Luisa Chillida se refugia en su bosque

En cada una de las obras Luisa Chillida explora la dualidad del árbol: un espacio físico que acoge y resguarda y un concepto visual que inspira a reinterpretar las formas de la naturaleza. Tal y como admite la artista, esta serie «monotemática» es un homenaje a los árboles como lugares de refugio, pero también como fuente artística, porque los presenta desde distintas visiones, algunos más abstractos y otros figurativos. Así, comenzó a trabajar con piezas más figurativas que invitan a adentrarse en la atmósfera íntima y protectora de los bosques, para luego ir hacia lo abstracto, donde se descomponen los troncos y copas, jugando con sus formas y perspectivas.

El color también adquiere su importancia. La artista admite que «al principio» fueron colores «más apagados», como grises, negros o marrones, que luego evolucionaron hacia amarillos y verdes. Este cambio «no tiene que ver con el estado de ánimo, sino con la evolución que estaba buscando», explica Chillida. «Cuando estás mucho tiempo trabajando sobre algo pierdes el punto de partida y muestras las cosas de otra manera. Así, de forma voluntaria fui hacia planos más cerrados, más de detalle del bosque».

'Basoa' es la primera serie pictórica creada por Luisa Chillida que tiene el árbol como elemento común, aunque en otras disciplinas, como la escultura, la naturaleza ha estado muy presente, con una serie dedicada a la plantación que creó en hierro. Hace cinco años, y también en la galería Ekain, presentó una colección que llevaba por título 'Piedras', con piezas sobre papel realizadas con acuarelas y tintas y una selección en esculturas.

Luisa Chillida trabaja distintas disciplinas. Además de la escultura y pintura se dedica al arte decorativo y al diseño de joyas. Creció en una familia en la que el arte era muy importante –es nieta de Eduardo Chillida y sus padres eran grabadores de obra gráfica–, por eso admite que «desde pequeña he mamado los oficios artesanos». Desde muy temprana edad «pintaba y hacía esculturas», pero se negó a estudiar Bellas Artes «porque creía que no me iba a ayudar» y optó por cursar estudios de diseño gráfico primero, y posteriormente de grabado y joyería. Porque a ella lo que le interesaba más eran «las cosas más artísticas».

No se atreve a definir su trabajo, prefiere que sean otros quienes lo definan, «yo no soy objetiva», señala, aunque sí «variopinta», dice, «porque no tengo un camino concreto a seguir, en temática y material cambio mucho, y en disciplina también», aunque si tuviera que decantarse por alguno, sin dudarlo, se quedaría con la escultura y la pintura. «La escultura me aporta unas cosas que creo que no puedo conseguir con la pintura, y que para mí son importantes. Y la pintura me da más libertad, es más liviana». La artista donostiarra tiene una tienda online donde presenta sus creaciones, aunque valora mucho poder exponer, «porque es importante ver las cosas en vivo, y no solo a través de la pantalla».