Una noche para «homenajear» a las salas y presentar el Bolo-Bolo Weekend
Bloody Mary de Irun junta este sábado en Dabadaba a Ithaka, Txopet y Rukula como preámbulo de la doble cita de octubre
Si la pasión mueve montañas, la que sienten por la música en la tienda de discos y promotora Bloody Mary de Irun podría mover hasta ... cordilleras. Si mantener el negocio durante 35 años y organizar el Andoaingo Rock Jaialdia no era suficiente, para celebrar el aniversario de la tienda han ideado un nuevo festival, el Bolo-Bolo Weekend que se celebrará el 3 y 4 de octubre en Intxaurrondo. Y para presentar el evento han organizado una noche digna de cartel este sábado en el Dabadaba. Se subirán al escenario Ithaka, Txopet y Rukula, bandas que llevan tiempo en el radar de los irundarras y que les apetecía programar. Todavía quedan entradas a la venta, 15 euros las anticipadas y 18 en taquilla.
Comparado con lo preparado para octubre, detalla que será «más íntimo». Por eso han optado por el Dabadaba, sala que «nos encanta, conocemos mucho y en la que nos gustaría también hacer más cosas». «Cualquier excusa para juntar a gente es buena», añade Marcos García, promotor de Bloody Mary, entre risas.
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Cartel. Ithaka, Txopet y Rukula.
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Día y hora. Sábado, a las 20.00 horas.
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Lugar. Dabadaba (Donostia).
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Entradas. 15 euros anticipadas, 18 euros en taquilla.
De Ithaka descata su «rollo post-punk, pero muy guitarrero y con muy buen directo», Formado por cuatro jóvenes de 2004, – Josune Freire (batería), Eneko Eizagirre (bajo), Arantza Igartua (guitarra) eta Leire Olariaga (voz y teclado)–, en poco tiempo han hecho camino con un estilo «muy propio». Como muestra, en 2022 ganaron el premio del público de Gaztea Maketa Lehiaketa y en 2023 fueron seleccionados para el circuito Katapulta Tour Guipuzkoa. «Les descubrimos en Andoian [Rock Jaialdia] el año pasado y nos encantaron», apunta.
Cogerá el testigo Txopet, que durante su gira de dos años por toda Euskal Herria ya dejaron claro su nivel. Debido a problemas físicos tuvieron que suspender varios directos y la presentación de 'Ostabe Zuloan' quedó algo emborronada, pero vuelven con más energía y un sonido más especial ya que han introducido «varias particularidades» para el directo. «Hacen una cosa muy curiosa de post-punk, pero también utilizando mucho el autotune. En nuestra escena es muy particular, suenan increíbles», cuenta sobre los bilbaínos.
Cerrará la noche Rukula, el conjunto más veterano. «Llevan un mogollón de años y nos apetecía tener así como plato fuerte al final, esa mezcla que hacen de rock y electrónica o baterías instrumentales que suenan como electrónica un poquito, para bailar un poco más». Desde sus inicios en 2015 Oihan Agirretxe (batería), Martxel Arkarazo (bajo), Jon Agiriano (guitarra) y Josu Furundarena (guitarra) apostaron por «una música experimental sin voz, desafiando las convenciones» que volverán a poner sobre el escenario del Dabadaba.
Noche de sumas
Cada grupo llevará a sus seguidores, pero Marcos añade que los fans de unos encontrarán elementos de interés en los otros dos conjuntos. «Hay un hilo conductor, no sé si lo que les une son las guitarras o la energía en directo. Las tres encajan muy bien». Aspecto que hace que la noche crezca, ya que no serán tres conjuntos aislados que suban al escenario, toquen y se bajen.
Porque, en parte, el objetivo de todo lo organizado por el 35 aniversario es «homenajear las salas de música, los recintos que hay dedicados a la música en directo». Así, de cara a futuras ediciones –porque el objetivo es venir para quedarse–, marcan como meta que el festival «se desarrolle durante más días y en otros recintos» distintos a los que ya han podido pisar, como Intxaurrondo, Dabadaba o Andoain. «No debemos olvidar que las salas son todas las semanas que hay música, es todo el año, y eso, no solamente en verano», insiste.
El siguiente hito será en octubre en Intxaurrondo.
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