La agenda portátil
La milla del arte: el Tour que se quedaUn paseo por las grandes exposiciones del verano, de San Telmo a Tabakalera pasando por la sala Kubo: la 'grande boucle' cultural sigue en Donostia
Cuando se vaya el Tour la 'grande boucle' cultural se quedará con nosotros. Este verano coinciden en Donostia varias exposiciones de fuste que constituyen, en ... la práctica, otro 'gran festival' que se suma a los de siempre. Forman una particular 'milla del arte'. Porque el recorrido que va desde San Telmo hasta Tabakalera con parada en la sala Kubo del Kursaal mide más o menos eso, una milla, kilómetro y medio de feliz paseo.
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Recomiendo dedicar una mañana o una tarde a este 'tour' cultural. Yo lo hice el otro día, seguido, y fue un disfrute. Comencé en San Telmo, que ofrece tres felices propuestas de gran público. Por un lado, la muestra 'Sorolla en Donostia', que recoge la intensa vinculación del pintor valenciano con esta ciudad donde tantos veranos pasó. Es una exposición «pequeña» en tamaño y número de obras pero completa en el repaso de esa relación. Al lado, en la iglesia, se presenta la gran colección histórica de bicicletas de Amador Tolosa. Es una verdadera joya. Algunos ya teníamos la suerte de conocer la maravillosa 'locura' del empresario guipuzcoano, que mezcla bicis de ciclistas míticos con bicis de uso práctico en el pasado, de carteros y hasta de guardias civiles con arma incorporada. Ahora, con excusa del Tour, se presenta en el solemne escenario de los lienzos de Sert. El museo completa su oferta con la exposición retrospectiva de carteles del verano donostiarra, inaugurada ayer, también curiosa, como si este estío la ciudad se empeñara en mirar haca atrás con los ojos de hoy.
Seguimos recorrido y nos vamos hasta la sala Kubo Kutxa, dedicada a otra gran muestra de dimensión popular. 'San Sebastián, escena de moda', comisariada por Miren Arzalluz, es otro delicioso paseo por la Donostia de los años 20 gracias al extraordinario fondo fotográfico de Kutxa. Son imágenes conocidas, en algunos casos, de maestros como Ricardo Martín, pero tan bien restauradas que vemos a las gentes de hace un siglo con la nitidez de Instagram. Hay mucha 'biutiful pipol' de ese tiempo, pero también un fantástico repaso a talleres de modistas y paseantes varios. La exposición cuenta con la complicidad de históricos comercios donostiarras que han ambientado sus escaparates como en los viejos tiempos. En esta era de grandes superficies es un tesoro repasar sus nombres y fechas de creación: Ponsol (1838), Varadé (1912), Irulea (1932), Benegas (1908), Perfumería Matilla (1928), PYC (1930) y Sombrerería Leclerq (1932). Ese itinerario es otro museo vivo.
Completo la milla en Tabakalera, en una de las exposiciones con más valiosos contenidos de toda su historia, de Goya a El Greco pasando por Bacon. La muestra 'That Time', con fondos del Bellas Artes de Bilbao, es una reunión única. Puede ser discutible la forma expositiva, la falta de un mayor 'glamour' que dé solemnidad a cada pieza o las carencias ya conocidas de una sala de exposiciones con ventanas tapadas por telones, pero la fuerza de las obras puede con todo. Disfruten del Tour, pero cuando se vayan los ciclistas queda esta otra 'etapa reina'. El maillot amarillo es para gure 'milla del arte'.
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P.d.: Hablar de arte es hablar de Sistiaga, el superviviente del grupo Gaur que falleció hace una semana. Será culpa del Tour o del verano, pero a uno le queda la sensación de que el artista no ha sido despedido con los reconocimientos que merece uno de nuestros grandes.
En voz baja
La memoria y las bicis: la salida de Donostia en 1992
No voy a hablar del Tour, sino de personas y de esa mercancía frágil que es la memoria. Vivimos estos días la apoteosis del 'gran depart', del que participamos todo el País Vasco pero marcado por la 'grandeur' de Bilbao, sin escatimar medios. Algunos recordamos la salida desde Donostia en 1992, con más ganas que medios y un Gobierno Vasco poco entusiasmado entonces con la carrera. Ayer escribí en este papel un guiño a quienes hicieron aquello posible, con elogios a Juanjo Arratibel y Pato Reizabal. También Jaime Ugarte, Enrique Erentxun y todo su equipo fueron clave. Y muchos otros, como me recuerda el exalcalde Xabier Albistur, que fue quien inició el proyecto en 1989 aunque a la hora de la salida ya mandaba Odón Elorza. «El trabajo de Juan Ramon Esnaola permitió financiar una importante parte del evento y Fernando Berridi fue el primero que escuchó y acogió con entusiasmo mi aventurada propuesta», me dice Albistur en mensaje personal que me permito traer aquí, a este rincón íntimo. Ahora importa saber quién gana hoy en Bilbao o mañana en Donostia, y disfrutar de las bicis, pero en La Agenda Portátil cabe el lujo de recordar de dónde venimos y reivindicar a la gente que hizo cosas en tiempos en que no era fácil. Cada vez valoro más a quienes hacen y menos a quienes solo juzgan.. y para mal. (Esta imagen de Indurain, de Juanjo Aygüés, se ha convertido en nuestra memoria colectiva la postal de aquella Donostia del 92).
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mezquiaga@diariovasco.com
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