Kiko Veneno toma el título de su disco de la letra de la canción de 'Los delincuentes', del disco de 1977 con los hermanos Amador. ÁNGEL DE ANTONIO

Kiko Veneno: «Me llevo muy bien con las máquinas»

Músico ·

El cantante espera reiniciar en verano la gira 'Sombrero roto', título de un disco en el que experimenta con sonidos electrónicos tras cinco décadas de oficio

Iñaki Esteban

san sebastián.

Lunes, 25 de mayo 2020, 08:12

Kiko Veneno salió al terreno de juego musical rompiendo y, a los 68 años y después de casi cinco décadas en el negocio, continúa por ... el mismo camino. A finales del año pasado publicó 'Sombrero roto', palabras incluidas en la letra de su canción 'Los delincuentes', de debut discográfico 'Veneno'. «Me quiero asegurar que mi sombrero está bien roto y así los rayos/ Pueden entrar en mi cabeza», cantaba el músico acompañado de las guitarras rebeldes de Raimundo y Rafael Amador.

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De aquel golpe a los puristas del flamenco, Kiko Veneeno ha ido evolucionando hasta llegar a las diez canciones que componen 'Sombrero roto' y a su sonido electrónico. Que nadie se asuste. Sigue siendo él mismo, un músico sin prejuicios, el autor de 'Volando voy'.

– ¿Cómo lleva el confinamiento? ¿En modo contemplativo o productivo?

– Lo segundo. Vivo en un pueblo a ocho kilómetros de Sevilla, Valencina de la Concepción, antes agrícola, de jornaleros, muy represaliado durante la guerra. Después se han hecho algunas urbanizaciones y nos hemos venido aquí. Casi todo el mundo tiene jardín, estamos rodeados de árboles y salgo a pasear a mi perrita. Claro que somos unos privilegiados. Hay mucha gente que lo está pasando mal en pisos interiores, sin un balcón, en casas con los algunos constructores se han hecho ricos.

– Lo del 'Sombrero roto' viene del único álbum de Veneno, el grupo que formó con los hermanos Amador. Se vuelve a oír mucho ese disco. ¿Por qué?

– Cuando salió en 1977 se vendió poco pero seguía funcionando muy bien en el Rastro de Madrid. La discográfica, CBS, se dio cuenta y lo reeditó en 1982 sin pagarnos derechos de autor. Es el disco que más se ha vendido en mi carrera, entre 300.000 o 400.000 copias. Se sigue escuchando porque le tocó abrir algunas compuertas y porque todavía suena a transgresión y experimentalismo.

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– ¿Hay algo de experimental en su último álbum por el uso del sonido electrónico?

– En los ochenta ya utilicé el tecno y ahora me he aproximado al lenguaje de la música urbana, que no tiene nada que ver con el rock clásico, con la guitarra, el bajo, la batería y el piano.

– Es la época de los samplers.

– Sin tener educación musical de tipo formal, con buen oído y buen sentido del ritmo y del compás, se pueden hacer cosas interesantes con las máquinas. Acercarte al sonido de tu tiempo es fundamental. La gente joven prueba cosas. Yo hice lo mismo a su edad y lo sigo haciendo. ¿Para qué vamos a volver a hacer el rock de los setenta? No vamos a poder hacerlo con la misma brillantez. Y además ya está hecho. Es como si te pones a hacer ahora el 'Twist and Shout' de los Beatles. No tiene sentido.

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– Y a usted, guitarrista de maneras flamencas, ¿qué tal se le dan las máquinas?

– Me llevo muy bien con ellas. Ahora compongo con esos instrumentos y con el piano, más que con la guitarra. Estoy usando un programa, el logic, con la ayuda de un técnico, porque si no me voy las ramas y pierdo eficacia. Cuando acabe la colección de canciones que estoy componiendo quiero empezar a hacerlo yo solo. Las máquinas van muy bien para la inmediatez de la música que yo hago. Y luego tienen una variedad de sonidos inabarcable. Les meto ruiditos humanos, palmas, etc., los integro en ellos y los humanizo. Se dan fenómenos muy curiosos entre nosotros y las máquinas. No les tengo miedo. Después de escuchar al Miles Davis de los ochenta y los noventa, te das cuenta de que podemos dominar a la máquina.

«Acercarte al sonido de tu tiempo es fundamental. ¿Para qué hacer ahora rock de los setenta?»

CONTEMPORÁNEO

«La mayoría de lo que se escucha por la radio son voces súper producidas, que no dicen nada»

FÓRMULA

– Hace poco grabó un tema con Derby Motoreta Burrito Kachimba, el grupo que le ha dado una vuelta y media al rock andaluz.

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– La evolución de la música ha ido muy deprisa y, sí, hay elementos que se pueden recuperar. Es estúpido volver a hacer el rock de los setenta pero no todo el mundo tiene por qué hacer trap. El rock sigue teniendo una gran fuerza. Cuando lo escucho, siento su energía, su rebeldía. Derby Motoreta cogen ideas del rock progresivo, de Triana, y lo transforman en algo contemporáneo. Tienen glamur, espontaneidad, color. La mayoría de lo que escuchas por la radio son voces súper producidas, que no expresan nada. Son puro cliché, champú, puro champú, que sólo van bien para hacer una tabla de gimnasia. La música tiene que tener alma, y eso lo puedes hacer con el reguetón, con el rock progresivo y con la clásica.

– ¿Se trate de que emocione?

– Bueno, tampoco hay que estar emocionado todo el día. A mí me emociona Aute, pero le escucho a Luis Aguilé y me gusta.

Defectos ganadores

– En sus letras sí se aprecia una continuidad en sus discos. Hay personajes, historias...

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– Las letras no pueden ser mero relleno, Pero tampoco hay que dar mensajes muy grandes. Yo cuento momentos, impresiones más o menos fugaces, tentaciones... Casi todos los días escribo y es muy divertido porque el género humano da para hacer letras a baúles. No intento ser original. Hablo de las cosas de las que habla todo el mundo, eso sí, a mi manera.

– En el tema 'Autobiografía' canta: «Soy boludo, julandrón/ soy desastre, no me entero/ y un pelín peliculero/ soy nervioso, toco el pito/ y si me pitan, yo me irrito». ¿Se reconoce?

– Sí, tengo esos defectos y muchos más. Cuando somos nosotros quienes los decimos causamos empatía. La gente se apiada y se ve retratada. Es una jugada ganadora.

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– ¿Cuándo volverá de gira? Tenía un concierto en el Jardín Botánico de Madrid con Graham Nash.

– Sí, ese concierto habría sido muy bonito. Mi mánager me está buscando cosas para ver si las podemos hacer este verano. Aunque sea con menos aforo, pero algo hay que hacer. La gente necesita música. A los jóvenes no les importa juntarse, pero a los mayores nos da más respeto.

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