Las mujeres cogen la batuta

La colombiana que le relevará la semana que viene ante el público vasco tampoco se queda atrás en logros. De hecho, acaba de ser nombrada directora residente de la Ópera de Los Ángeles, algo que en sus palabras es «una posición privilegiada, pues soy la segunda responsable de su liderazgo musical. Tengo completa autonomía en mis proyectos y la institución me ha dado todo para experimentar y aprender. Además de mi trabajo en la temporada principal, trabajo con mucha cercanía con los jóvenes artistas, con los que podemos hacer muchísimas cosas en el plano educativo. Es un gran lugar para explorar». Lina González- Granados, además, dirige habitualmente a varias orquestas de Estados Unidos. «Conozco muy bien las comunidades con las que quiero compartir mi trabajo, mi alegría infinita de hacer música, y creo que eso hace posible que me inviten tantos músicos y orquestas. Cuando la gente me conoce sabe que mis intenciones musicales son transparentes, y creo que lo valoran«.

La propuesta de dirigir a la Euskadiko Orkestra surgió, según Marie Jacquot, «hace dos años, cuando mi agente me preguntó si actuaría en el País Vasco. Había estado en San Sebastián antes y me había encantado la ciudad, así que dije que sí sin dudarlo. Tenía grandes expectativas y ya se han cumplido en los conciertos que hemos ofrecido estos días en Vitoria, Pamplona y Bilbao. La Euskadiko Orkestra es increíble y su director titular Robert Treviño está haciendo con ella un maravilloso trabajo«.

La francesa pisará esta tarde por primera vez el auditorio del Kursaal, mientras que Lina González-Granados lo hará la semana que viene. En su caso, la invitación llegó, según sus palabras «a través de mi equipo. Llevo algunos años viniendo a España, me lo propusieron y me hizo mucha ilusión participar en este proyecto».

Las dos directoras tienen claro qué es lo más importante a la hora de aceptar una invitación para dirigir a una orquesta. En el caso de Marie Jacquot, es el repertorio: «intento tener mucho cuidado con las obras que elijo, para poder tener tiempo suficiente para aprenderlas en profundidad. Si veo que no tengo mucho tiempo, escojo piezas que conozco muy bien por respeto a las orquestas y a los compositores. Cuando estas condiciones se establecen, me siento tremendamente feliz de conocer nuevas orquestas, nuevos músicos y, a veces, reencontrarme con gente que ya conozco. Y luego trato de dar lo mejor de mí por la música y por el compositor». La colombiana, sin embargo, valora más «la calidad del conjunto, si el repertorio propuesto se ajusta a mi agenda, si los lugares de otros conciertos están cerca por la logística de viaje... es interesante que todo esté en armonía».

Tanto Jacquot como González- Granados tienen claro cómo se debe dirigir una orquesta. La francesa opina que una buena batuta «no debe intentar interpretar a alguien que no es, sólo ser una misma. Y anteponer la composición a su ego. Mi objetivo es dar cada vez lo mejor que pueda para la música, para los compositores y para los músicos. Intento respetar a cada persona, hacerles sentir importantes y apoyados. Todos tocamos la misma partitura y tenemos un papel muy importante en ella». La colombiana añade que es necesario ser «una gran comunicadora, con claras metas artísticas y recursos para conseguirlas. Mi principal objetivo es que el público tenga una experiencia cultural profunda, y que quiera volver a por más».

Jacquot dirige estos días la 'Sinfonía nº 7' de Bruckner y el 'Concierto para Piano y Orquesta 20' de Mozart con Markus Schirmer como solista. Tras su paso por las otras capitales vascas, llega al Kursaal hoy y mañana. Sobre la primera obra, la francesa destaca que es «innovadora y muy personal». La directora también se pone al frente de la sinfonía más conocida de Bruckner, la Séptima . «Tiene un enfoque metafísico. Trata de espacio y tiempo, de trascendencia y resolución. Simboliza todo un mundo, lo que podemos entender y no entender». La francesa se muestra firme en el hecho de ser una mujer al frente de una orquesta: «mi género es mujer, pero soy quien soy. Todos somos iguales; todos somos seres humanos».

Lina González-Granados también se enfrentará la semana que viene a un programa exigente, la 'Sinfonía nº 7' de Dvorak y el 'Concierto para Violoncello' de Lalo con Alban Gerhardt como solista, así como la obra 'This Midnight Hour 'de la compositora británica Anna Clyne. «Es un viaje musical conectado de principio a fin, dentro de una paleta de colores más bien oscura. Mi deseo es invitar al público a crear sus propias conexiones de las obras».