Noelia Lorenzo Pino | Escritora
«Intento dar cierto alivio, no destrozar el corazón del lector»La escritora irunesa vuelve con 'Purasangre', un caso de desaparición como los que «oímos en las noticias, sin artificios»
Lur y Maddi se enfrentan a una nueva investigación tras la desaparición de una joven en Irun... Noelia Lorenzo vuelve a dar voz a estas ... dos investigadoras de la Ertzaintza en 'Purasangre', una novela más social, más personal y pegada a la tierra. El viernes la presenta ante los lectores, a las 19.00 horas, en la Casa del Libro de Donostia.
–Ocho libros en una década... ¿Piensa en el siguiente antes de poner punto final a sus historias?
–Sí, la verdad es que es terminar uno y ya tengo en la cabeza otro. Con Lur y Maddi me ocurrió, durante el anterior 'Blanco inmaculado' me vinieron ya tres historias de investigación y de sus vidas personales. Una es 'Purasangre', y las otras las tengo un poquito empezadas pero dependerá de cómo funcione esta...
–Usted sí quiere alargar la saga.
–Por mí sí. Me gustan mucho estas dos mujeres. Venía de trabajar en una saga con una pareja de ertzainas, hombre y mujer. Y me apetecía mucho trabajar una pareja de mujeres. Las he creado como las que me rodean, mi hermana, mi madre, mis amigas, mis colegas de profesión... Me encanta esa relación que tienen entre ellas, esa sororidad, esos bastones que yo siento que tengo a mi alrededor. Creo que ahora mismo son necesarias estas protagonistas porque hay muy pocas, casi siempre son investigadores masculinos, o pareja mixta. Así que por mí les seguiría dando voz.
–¿Qué nuevo paso da esta novela respecto a las anteriores?
–Es diferente. Cada una tiene un perfil criminal muy distinto. En 'Blanco inmaculado' se sumergían en un caso con una chica muerta en el seno de una secta, había más misticismo, tenían que irrumpir en la familia Fritz y ganarse la confianza de unas personas que llevan años alejadas de la sociedad. Y aquí la historia vuelve a la sociedad que más conocemos, un caso de desaparición, que nunca había trabajado y me apetecía mucho documentarme, saber qué protocolos utilizan para las búsquedas. Es una historia de las que oímos continuamente en las noticias, y en esta novela las protagonistas cobran más fuerza, no son solo colaboradoras.
–Conducen la investigación, pero a la vez se entremezclan sus asuntos personales. Se habla de celos profesionales, maltrato psicológico, enfermedad mental...
–Hago denuncia social en todas mis novelas, me gusta poner el foco en los problemas que me preocupan y quería hablar de la salud mental, de cómo nos avergüenza todavía hablar de ella, el tabú de los suicidios o el desconocimiento de las terapias electroconvulsivas. Y sobre la violencia machista, el machismo en el mundo laboral y en un matrimonio donde el marido no soporta que su pareja ascienda o logre un puesto que lleva años deseando.
«Me obsesionan las desapariciones de mujeres. Se me quedan en la cabeza como una pedrada»
«Está en la cresta de la ola. Se está editando mucho y es difícil que tu novela no se quede enterrada entre todas las novedades»
«Me gustan mucho Lur y Maddi, creo que hay que dar voz a estas mujeres. Me apetece seguir la saga, tengo más historias»
–Lo que no cambia es el escenario, Bidasoa, Irun... ¿atrapa más a los lectores guipuzcoanos reconocer los lugares?
–Creo que sí, como lectora me gustan mucho las novelas localistas. Aunque no sé hasta qué punto me beneficia o me perjudica no moverme. Pero disfruto ambientando aquí. En alguna novela me voy a Punta Galea, o a Madrid, pero mi centro está aquí. Y por lo que parece funciona porque hay mucha demanda a nivel nacional del llamado 'euskalnoir', nos quieren en todas partes.
–Así que esta corriente se está expandiendo más allá de las fronteras vascas.
–Sí, por ejemplo en la semana negra de Gijón en lugar de 'euskalnoir' nos llaman los 'txapelanoir', e incluso dedicaron un año a esta temática. Acaba de publicar Mikel Santiago, está Ibon Martín, Dolores Redondo... Estamos en la cresta de la ola, yo menos pero...
–Pero también se ha abierto hueco en esta corriente.
–Sí, tengo mi comunidad de lectores fieles y estoy muy contenta. Pero se está editando muchísimo, hay mucha competencia y es difícil que tu novela no se quede enterrada entre todas las novedades.
–¿Y por qué hay que decantarse entonces por 'Purasangre'?
–Porque es una historia muy honesta, no hay fuegos artificiales, no es nada peliculera, y hay que hacerle un huequito a las voces femeninas.
–Además, esta es especial para usted, ¿no? Se la dedica a su padre.
–La creé con mi padre totalmente sano y cuando la estaba finalizando, enfermó y murió. Me costó muchísimo terminarla porque no tenía ninguna gana de revolver en los sentimientos de unos personajes con ese mismo duelo que yo estaba pasando. Ha sido como una mezcla de realidad y de ficción, conseguí acabarla y por eso está dedicada a él.
–El título 'Purasangre' evoca a esas raíces además de al nombre de una droga.
–Exactamente, tiene ese paralelismo.
–¿Dónde se inspira para buscar tramas?
–En las noticias, los 'true crime'... Me obsesionan las desapariciones de mujeres, se me quedan en la cabeza como una pedrada. Y en la sociedad en la que vivimos. Aquí en Irun...
–Pasan cosas en Irun.
–Sí, muchas, hemos visto mucha prostitución cuando era niña, ahora todo el tema de los migrantes, que en algún momento escribiré sobre ello.
–Constata en la novela que la realidad supera a la ficción.
–Muchas veces es mucho más dura la realidad. Pero cuando escribo sí me escabullo un poco, porque hay que dar algo de alivio, no puedes destrozar así el corazón del lector porque entonces no querrán volver a leer novela negra.
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