La agenda portátil

El milenarismo va a llegar: campaña para noches de verano

(Paréntesis sobre primeras veces: cuando la Real descendió a Segunda en 2007 y se consumó el drama algunos tratamos de mitigar el 'bajón' diciendo que al menos nuestra generación tendría así «la experiencia de Segunda». Habíamos crecido escuchando a los mayores contar el ascenso de Puertollano. Tuvimos el nuestro y la Real se mueve por Europa tras aquella terapia de choque. Hasta hemos sufrido después nuestra primera pandemia, aunque eso aún admite pocas bromas. Fin del paréntesis).

Hablamos de campaña larga, sucia y aburrida, cuyo fragor contrasta además con la relajación del verano. Votar mañana no es lo que más apetece, pero cumpliremos las obligaciones ciudadanas, aunque sea votando al menos malo. Porque no todos son iguales.

Como observador de lo anecdótico sigo cogiendo el rábano por las hojas. Por ejemplo, la ya famosa intervención de Zapatero en el hotel Londres, esta misma semana: el expresidente eligió Donostia para su discurso sobre el infinito, el universo y el amor, esas palabras que se se han convertido en vídeo viral y recuerdan otro vídeo célebre, el de Fernando Arrabal y su repetido «el milenarismo va a llegar» en la tertulia de Sánchez Dragó. Pregunto a uno de los asistentes al mitin del Londres. «Para quienes estábamos ahí no resultó tan extraño: era una charla de casi una hora en la que habló de todo, y en ese contexto la cita no quedaba rara», me cuenta. El vídeo, en cualquier caso, resulta hipnótico. Zapatero fue en su día caricaturizado como 'bambi' y ahora ha vuelto como dragón, pero uno tiene simpatía por este tipo distinto en un censo de líderes que siempre mejora al anterior.

El otro 'sushedido' es la ya entrevista de Silvia Intxaurrondo con Feijóo, con sus correcciones. La periodista vizcaína (fiel admiradora de las playas donstiarras, según subrayan sus amigos) se encontró con un político que recordaba, ya que citamos vídeos virales populares, al Umbral de «he venido aquí a hablar de mi libro», aunque casi termina con el no menos famoso «a la mierda» de Fernán Gómez. En esa campaña polarizada los partidos de sólo ámbito vasco han tratado de poner mordiente.

Tengo una buena noticia: la campaña ha terminado. Y una mala: los resultados quedarán tan abiertos que la guerra de verdad empezará el lunes. Mientras tanto, por la mañana gabarrón, por la noche jazz.

Es uno de los días más felices del año en la gastronomía de Gipuzkoa. Los premios Talento Gastro, que promueve este periódico con valiosas complicidades institucionales y privadas, distinguen a los profesionales con menos de 40 años que despuntan en el sector. Son una estupenda oportunidad para repasar el empuje de una nueva generación y fortalecer la autoestima guipuzcoana frente a quienes dicen que nuestra gastronomía se paró en los grandes nombres, que por fortuna siguen estando en la cumbre.

En otra parte de este DV ya se cuentan detalles. Yo me quedo con la foto de la Gipuzkoa plural que queda ahí representada. Jóvenes cocineros como Aitor Santamaría (Sukaldean) o Rebeca Barainka (Galerna), emprendedores como Valerie Maza y Ruben Andersen con sus pizzas en el 115 Sagar Ore Ama de Astigarraga, la sumiller murciana (ya guipuzcoana) Lucía Marcilla (Arzak), el parrillero Mikel Manterola del Joxe Mari de Orio, Igoa Arrizabalaga en la sala del Elkano de Getaria, Dani Luque en la pastelería que lleva su nombre en Gros, las chicas del Mika de Hondarribia, Sebastián Pincheira con su fascinante Kai Sushi Bar de Donostia o Kevin Blázquez y sus cócteles en el Hontza de Hondarribia recibieron sus premios en la gala del María Cristina. Hay futuro.

mezquiaga@diariovasco.com