El Koldo Mitxelena cerrará en diciembre para acometer una reforma que durará año y medio

El proyecto de reforma del centro cultural donostiarra se remonta a 2019, con Denis Itxaso al frente del Departamento. Obligado por la necesidad de acometer una rehabilitación arquitectónica del edificio, el entonces diputado foral de Cultura planteó un ambicioso plan que contemplaba una reorganización integral del centro, también en lo referente a la actualización de sus servicios. Su relevo al frente de Cultura con la llegada de Harkaitz Millán, la irrupción de la pandemia en 2020 y el actual escenario de incertidumbre económica dieron paso a diversos replanteamientos del proyecto, que han desembocado finalmente en el que está previsto llevar a cabo.

Lo que sí han conseguido los responsables forales es la licencia de actividad sin la que el Koldo Mitxelena ha estado funcionando desde su apertura en 1993, tal y como reconocía Millán a este periódico el pasado mes de julio. También han obtenido recientemente la licencia de obra para acometer la reforma.

En su comparecencia, el responsable foral de Cultural ha hecho un repaso de los innumerables imprevistos y contratiempos que ha afrontado el proyecto, pero afirma que la adjudicación de las obras tendrá lugar antes de que acabe este año y que, tras un plazo estimado en año y medio de intervención, el centro reabrirá sus puertas al público en junio de 2024. Mientras tanto, ha señalado, continuará prestando sus servicios al público en otras instalaciones.

Respecto al presupuesto, recordó que el proyecto original contemplaba una inversión cercana a los once millones que durante la pandemia se quedaron en siete a lomos de un replanteamiento que transformaba el centro cultural de una forma menos radical. «En estos momentos y dada la subida de precios en la construcción, provocada por la guerra de Ucrania, se estima que esta cantidad puede superar los ocho millones de euros». Indicó que los precios previstos «son ajustados y no el chocolate del loro», aunque admitió su preocupación tras comprobar que diferentes obras públicas se están quedando sin adjudicar» porque las empresas se muestran muy prudentes con los costes, ante el escenario de incertidumbre económica que se abre este otoño.

En cuanto a la reubicación de los servicios en estos dieciocho meses de obra, el servicio de préstamo de libros de la biblioteca se trasladará al Komikigune, situado en la próxima al KM, calle Reyes Católicos, 16. Las actividades programadas en el salón de actos se llevarán a cabo en el Convento de Santa Teresa, en donde también estarán las oficinas de la sección de Promoción y Difusión Cultural. Los fondos permanecerán durante las obras en el Archivo Histórico Provincial de Gipuzkoa, en Oñati. «El servicio de Infoteka y la consulta del Fondo de Reserva, así como la consulta de la Hemeroteca digital, se ubicarán en Villa Asunción; un edificio situado en el Alto de Miracruz, que ha sido adscrito al Departamento de Cultura, Cooperación, Juventud y Deportes», explicó Millán.

Millán no quiso dar fechas concretas sobre la entrada en funcionamiento de todos estos servicios porque «es difícil debido a los múltiples factores y variables intervinientes, en los que los movimientos se han de realizar en cascada», pero sí admitió que «la estimación es que en la segunda quincena de enero esté de nuevo en servicio la Sala de actividades, y que el servicio de préstamo -en calle Reyes Católicos- y las oficinas de biblioteca -en Villa Asunción- se pongan en funcionamiento a primeros de febrero».

A preguntas de los junteros de la oposición, reconoció que «de una intervención integral, en la que todo el edificio sería renovado por completo, mediante una reconstrucción realizada de acuerdo con la normativa vigente, se ha pasado a una reforma parcial, que no incluye todos los aspectos anteriormente previstos, y además de cumplir la normativa vigente, obliga a adaptar espacios y usos antiguos a las nuevas exigencias de la legislación en materia de construcción».

Y concluyó: «Aunque pueda parecer paradójico, una reforma parcial supone, en este caso, una mayor complejidad que una reforma integral».