Las diez noticias clave de la jornada
Artistas y músicos que participan en la jornada inaugural de la 86ª Quincena Musical, este martes en el Kursaal. Iñigo Royo

Quincena Musical

Cinco conciertos, danza y un tributo a Ravel marcan una inauguración diversa y vibrante

El certamen arranca este viernes con el ballet Preljocaj en el Kursaal, el ciclo de órgano y la renovación del programa solidario

Iker Elduayen

San Sebastián

Martes, 29 de julio 2025, 14:18

Donostia despierta con la vibrante energía de una nueva edición de la Quincena Musical. Un evento que, desde 1939, ha tejido con hilos de música ... y danza el tapiz cultural de la ciudad, transformando cada verano en una cita ineludible para melómanos, artistas y curiosos. Este viernes arranca la 86ª edición con una jornada inaugural que promete ser un prólogo emocionante para el mes de agosto.

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Uno de los platos fuertes de este año será la llegada al Kursaal (viernes, a las 20.00 horas) del Ballet Preljocaj. La compañía francesa presentará 'Requiem(s)', «una nueva creación de cuidadísima estética», con coreografía de Angelin Preljocaj, impregnada de sensibilidad y rigor. La pieza se entrelaza con la música de Mozart, Ligeti y Messiaen, creando una atmósfera que invita a la reflexión y a la catarsis colectiva.

Sofía Huerta debutará en la Quincena con un recital de piano gratuito a las 12.00 en la Sala Club del Victoria Eugenia

Pero la Quincena no se limita a un único espacio ni a un solo género. Para su primer día ha programado cinco conciertos gratuitos —entrada libre hasta completar aforo—. Entre ellos, el de la joven pianista donostiarra Sofía Huerta, que debutará en la Sala Club del Teatro Victoria Eugenia a las 12.00 horas. El lugar ha cambiado a última hora, ya que la agenda de la Clásica San Sebastián impide la celebración del concierto en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, como estaba previsto. No obstante, Huerta mantiene la ilusión y desplegará un programa que viaja desde Beethoven hasta Granados, pasando por la delicadeza de Chopin. «Desde pequeña he asistido a estos conciertos, y ahora sentirme parte de este festival es un privilegio inmenso», afirma orgullosa la donostiarra.

Diversidad escénica

La danza también se hace presente en la apertura del certamen. A las 17.30 del viernes, el claustro de San Telmo recibirá 'Humana', una propuesta de la compañía Lasala que convertirá «el arte en un diálogo vivo con el espacio que lo acoge». El espectáculo fusionará danza contemporánea con el incomparable marco arquitectónico del museo, «creando una experiencia inmersiva donde el público no solo observa, sino que siente y vive el arte como parte del entorno».

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Tampoco el recital del txistulari Jagoba Astiazaran y el pianista Iñar Sastre se celebrará finalmente en el Salón de Plenos. Tendrá lugar en la Sala Club del Victoria Eugenia, a las 18.00 horas. Ambos ofrecerán 'Ravelen dantza', un homenaje al compositor Maurice Ravel con motivo del 150º aniversario de su nacimiento. La propuesta explora distintas facetas del artista: desde los ecos de su infancia hasta su apego a la música popular vasca y su fascinación por el exotismo español. Astiazaran y Sastre, ambos multiinstrumentistas y creadores, irán más allá de la interpretación literal: «Combinaremos piezas de Ravel con obras de Gervasse, Garbizu, autores desconocidos y composiciones propias», avanza Sastre. El resultado será una mirada plural a su universo creativo con la danza como hilo conductor.

También a las 18.00 horas, pero en el Foyer del Kursaal, Verdini Dantza Taldea presentará 'Sustraiak eta hegoak', una creación coreográfica de Isabel Verdini que celebra la diversidad mediante la expresión corporal. Reuniendo a bailarines de distintos orígenes, la pieza explora las raíces como símbolo de nuestras tradiciones, mientras que las alas representan los anhelos, la libertad y el impulso hacia el futuro. Una invitación a reconocer que, en la diferencia, también reside la belleza.

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Alma vasca

Otro de los itinerarios del programa es el comienzo del ciclo dedicado al órgano, que ofrecerá catorce conciertos a lo largo del mes en distintos puntos de la ciudad y sus alrededores. El primero tendrá lugar el viernes, a las 20.00 horas, en la iglesia de San Ignacio del barrio de Gros. Allí, la organista Ana Belén García y la soprano Miren Urbieta Vega presentarán 'Ecos del alma vasca', un recorrido por la espiritualidad y la identidad cultural de Euskadi a través de la música con obras de compositores históricos como Felipe Gorriti, Jesús Buride y Pablo Sorozábal. «Es un homenaje a nuestra tierra, a su profundidad espiritual y cultural. Es un honor abrir así este ciclo y compartirlo con un público cada vez más interesado en el órgano como instrumento vivo», comenta García.

El Ciclo de Órgano empezará en San Ignacio con un homenaje al alma vasca y una obra exclusiva de Israel López Estelche

El ciclo también se abrirá al repertorio contemporáneo con el estreno absoluto de 'Cantos del alma desnuda', del compositor Israel López Estelche. Esta obra, compuesta expresamente para la cita, está inspirada en textos de Juan Ramón Jiménez, Sor Juana Inés de la Cruz y Maricha Núñez explora distintos estados del alma humana mediante un diálogo íntimo entre el instrumento y la voz.

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Quincena Solidaria

Uno de los pilares más valiosos del certamen es su vocación social, que una vez más se materializa en la Quincena Solidaria, una iniciativa que busca acercar la música a residencias de personas mayores, llevándola allí donde a menudo no llega. Por la mañana, el dúo Ametsa Bikotea —formado por la soprano Ainhoa López de Muniain y la pianista Leyre Sáenz de Urturi— actuará en la residencia Berra con un repertorio misceláneo que abarca desde Mozart hasta Guridi. Por la tarde, en Aldakonea, la soprano Lorea López y la pianista Lucía Arzallus ofrecerán un recital de carácter íntimo con obras de Lavilla, Boulanger, Turina, Puccini, Schumann y Bellini.

Estas citas no son simples conciertos, sino citas que hacen de la música un punto de encuentro. «Es un orgullo contribuir a que la cultura sea accesible para todos», subrayan las intérpretes. Porque en su forma más pura, la música no solo suena: también acompaña, abraza y deja huella. Una apertura, por tanto, que tiende puentes entre generaciones y recuerda que el arte más auténtico es aquel que se comparte.

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