«He querido escribir una novela que también combata el blanqueamiento de ETA»
El escritor donostiarra Sebastián Reino Biggi presenta esta miércoles por la tarde 'Anatomía del odio' en la librería donostiarra Lagun
r. korta
Miércoles, 28 de septiembre 2022, 07:37
El escritor Sebastián Reino Biggi (San Sebastián, 1945) presenta este miércoles por la tarde en la librería Lagun (19:30 horas) 'Anatomía del odio', una ... disección novelada de su ciudad natal entre 1945 y 2006. Daniel Yabaz, el protagonista, evoca los veraneos de Franco, el surgimiento de los festivales de cine y jazz, la Transición, ETA, el surf, las ligas de la Real... a lo largo de 728 páginas. Un relato de largo aliento -la versión inicial tenía más de 1.200 páginas.- en el que muestra sin ambages «tanto la represión de la dictadura franquista como cuándo, cómo y por qué surge ETA, y los GAL como contrapunto al terror del nacionalismo radical vasco». En este punto, Reino Biggi advierte que la novela aspira también a ser un contrapunto a las obras literarias y cinematográficas que, a su juicio, contribuyen al «blanqueamiento de ETA».
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Sebastián Reino, empresario ya jubilado y «donostiarra de toda la vida», advierte que 'Anatomía del odio' «no es ni de lejos una autobiografía. Con decir que el protagonista es guapo y rico ya sería más que suficiente, pero es que además casi ninguno de los avatares que él vive tienen nada que ver con los que yo haya pasado en mi vida».
La sinopsis de la novela refiere la trayectoria de Daniel Yabaz, un empresario que vuelve la vista atrás después de ser víctima de un atentado terrorista; su infancia en Donostia, su toma de conciencia antifranquista, su matrimonio con la hija de un industrial de postín, sus amores clandestinos, la Transición, el terrorismo etarra, el GAL...
Reino explica que la novela no es estrictamente política, si bien «como dice en algún momento el protagonista, he tenido que soportar durante treinta años la dictadura de Franco y durante otros treinta la dictadura de ETA». En este sentido, augura que «si seguimos haciendo las cosas como estamos haciendo, ETA volverá a reaparecer, mañana o dentro de veinte años. Se está propalando una imagen distorsionada y distorsionadora de que ETA siempre ha estado ahí. Y creo que es importante que construyamos un relato imparcial de lo que sucedió».
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«Aunque sea lo que creen los jóvenes, ETA no supuso nada en nuestras vidas hasta 1968. Hasta entonces o no existía o nadie hablaba de ellos. Con Franco pasó lo mismo: en su momento pareció eterno y no: nació, creció, nos fastidió y murió. Ya no existe».
Del mismo modo que tampoco hay «la más mínima justificaciòn de la represión franquista, no sólo la violencia policial sino aquellos aspectos más fútiles, como que el fascismo nos aisló a los jóvenes de aquella época de los demás jóvenes del mundo. Nos hizo, no solo culturalmente, más atrasados»
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«Por eso he pretendido escribir una novela que combata el blanqueamiento de ETA incluso, como está sucediendo, en la literatura y el cine, con etarras que se enamoran de la hija de un guardia civil o que van a pedir perdón a la viuda de su víctima».
Sebastián Biggi señala que el humor ha sido uno de los recursos que ha explotado para atemperar los episodios más duros. «Hombre, la editora me dijo que unas de los aspectos que más le gustaba de la novela era el sentido del humor». Desde el punto estilístico, describe su prosa «de frases cortes y espíritu naturalista».
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