Joserra Senperena explora la poesía vasca a través de la fórmula del 'lied'
El músico donostiarra publica 'Lied koadernoa', un disco con 30 canciones para piano y voz con la colaboración de la mezzo Maite Arruabarrena
Verle viajar a los pueblos germánicos de mediados del siglo XIX sorprende a todos menos a él. Porque la realidad es que Joserra Senperena (Donostia, ... 1965) nunca ha renunciado a nada y su piano 'todoterreno' se defiende de igual manera en cualquier tiempo y espacio. Fue tras leer poemas de Juan Luis Zabala y Josu Goikoetxea que decidió embarcarse en la composición de 'lieder', esos que ahora publica en un álbum con el título 'Lied koadernoa' y para el que ha contado con la colaboración de la mezzosoprano Maite Arruabarrena en la voz.
En su estantería musical siempre ha habido espacio para esta forma de canción. «Cuando hice la carrera de piano pasé por la historia de los 'lieder' y me quedó grabada la música de Schumann y de Schubert». Pero hace apenas un par de años la casualidad le llevó a reencontrarse de nuevo con ellos.
En vísperas de un día de San Sebastián, la Banda Municipal de Txistularis de su buen amigo Jose Ignazio Ansorena ofreció un recital en Santa María con la soprano Miren Urbieta-Vega. Interpretaron tres 'lieder' de Sorozabal. «Ya no sonaba tan clásico como los de los románticos, eran 'lieder' del siglo XX, incluso cercanos al concepto de canción pop que conocemos. Ahí se me encendió la mecha», reconoce.
Una nueva atmósfera
En este duodécimo trabajo firmado con nombre propio, Senperena muestra un registro con algunas similitudes y muchas diferencias con respecto a su último 'Euskal danbolinaeren aroak' (2021).
Si bien en aquel también decidió formar a dúo –con el txistu de Ansorena–, entonces su intención era la de explorar la evolución de un instrumento centenario como el tamboril a través de las canciones que se escribieron para su sonido.
Ha puesto música a textos de Juan Luis Zabala, Josu Goikoetxea, Leire Bilbao, Goizalde Landabaso, Mari Luz Esteban, Itziar Ugarte y Jon Gerediaga
Ahora regresa a la música euskaldun pero de otra manera: es él quien pone melodía a los poemas de Zabala, Goikoetxea, Mari Luz Esteban, Leire Bilbao, Itziar Ugarte, Goizalde Landabaso y Jon Gerediaga. «El 90% de los músicos de rock parten de unos acordes a los que le ponen una letra, de hecho, siempre dicen que la dejan para el final porque es lo más difícil». Pero en este caso el proceso ha sido al revés, «quería partir de una letra para ver a dónde me llevaba».
Y esos nuevos terrenos conformaron una atmósfera propicia para liberarse de los «corsés del pop» y su clásica estructura estrofa-estribillo. «Todo es más libre», dice, «hay más respiraciones, un tempo más flexible y mayor rango dinámico... Se expande la fórmula de la canción», para lo que ha resultado fundamental el trabajo vocal de la mezzosoprano donostiarra Maite Arruabarrena. «El trato de la voz es diferente, hay que situarla de forma más contenida e íntima», asegura la cantante que es también profesora de canto en Musikene desde hace más de dos décadas. Personal y musicalmente ambos se conocieron con este proyecto.
«Maite es una de las mejores voces que han pasado por aquí y me llamó la atención la importancia que le da a los textos. Hemos hablado mucho de qué significa tal o cual poema, he aprendido muchísimo con ella», dice Senperena.
«El 90% de los músicos dejan la letra para el final, pero aquí quería partir del poema y ver a dónde me llevaba», dice Senperena
Porque para ella, «el texto tiene un protagonismo fundamental. Si no se entiende lo que estás cantando, el trabajo es incompleto». Una experiencia «novedosa» con partituras «que no se han hecho nunca antes» y con las que ambos tuvieron que hacer un ejercicio de adaptación. «Era un estilo al que no estaba tan habituada y Joserra tampoco había trabajado antes con una cantante lírica, así que nos hemos ido conociendo cada uno yendo en dirección del otro».
Como Serrat y Laboa
Sin ser lector habitual de poesía, el dar con el libro 'Mina hartzeko ere' de Juan Luis Zabala y el programa radiofónico de Josu Goikoetxea hizo a Senperena poner el proyecto en marcha. Reúne así a siete poetas cuyos textos breves, sin métrica y en un lenguaje alejado de la complejidad ofrecían todos los ingredientes que Senperena buscaba, «más allá de nombres, son los que me gustan».
Como ya había hecho Serrat con los 'Cantares' de Machado y Laboa con el 'Txoria txori' de Joxean Artze, el músico donostiarra quiso navegar por esas aguas de la composición. Y le salieron más de seis decenas de canciones, de las cuales se ha quedado con las 30 que finalmente han conformado el álbum. «Para mí es como una caja de bombones», describe la cantante, quien de todas ellas se queda con 'Mikel Laboaren errautsak Agiñan', en la que el pianista «se recrea», aprovechando que acaban de cumplirse 15 años de la muerte del cantautor.
Grabado en directo en el auditorio de Musikene con el productor Jean Phocas, el disco ya está a la venta en las tiendas y puede escucharse en las plataformas. El dúo lo ofrecerá por primera vez en directo al público el próximo 29 de diciembre en la Sala Club del Victoria Eugenia y, por el momento, han confirmado una fecha más en el Topic de Tolosa el 24 de febrero.
El piano donostiarra que más ha sonado en el rock en español
'Yo toco en el hotel de los solitarios / Después de las medallas y el cabaret'. Son los versos que canta Quique González sobre el delicado piano que Joserra Senperena grabó para su álbum 'La noche americana' en 2013. Antes, el donostiarra había dejado su impronta en el 'Piedras' de Duncan Dhu, las 'Canciones para el tiempo y la distancia' de Iván Ferreiro o el histórico 'Por la boca vive el pez' de Fito & Fitipaldis. Su piano suena en la música de Rafael Berrio, de La buena vida, de Mikel Erentxun, de Diego Vasallo, de Coque Malla, de Jarabe de Palo y en el último trabajo discográfico de Joaquín Sabina, ese 'Lo niego todo' cuyas teclas comparte con César Pop. Pero más allá del rock, Senperena ha grabado su firma como compositor en las artes escénicas, poniendo banda sonora a la pequeña y a la gran pantalla y elaborando un amplio currículum como artista en solitario. Del jazz a la música clásica o la euskal musika, el piano de Senperena contiene multitudes, que diría Whitman.
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