Anne Etchegoyen: «Tenemos que ser feministas hasta que encontremos el equilibrio»

- Va a presentar su nuevo disco, 'Emaztea'. Desde aquellas actuaciones corales cuando apenas tenía ocho años. ¿Qué ha pasado en su vida durante este tiempo?

- Muchas cosas porque además todo el panorama ha cambiado mucho. No sólo por la pandemia, que también, sino porque la tecnología ha hecho que, por ejemplo, no se escuchen discos en los coches. No siquiera tienen lector de disco. Habrá que adaptarse. El mercado audiovisual, por ejemplo, ha encontrado una vía como Neflix para sus producciones, pero en el terreno de la música queda mucho espacio por explorar.

- Sus actuaciones se hacen sobre todo en Europa, pero también han llegado a Estados Unidos y Argentina. Tienen que ver sobre todo con las euskal etxeak, aunque usted canta en euskera, pero también en francés y en castellano.

- Sí. Hace mucho tiempo que fui a Norteamérica, pero aunque me trataron bien, en Argentina he sentido un calor especial, he hecho amigos con los que sigo en contacto. En 2016 decidí ser más libre y para ello monté mi propia productora, a través de la que conocí a artistas argentinos muy interesantes.

- ¿Hablamos de 'Emaztea'?

- El título ya define lo que quiero relatar. La palabra, en Iparralde, define el género. Emakume incluye la maternidad, pero en este álbum de lo que hablamos es del género femenino desde muchos puntos de vista. Algunos tristes, otros esperanzadores y alegres. En todos aparece la txalaparta interpretada por los hermanos Ugarte, que aportan una sensibilidad especial, una especie de cuerpo tribal a la música.

- Su hijo, Gabi, que nació en 2017, ha inspirado algunas de las canciones del disco que va a interpretar el viernes en Lugaritz. Como 'Ttipi Ttapa'.

- Sí. El eje del álbum tiene que ver con las mujeres, con la violencia de género, con la falta de igualdad. Pero también hay un espacio para la esperanza. Como esta canción. O como 'Seaska Kanta' de Xabier Lete, adaptada para esta ocasión. Además de ser una nana, tiene una anécdota escondida porque la canté con ocho años en un concurso infantil de talentos. Era la primera vez que actuaba en público. Ahora vuelvo a cantarla.

- Me ha parecido más curioso que haya incluido un tema de Luis Mariano. 'Maite', eso sí que es un clásico.

- ¿Por qué? ¿Qué puede llamar la atención de que se adapte una canción de Luis Mariano? Las he oído durante toda mi infancia, mi abuela las escuchaba a todas horas. Hay buenas fuentes en las que beber en todas partes y esta es una de ellas. La versión que hemos hecho con mi guitarrista flamenco creo que es muy buena y, además, me apetecía oírla en la voz de una mujer, porque siempre la cantan los hombres. Me gusta. ¿Sabes? Tengo la imagen de Luis Mariano en el centro de una plaza de toros, solo con un micrófono. Me pareció impactante y todavía la recuerdo.

- Insiste usted en sus declaraciones que no quiere ser femenina, que reivindica el papel de feminista.

- Es que creo que tenemos que ser feministas hasta que encontremos el equilibrio. Eso supone que tengamos el mismo reconocimiento social, que el género no sea un criterio para que se nos juzgue. No pido supremacía, pero sí equilibrio entre unos y otros.

- El disco que presenta el viernes en Donostia comenzó con una canción dedicada a la Manada y a lo que ocurrió en aquellos sanfermines.

- De allí surgió el 'No es no'. Porque lo ocurrido fue impactante. Pero se abarcan más cuestiones que tienen que ver con la mujer, como 'Ixilik', que trata sobre la violencia de género o 'Emakume aske bat', que evoca la infancia de una mujer libre que es madre soltera.

- Usted también lo es...

- Sí, tengo a mi hijo Gabi y soy soltera, pero la relación entre el niño y su padre es muy buena y nosotros también nos llevamos bien. No somos pareja, es cierto, pero él tiene a su padre y a su madre y nos arreglamos.

- ¿Resulta frustrante para un artista enfrentarse a los asientos vacíos aunque sepa que es por un imperativo legal?

- Lo que es frustrante es la pandemia y todo lo que está ocurriendo con la salud de las personas. Lo que ocurre es que esa sensación de falta de público se supera con el placer de estar en un escenario, de volver a cantar ante el público... Los artistas de Iparralde tenemos suerte, porque tenemos actuaciones a este lado de la frontera, porque en Francia no hay salas abiertas. Nosotros creemos que se pueden ofrecer conciertos y audiciones con seguridad para todos, pero ese criterio no se sigue en Francia, donde yo vivo.