El Orfeón brilló en el enérgico 'Carmina Burana' que regaló a sus socios
El coro homenajeó al arquitecto Rafael Moneo, que asistió al concierto, a Radio San Sebastián y a Cementos Rezola
El tradicional concierto de socios y amigos del Orfeón Donostiarra tuvo ayer mucho de música, pero también de reconocimientos. Tal y como acostumbra en su ... cita anual, el coro quiso dar las gracias a todas aquellas personas que lo apoyan y acompañan en sus proyectos interpretando una obra emblemática en su repertorio, 'Carmina Burana' de Orff. Sin embargo, ayer también quiso hacer varios homenajes: al arquitecto Rafael Moneo, creador del Kursaal, por su aportación al patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad, a Radio San Sebastián (Cadena Ser), que celebra su centenario, por ser una 'radio amiga' que acompaña al Orfeón desde 1997 y a Cementos Rezola, que cumple 175 años, por su compromiso con el entorno y con el propio coro, al que apoya igualmente desde hace más de dos décadas con varias acciones entre las que figura el patrocinio de este concierto anual.
Fueron dos orfeonistas los encargados de funcionar como maestros de ceremonias de la velada. La soprano Ane Urrutikoetxea y el bajo Mikel Arenas dieron la palabra al presidente, Antxon Elósegui, para recibir poco después a Rafael Moneo y a Mitxel Ezquiaga, periodista de El Diario Vasco, con el que dialogó. El arquitecto navarro recibió emocionado una lámina del 125 aniversario del Orfeón y un diploma. Begoña Marañón y Óscar Téllez, en representación de Cadena Ser, así como José Antonio Hurtado, director comercial de Cementos Rezola, recibieron el mismo detalle en un arranque de velada propio de una gran celebración. Prueba de ello fue el gran número de autoridades que no quiso perderse el encuentro: representantes del consistorio donostiarra, como Eneko Goia y su sucesor Jon Insausti, y miembros del Gobierno Vasco, la Diputación o Juntas Generales acudieron a la cita en el Kursaal.
Pero lo mejor quedaba por venir, la música. José Antonio Sainz Alfaro, director del coro, se puso al frente de un nutrido número de músicos con el Orfeón, el Orfeoi Gazte, los coros escolares del Orfeón Donostiarra, la Euskadiko Orkestra y los solistas Rocío Martínez (soprano), Aitor Garitano (contratenor) y Enrique Sánchez-Ramos (barítono). En total fueron más de dos centenares de artistas los que participaron en el encuentro para convertirlo en una velada entrañable. El famoso 'O fortuna' para coro con el que Carl Orff abre y cierra su 'Carmina Burana' mostró en pocos compases lo que iba a ser el concierto: una demostración de energía y poder en una interpretación llena de contrastes, tanto en tempo como en matices. La labor del muy expresivo Enrique Sánchez-Ramos, en una obra en la que el barítono tiene el mayor peso como solista, fue realmente destacable, incluso en momentos en los que la orquesta pecó de intensidad. Fue convincente desde su 'Omnia Sol temperat' hasta en sus intervenciones junto al coro. Impecable desde el punto de vista vocal y muy metido en su papel resultó el tenor Aitor Garitano, en su única pero comprometida aria 'Olim lacus colueram' en la que debe cantar como un cisne asado. Lo hizo paseándose por el patio de butacas y con el esperado color de contratenor.
La soprano Rocío Martínez brilló especialmente en los agudos, conmoviendo con su 'Dulcissime'. La Euskadiko Orkestra, poderosa, precisa y equilibrada, fue un perfecto soporte para una obra en la que el coro demostró su dominio y en la que los más jóvenes dejaron claro que el Donostiarra no solo tiene una importante historia y un presente, sino también un alentador futuro.
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