Robert Treviño, ha terminado en los tribunales. Según ha podido saber DV, el maestro texano ha interpuesto una demanda contra la entidad, dependiente del departamento de Cultura del Gobierno vasco, a la que reclama supuestamente una indemnización por despido improcedente. Ninguna de las partes implicadas, llamadas a comparecer en un proceso ya abierto en un juzgado de San Sebastián, ha querido aportar más detalles, pero de acuerdo con las diversas fuentes consultadas el panorama es claro: Treviño exige una suma cuantiosa por la rescisión sorpresiva y abrupta del contrato indefinido que lo vinculaba con la orquesta. De momento ya han comparecido algunos músicos de la EO ante el juez, así como Oriol Roch, exgerente de la propia agrupación musical. ¿Cuánto dinero pide Robert Treviño? ¿Se le dará satisfacción a costa del bolsillo del contribuyente vasco?
Se rescindió el contrato de Oriol Roch, director general de la orquesta y valedor de Treviño
Son preguntas todavía sin respuesta, a la espera de que el departamento vasco de Cultura despeje las dudas. La Euskadiko Orkestra nació en 1982 bajo su amparo y su consejo de administración está presidido por la consejera y vicelehendakari primera Ibone Bengoetxea. La EO se presenta en el extranjero como la Orquesta Nacional del País Vasco, en calidad de embajadora musical con sede en San Sebastián, y nunca le ha faltado calidad. Lo que ahora no tiene es un líder en el podio. El derrocamiento de Treviño llegó el 27 de enero, cuando el consejo de administración de Euskadiko Orkestra rescindió su contrato y también el del director general, Oriol Roch. La medida, en el caso de Treviño, fue fulminante y se hizo efectiva ese mismo día.
«Hice lo que dije que haría»
Muchos se extrañaron pero muy probablemente no más que el propio afectado. En su última entrevista concedida a un medio español, la revista especializada Scherzo, aseguraba que «el nuevo Gobierno (Vasco) sabe lo que he hecho por la orquesta y lo aprecia. Creo que la gente confía en mí por una razón muy básica: he hecho lo que dije que venía a hacer». El maestro texano llevaba ocho años al frente de la formación vasca, tenía un contrato que se renovaba automáticamente y su partida dejó en el aire los conciertos de abono del último programa de la temporada 2024/25 (del 30 de mayo al 5 de junio). Para los demás, se contaba con batutas invitadas. La crítica especializada siempre ha reconocido su labor con la Euskadiko Orkestra, subrayando su capacidad para elevar el nivel, situarla en el mapa internacional de la música clásica y sacar grabaciones de calidad. Sin olvidar que fue la primera orquesta que reanudó la actividad a nivel estatal en tiempos de la pandemia. Nadie ha puesto nunca en duda el ímpetu de su liderazgo.
Lo que no gustaba tanto –la situación presuntamente se hizo insostenible– eran sus maneras y el efecto que causaba sobre las personas que trabajan a sus órdenes. Desde hacía tiempo era un secreto a voces el malestar entre la mayoría de los músicos, que alegaban acoso laboral y un ambiente de tensión y sometimiento impropio de una empresa del siglo XXI. Sorprendió que junto a Treviño también se rescindiera el contrato de Oriol Roch, director general de la orquesta durante diez años y medio, además de máximo valedor del maestro texano. El consejo de administración de la orquesta justificó esta decisión como «parte de un proceso de cambio de rumbo, cerrando un ciclo artístico y abriendo las puertas a uno nuevo». También se dijo que se buscaban «nuevas perspectivas al proyecto, para que la formación musical siga creciendo y ampliando su recorrido profesional».
La contundencia del golpe de timón y las prisas por buscar otros horizontes dejaron pasmado al sector musical, porque habitualmente los cambios en las orquestas son más moderados. Es decir, se reemplaza al director musical o al general, no se cesa a los dos al mismo tiempo. Eso sí, la despedida de Roch se escenificó de manera menos áspera que la de Treviño. Cultura reconoció en su momento que había sido «consensuada» y el cese no fue inmediato. Siguió en el cargo hasta que llegó el reemplazo.
En abril Roberto Ugarte tomó el relevo como director general de la orquesta y tres meses más tarde la Sinfónica del Principado de Asturias apostó por Oriol Roch como gerente. Se desconocen los términos de su rescisión pero lo cierto es que se marchó satisfecho. Esta temporada será la primera sin director titular desde el cese de Treviño. La programación, que ya estaba diseñada por los anteriores gestores, empieza el día 29 y tiene por objetivo ofrecer una imagen serena, con una impronta «muy femenina, muy coral, muy joven, muy poderosa y con mucho arraigo». La vida musical continúa.