«Me impresiona el alto nivel de Xabier Anduaga, Elena Sancho y todo el elenco»
El maestro onubense, titular de Oviedo Filarmonía y la Orquesta Ciudad de Granada, dirige este viernes y el domingo la esperada 'La fille du régiment' en el Kursaal
Lucas Macías (Valverde del Camino, Huelva, 1978) debuta como director en el Kursaal al frente de la ópera de Donizetti 'La fille du régiment'. Tras una carrera de éxito como oboísta con prestigiosas orquestas europeas hoy dirige un elenco con la soprano Elena Sancho-Pereg y Xabier Anduaga como protagonistas, el coro Easo y Euskadiko Orkestra.
Publicidad
– Debuta como director en San Sebastián y lo hace con el plato fuerte de la Quincena, la ópera. ¿Cómo lo está viviendo?
– Con mucha alegría y saboreándolo, porque hace muchos años que no venía a la Quincena. Estuve en 2005 como oboísta y ahora estoy muy contento de afrontar este reto, que ha habido que hacer, además, en poco tiempo. El elenco es brillante, de cantantes jóvenes con mucho prestigio como Xabier Anduaga y Elena Sancho, que están a muy alto nivel y el resto es también fantástico: el sargento, la marquesa, el coro Easo... la orquesta tiene un gran nivel y vamos a presentar un producto de mucha calidad.
– ¿Cómo han ido los ensayos?
– Ha habido poco tiempo, pero ha ido muy bien, aunque ha sido todo muy intenso. Trabajamos con materiales distintos, hay muchos cortes y no es una partitura obvia, así que cada uno llega con una versión diferente. Por eso, lo primero es clarificar el material antes de empezar a planificar el trabajo. Hemos metido unas doce horas al día, pero con un placer enorme, pasándolo bien, porque se trata de eso. También hemos trabajado mucho con el director de escena, que es brillante, con muchas ideas y exquisito con los cantantes.
«Valoro la flexibilidad, la autocrítica, la humildad, las ganas de estar abiertos a nuevas ideas y de hacer un trabajo en conjunto»
– ¿Cómo fuciona esta ópera en una versión semiescenificada?
– En realidad va a ser prácticamente una ópera escenificada. Y sinceramente me gusta mucho, porque cuando veo una ópera en versión concierto sin nada de movimiento no lo veo natural. Cuando los cantantes se pueden mover y expresar con sus movimeintos corporales lo que está escrito, el resultado es mejor y mucho más ameno para el público.
LOS DATOS
-
Cita en el Kursaal. Este viernes estreno, a las 19.00. El domingo, segunda función a la misma hora. Entradas entre 11 y 80 euros.
– En el aspecto musical, es la primera vez que trabaja con la Euskadiko Orkestra, los protagonistas y el coro. ¿Qué es lo que más valora en los músicos?
– La flexibilidad, la autocrítica, la humildad, las ganas de estar abierto a nuevas ideas y propuestas y de hacer un trabajo en conjunto para ir todos de la mano en la misma dirección. Por supuesto, cada uno tiene su idea y su forma de interpretar, pero el arte y la profesionalidad consisten en que demos el brazo a torcer y estemos abiertos a nuevas ideas. Es impoetante la humildad para ponerse al servicio de la música.
Publicidad
– Usted ha desarrollado una carrera como solista de oboe antes de triunfar como director de orquesta. ¿En qué medida le ha influido su experiencia como miembro de importantes orquestas europeas, como ser solista de la Concertgebouw?
–Yo creo que el hecho de tocar el oboe, que es un instrumento de viento, me ha ayudado a entender a los cantantes, el uso que se hace del aire. Muchos directores que tocan piano o cuerda no han tenido que batallar con ese problema que es la respiración. Es algo muy difícil y marca la diferencia. Los grandes artistas y cantantes respiran muy bien, saben cómo administar el aire. Y tocar en orquesta también me ha ayudado a comprender la filosofía de grupo, el funcionamiento de un grupo sinfónico, y tener experiencia dentro de un grupo con mucho prestigio, consagrado. Estoy muy contento de tener este pasado con mi instrumento y de haber tenido la suerte de trabajar con estos grandes conjuntos.
Publicidad
«El hecho de tocar un instrumento de viento en orquestas me ha ayudado a entender a los cantantes y la filosofía de grupo»
– Y también con maestros como Claudio Abbado, Seiji Ozawa o Pierre Boulez. ¿Hay algún director que le haya marcado?
– Claudio Abbado. Tuvimos una relación muy estrecha y su filosofía vital de la música nos marcó, nos dejó una gran huella a todos los músicos que pudimos trabajar con él. Estaba dedicado a la música y ésta estaba siempre en primer plano. Lo prioritario no era el músico, sino la música. Me marcó porque durante diez años trabajé con él en la Orquesta Mozart en Bolonia, en la de la Lucerna, o cuando me invitaba a tocar con la de Berlín. Tuvimos una relación de amistad.
Publicidad
– ¿Esta idea de poner la música por encima de lo demás es lo que más valora en un director?
– Sí, el respeto por la música. El hecho de poder coordinar todo y llevar a todo el mundo en volandas, pero eso sí, siempre con buen talante y buen ambiente. Se trata de que la gente a la hora de trabajar se sienta cómoda y con confianza para dar lo mejor.
El titular de dos orquestas que disfruta en Donostia en familia
El intenso trabajo que Lucas Macías ha desarrollado estos días en los ensayos de la óperano no le ha impedido disfrutar de la playa donostiarra y de su familia, que le acompaña estos días. Macías sabe organizarse y compagina la titularidad de la Oviedo Filarmonía con la dirección artística de la Orquesta Ciudad de Granada. «En Oviedo tengo un contrato de pocas semanas al año y aunque mi labor en Granada me lleva más tiempo, porque me ocupo también de la programación, todo se lleva bien, con mucha organización y dejando también espacio para la familia, para estar en casa y también para estudiar». Después dirigirá una 'Cuarta' de Mahler en Galicia, luego unos conciertos de verano en Oviedo y más adelante, Granada.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión