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El coro Mixed Choir of Riga Cathedral, de Letonia, rotundo ganador del 55º Certamen de Tolosa, traspasa la línea de la perfección musical para, por ... encima de la brillantez técnica, llegar a conmover y emocionar. Su triunfo es la esencia de un país que ama y cuida como pocos otros la música coral.
Ésta es la clave que explica, a juicio del jurado, el éxito de este coro de Riga, que se ha llevado a su país cinco máximos trofeos, entre ellos el más importante, el Gran Premio Kutxa y la nominación para el Gran Premio Europeo de Canto Coral, en el que participarán el próximo año los coros ganadores en los mejores certámenes europeos.
Con una puntuación histórica del 95,20% sobre la máxima posible, muy por encima de todos sus rivales, los letones han rayado la perfección. Nunca antes, en la historia reciente del certamen tolosarra, el público había dedicado semejante salva continuada de aplausos, prolongada durante varios minutos.
Gran Premio Kutxa: Mixed Choir of Riga Cathedral, Letonia.
Mejor interpretación obra vasca: Mixed Choir of Riga Cathedral, Letonia, por Dantzantik, de David Azurza.
Premio del Público DV: Mixed Choir of Riga Cathedral, Letonia.
Polifonía coros de cámara: 1) Mixed Choir of Riga Cathedral, Letonia. 2) Storkyrkans, Suecia. 3) Mikrokosmos, Francia.
Folklore coros de cámara: 1) Mixed Choir of Riga Cathedral, Letonia. 2) Storkyrkans, Suecia. 3) Mikrokosmos, Francia.
Coros infantiles: 1) The Resonanz Childrens, Indonesia. 2) World Visión Korea Childrens, Corea. 3) Childrens Choir Lielvarde, Letonia
«Es un coro que interpreta, que te cuenta una historia y te emociona. Va mucho más allá de lo que es la mera perfección musical», asegura Miguel Ángel García Cañamero, director del CNE y miembro del jurado.
Para Josu Elberdin, compositor y presidente del jurado, el coro letón es la viva esencia de una cultura. «Es una agrupación fresca, que tiene un sonido impactante, pero que a la vez es flexible y transmite, con una clara expresión de los textos». «Entiende lo que quiere transmitir porque lo ha estudiado bien», asegura Elberdin, consciente de que la coral de Riga es «el claro exponente de un país que canta, y donde se da tanta importancia a la música coral, todo un ejemplo para nosotros».
Jurgis Cabulis, el director del coro ganador, considera que la clave del éxito, que podría aplicarse a otras agrupaciones de su país, es «lograr transmitir a los coralistas lo que están cantando, y por qué lo están haciendo. Una vez que este mecanismo funciona, que el coro tiene claro hacia dónde va, todos consiguen cantar desde lo más profundo de su corazón. Creo que aquí, en Tolosa, hemos culminado bien este proceso y hemos conseguido evocar emociones», enfatiza.
García Cañamero ahonda en esta tesis al afirmar que prácticamente todos los coros que han actuado en Tolosa han participado de un «indiscutible grado de excelencia y perfección», pero no todos logran traspasar esa barrera de la emoción, aunque sea por milímetros. «Si no lo haces, te quedas siendo un grupo muy bueno pero difundes una sensación de frialdad que juega en tu contra, porque el coro, como herramienta, lo que hace es codificar un mensaje escrito por un compositor y debe saber cómo hacerlo».
Jurgis Cabulis dice haberse enamorado de las dos piezas vascas que su grupo ha tenido que interpretar. Sobre 'Dantzantik', de David Azurza, comenta que les «ha permitido dar un punto de inflexión alegre y optimista dentro de nuestro repertorio más serio y riguroso». Y en cuanto a 'Neskatx Ederra', de Xabier Sarasola, Cabulis sorprende al asegurar «que es una pieza hermosa que tiene muchas conexiones con las melodías de Letonia; por eso quizás hemos hallado ese punto de emoción necesario para sentirla como nuestra».
El coro de Riga se va encantado de Tolosa. «No sólo por los premios logrados, también por la acogida, por la organización, la comida, el paisaje… Yo he insistido todo el rato a mis coralistas que busquen el contacto humano con la gente de aquí y se empapen de todo lo que ven. Es muy importante saber con qué cultura te vas a poner en comunicación cuando sales de tu país».
La ceremonia de clausura estuvo dedicada a la memoria de Antxon Elosegui, fallecido el pasado mes de junio, fundador de la entidad organizadora, CIT, y uno de los máximos artífices de sacar adelante el certamen coral.
Sobre el escenario del Leidor volvieron a cantar ayer todos los coros premiados. Fue muy celebrada por el público la actuación del joven coro sueco Storkyrkans, que obtuvo dos trofeos de plata y una puntuación global destacada del 90,50%. De hecho, sólo tres corales han superado la barrera del 90%: el letón, el sueco, y el Resonanz, de Indonesia, otro grupo brillante, que ha llegado al 93,60%. Ha sido claro vencedor en el concurso coral infantil, repitiendo el éxito logrado en 2017.
Había también expectación por escuchar al coro francés Mikrokosmos, ganador hace años en Tolosa, un grupo audaz que siempre asume riesgos, que intenta ofrecer cauces nuevos, tanto expresivos como musicales, para sacudir el concepto más clásico de la coralidad. En términos estrictamente clasificatorios, ha sido el cuarto mejor coro del certamen pero, por encima de puntuaciones, su propuesta supone un estimulante soplo de aire fresco.
«Mikrokosmos siempre arriesga. Yo creo que entiende de manera diferente lo que es el formato de un concurso. Es un coro que, de alguna manera, viene a provocar y, como espectador, nunca puedes quedarte indiferente. Es una propuesta inteligente y hay que tener en cuenta que en todas las manifestaciones artísticas siempre ha habido rompedores en algún momento», asegura García Cañamero.
El hecho de este año no haya habido participación vasca, y el reciente informe que dibuja un panorama sombrío sobre el presente y el futuro de la música coral vasca, obliga a preguntarse qué podemos hacer en Euskadi para parecernos, por ejemplo, a Letonia. Josu Elberdin ofrece una sugerencia: «Hay que actuar en los colegios, pero podíamos trasladar el ejemplo del deporte escolar a la cultura. Los chavales no sólo practican fútbol, también otros deportes. Por qué no hacer lo mismo con la cultura: hacer danza, teatro, música coral, etc».
El certamen de Tolosa se integra en el circuito de los mejores concursos corales en Europa: Varna (Bulgaria); Jurmala (Letonia); Maribor (Eslovenia); Debrecen (Hungria); Arezzo (Italia) y Tolosa. Los ganadores de estos concursos compiten al año siguiente en el Gran Premio Europeo de Canto Coral, la cima de la coralidad continental, que se celebra de forma rotatoria en cada una de las ciudades citadas. Tolosa lo acogerá el próximo año por sexta vez, tras las ediciones de 1994, 2000, 2006, 2011 y 2017. Será el 25 de octubre de 2025, y allí no faltará el coro letón de Riga.
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