Harkaitz Cano se suma a los relatos utópicos de Borradores del Futuro

El viernes comenzará la distribución de este relato en librerías, bares, o en lugares de paso de forma gratuita si se prefiere el papel o también por fragmentos en Whatssap o Telegram. Así será durante diez días, tal y como ha ocurrido con los seis relatos precedentes de este proyecto de Azala que persigue que los autores propongan fines utópicos a través de proyectos que ya existen. Como la cooperativa de Goi Ener en el caso de Cano o como un trujal cooperativo de Álava en el relato de la fábula de Belén Gopegi o las redes vecinales durante el confinamiento del año pasado de 'Una escalera en común' de Karmele Jaio.

Como ellos y como Harkaiz Cano han participado también Katixa Agirre, Daniele Sarriugarte y Unai Pascual y este mismo año se esperan también los relatos cortos de Patxi Zubizarreta y Uxue Alberdi. Dicen desde Azala que están en camino. Y cuentan también lo importante que resulta con la creación se sume a la búsqueda de utopías desde proyectos que ya existen en la sociedad vasca, sea un barrio okupa de Vitoria o la soberanía energética que ha inspirado a Hakaitz Cano.

Como ocurre con tantas iniciativas, la pandemia ha alterado uno de los mimbres del proceso creativo. Se trata del encuentro abierto entre los autores de cada fábula y los interesados en aportar ideas y colaborar que ya no puede ser presencial y se hace a través de zoom. Pese a ello, dicen desde Azala, no ha disminuido el interés de gentes que participan en proyectos alternativos que luego se verán reflejados, en otros creadores o en personas que quieren saber sobre inspiración o sobre utopías.