'Fin de temporada' de Ignacio Martínez de Pisón (Seix Barral)

La huida del pasado y la ocultación de la memoria familiar, el hurto de las raíces, constituyen el núcleo de 'Fin de temporada', una intensa y dolorosa historia que Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) trenza con su proverbial maestría. Las relaciones familiares como fuente de conflicto, el amor elevado a un grado tóxico, los secretos que siempre terminan por salir del armario... una novela reconocible para casi cualquier lector y que refleja también, el radical cambio social de las últimas décadas.

Juan y Rosa son dos jóvenes que no han llegado a la veintena y que en el verano de 1977 viajan de Plasencia a una clínica abortista clandestina en Portugal. Un accidente de tráfico trunca el propósito. Veinte años después, Rosa y su hijo Iván emprenden el que parece ser el proyecto que arrumbará por fin una fuga errabunda que sólo ella conoce, lastrada por dos estigmas íntimos (abortista y madre soltera). Llegan a Miami Platja donde Rosa quiere reactivar un camping –metáfora de residencia provisional– con su amiga Mabel, otro corazón herido, en este caso por malos tratos.

Rosa mantiene una relación «inquietante» con su hijo –duermen juntos hasta los 18 años– , al que ve como la reencarnación de su primer y único amor, pero él hace su primera tentativa de emanciparse. Y la relación se fractura del todo cuando Iván comienza a vislumbrar sus orígenes. «Cuando supe la verdad... Se vinieron abajo mis dos vidas, la real y la imaginada, y me quedé sin nada». Porque «saber nos hace diferentes, nos convierte en otras personas», aunque frente a la inutilidad la fuga –«el pasado siempre acababa encontrándote»– pueda asomar el subterfugio, una vez demolido el cortafuegos con el pasado, del ensimismamiento. Iván asumirá ese riesgo a costa de esterilizar su entorno de afectos.