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Los libros vuelven a tomar hoy las calles
No se celebra la tradicional feria en la Plaza de Gipuzkoa pero cada librería podrá vender sus ejemplares fuera de los locales
Los libreros no renuncian a hacer ruido y a que las historias que se narran en papel inunden las calles y reclamen su protagonismo. ... El Día del Libro que se celebra hoy, un nuevo 23 de abril, no será una cita convencional: ese punto de reunión de la plaza de Gipuzkoa de San Sebastián en el que otros años diferentes librerías exhiben clásicos y novedades para conmemorar la fecha no va a celebrarse como es habitual desde hace años.
Pero el 23 de abril volverá a inundarse de literatura con las mesas repletas de libros en todos los establecimientos que tengan espacio para sacar a la calle lo que albergan en sus estanterías. Y aplicar el tradicional descuento del 10% propio de la fecha.
Los cierres perimetrales van a influir en la venta de ejemplares, es cierto. Pero también lo es que los propios libreros no se consideran el sector más perjudicado por la pandemia. Ramón Latiegi, de Hontza, sabe que no tiene espacio para exhibir sus ejemplares en la calle Oquendo, pero reconoce también que «cuando miro a las tiendas de mi alrededor me doy cuenta de que no puedo quejarme, que hay negocios que van mucho peor».
Adolfo López Chocarro no sólo pasa mañana y tarde en su librería Zubieta, en la calle Reyes Católicos, sino que también preside el gremio de libreros de Gipuzkoa. Y es uno de los más optimistas sobre el panorama que se cierne sobre la venta de libros.
«Parece que la gente lee más con la pandemia, pero no vendemos más libros que antes», dicen desde Lagun
«Se anuló la feria en la plaza de Gipuzkoa porque iba a ser muy complicado y se optó por no centralizar el Día del Libro en un solo punto y optar porque en cada barrio, en cada pueblo, las librerías a las que les sea posible saquen sus mesas y den visibilidad a los libros. Hemos intentado complementar esta celebración con actividades para los más pequeños, con personajes famosos vinculados a sus libros favoritos... El cierre perimetral nos va a perjudicar, está claro, pero queremos ser optimistas porque el libro se ha revalorizado durante la pandemia, se ha convertido en una forma de ocupar el tiempo de la gente. Muchos no sabían siquiera lo que podía suponer coger un ejemplar de la estantería. Algunos, incluso, lo habían olvidado».
López Chocarro bromea: «Creo que esta es la primera pandemia de la historia que beneficia a los libreros». Lo que espera para este día de hoy y para el resto de la temporada es que la tendencia a dar valor a los libros y a las librerías se mantenga.
«No estamos tan mal»
En el establecimiento Donosti, situado en la plaza de Bilbao, temen también a las consecuencias del cierre perimetral, porque son conscientes de que los clientes del territorio son una parte importante de la demanda. Lo cuenta Santi Azurmendi. «El panorama no es tan malo como se pudiera pensar porque, aunque no sea para echar cohetes, sí se venden libros. Tampoco tenemos que olvidar que el año pasado teníamos la persiana cerrada y que esta vez podemos abrir».
«Todo esto nos ha afectado, pero no somos el sector económico que peor lo está pasando», cuentan en Hontza
Azurmendi cree que mucha gente ha descubierto el libro, se ha aburrido de las series y, al menos, ha cogido un ejemplar de la estantería de su casa y ha descubierto todo lo que le ofrece. Porque, dice, la gente pasa más tiempo en casa y recurre a esta fórmula de ocio, muchas veces aburrido de las plataformas..
«Pero no por eso se vende más», advierte Ignacio Latierro, de la librería Lagun. «Se vende lo mismo. ¿Con qué panorama nos enfrentamos? Con el mismo que antes de la pandemia, la amenaza de lo digital, la competencia de las grandes plataformas como Amazon... Pero el comprador de libros ha seguido viniendo y aunque no sea una percepción científica, tenemos la sensación de que la gente ha apostado por la literatura clásica y no por las novedades de última hora. Insisto, solo es una impresión.
Menos movimiento
Idoia es la encargada de Elkar en la calle Bergara. El rojo que tiñe San Sebastián y un buen número de localidades debido a la incidencia de la pandemia no favorece a la celebración de una jornada como el Día del Libro y ya han notado que el movimiento de clientes ha disminuido de forma notable.
«Vamos a hacer ruido, a sacar el libro a la calle, barrio a barrio, pueblo a pueblo», asegura el presidente del gremio
Coincide con Latierro en que aunque el hábito de leer se haya recuperado tal y como señalan todas las encuestas, la tendencia no ha supuesto un boom de ventas. «Si es cierto que hay movimiento, que pese a que éramos un sector que ya estaba afectado afectado por la crisis. Pero hemos conseguido mantenernos».
Ramón Latiegi, de Hontza, recuerda que los libros no dejan de ser un producto de consumo, e insiste en que la reducción de gastos también les ha afectado, por mucho que se hable de la recuperación del hábito de la lectura durante la pandemia.
«La gente sale menos, consume menos... Pero si me comparo con el resto, el comercio y la hostelería, por ejemplo, no puedo quejarme. Además, lo importante es que la gente lea».
¿Un ensayo seráel protagonista deeste 23 de abril?
Puede ser posible. 'El infinito en un junco' no es una novela, es un ensayo de Irene Vallejo que repasa la invención de los libros en el mundo antiguo. Y que ha conseguido atrapar a tanta gente que hay quién piensa que es ficción. ¿Será la estrella de hoy, este Día del Libro que no por diferente tiene menos valor? Es la apuesta de algunos de los libreros consultados. Son muchas las novedades, aunque quizás sorprenda que sea un ensayo el más vendido.
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