Miguel Martín: «Joan Baez y Jamie Cullum prometen en la playa una noche inaugural redonda»

- Antes de hablar de lo que habrá, comentemos lo que no habrá. Rosalía, la artista de moda, no actuará en el Jazzaldia pero su nombre estuvo sobre la mesa a la hora de confeccionar el programa.

- A día de hoy casi es un signo de distinción ser «el festival en el que no actúa Rosalía», a la vista de lo que se ha prodigado. Pero bromas aparte, sí es cierto que estuvo en la agenda hace muchos meses. Su carrera se lleva ahora desde Londres, de la mano de un agente mexicano con el que hemos trabajado varias veces en San Sebastián. En su momento contactamos pero no había ni opción: sus fechas de gira concluían antes del Jazzaldia. Existía un problema añadido: sus cifras económicas son más altas de las que manejamos, pero me atrevo a decir que esa dificultad se habría superado porque nuestra idea era traerla a la playa, un escenario seductor que su agente conoce bien porque otros músicos suyos han disfrutado en ese marco. La imposibilidad fue frustrante, pero visto a día de hoy, no tener a Rosalía nos diferencia, dicho sea con ironía.

- Otra figura vinculada al jazz presente estos días en San Sebastián pero no en el festival es Woody Allen. ¿Le invitarán a algún concierto?

- Nuestra principal relación con su productora ha sido logística, para que el festival y su rodaje convivan sin problemas. Y no los habrá: ellos tienen nuestro cronograma de ocupación de espacios públicos y no creo que haya dificultades. En cuanto a su presencia en conciertos, imagino que estará absorbido por el proceso creativo de la película, pero si quiere ver cualquier concierto, será bienvenido.

- Vamos al festival, pues. El esquema de los últimos años ha funcionado tan bien que parece que, al margen de los nombres del cartel de cada edición, todo está ya inventado...

- Ni mucho menos. Está claro que el público ha respaldado ese esquema basado en la Plaza de la Trinidad, la playa, el Kursaal, el patio de San Telmo y tantos otros escenarios, pero seguimos evolucionando. Este año, por ejemplo, habrá más conciertos, y más complicados que el año pasado. Contamos con un ciclo de música japonesa que será espectacular, volvemos a incorporar actuaciones en directo en el Nauticool y salimos de la mano de Heineken a siete establecimientos de hostelería con conciertos en vivo. Desde la programación apostamos de manera aún más rigurosa por el jazz.

- Al presentar la programación destacó el protagonismo de las mujeres que habrá en esta edición.

- Sí. Casi sin buscarlo nos hemos encontrados con que este año queda en primer plano el nivel de talento que hay ahora mismo en las intérpretes y creadoras musicales. En la Plaza de la Trinidad tres de los cuatro conciertos los protagonizan mujeres (Maria Schneider, Diana Krall, Silvia Pérez Cruz), abrimos nada menos que con Joan Baez y hay mujeres en todos los escenarios.

- Y también presume de su apuesta por los jóvenes.

- Seguimos con la apuesta por los músicos locales y por los jóvenes. El aficionado disfruta con los grandes nombres, como Charles McPherson, tan jovial a sus 80 largos años, pero reclama novedades y artistas que no sean los de siempre. Y déjame añadir que otro de nuestros grandes objetivos, más social que artístico, es ser un festival sostenible. Seguimos dando pasos en esa línea.

- La Jazz Band Ball inaugural en la Zurriola busca siempre un nombre de tirón. Este año son dos.

- Lo ideal quizás hubiese sido repartir su protagonismo en noches distintas, pero por fechas hubo que encajarlos el mismo día y, a la postre, será mejor: una inauguración redonda con dos estilos tan distintos pero dos nombres tan indiscutibles como Jamie Cullum y Joan Baez. Los dos, por diferentes motivos, han prometido una noche redonda. Cullum conoce bien ese lugar; Baez llega en su gira de despedida a los escenarios.

- El público busca novedades pero los primeros en agotar la taquilla son siempre los mismos.

- Diana Krall fue la primera en colgar el no hay billetes, seguida de Silvia Pérez Cruz, que llega a la Trini con un original proyecto de la mano de Toquinho. También Joe Jackson está a punto de llenar el Kursaal con su propuesta, que vuelve a sus orígenes y engancha otra vez con el público. Y el gran John Zorn, nuestro premio del festival de este año, mantiene a sus fieles incondicionales.

- ¿Cuáles pueden ser las sorpresas?

- Insisto en que los grandes nombres están muy bien, pero hay muchos aficionados que disfrutan descubriendo las cosas nuevas. Por ejemplo, hay un grupo americano nuevo, Unspeakable Garbage, que es pura energía e invención. Lo recomiendo vivamente: estarán el jueves en el Victoria Eugenia y el viernes en la Trini.

- ¿Más 'tapados' de este año?

- En la Jazz Band Ball, el original espectáculo de 'Love&Revenge', con imágenes de cine egipcio de los años 60 en pantalla, un oud eléctrico, dos DJs y 'pinchavideos'. Es como un espectáculo de danza totalmente distinto.Y una sorpresa más: al final de la primera noche de la Plaza de la Trinidad Maria Schneider y Donny McCaslin se unirán en el escenario en un homenaje a David Bowie.

- ¿La Plaza de la Trinidad ha quedado como espacio del público más veterano y la playa de los jóvenes?

- Así es, aunque queremos cambiar ese tópico. Nos gustaría rejuvenecer la plaza de la Trinidad, y en ese sentido haremos movimientos notables en los próximos años. Queremos llegar a todos los públicos. La Zurriola es una maravilla, con ese Escenario Verde presidido por la gran pantalla que le da personalidad. Este año, por ejemplo, hay espectadores mayores que preferirían tener sillas en la playa para ver a Joan Baez, pero así son las cosas.

- Ocurre lo mismo con la Plaza de la Trinidad: incómoda, pero con encanto.

- El aforo legal se marcó en 1.834 espectadores y todas esas personas saben que tendrán sitio pero sin su asiento numerado, como en el Kursaal, que tendrán que hacer cola... Son nuestras señas de identidad y funcionan.

- Desde algunos sectores ha habido críticas a la programación del Escenario Verde...

- Todo depende de cómo se mire. Hemos hecho una apuesta de impacto por Baez, Cullum y Neneh Cherry, y estoy seguro de que el público responderá también a los otros nombres. Durante años el Verde fue el escenario 'indie', con ediciones brillantes que presentaron a Belle and Sebastian o Elvis Costello. Hay que hacer equilibrios. Por tirar de la Zurriola no puede dejar coja a la Plaza de la Trinidad.

- ¿Qué sueño le gustaría llevar un día a la programación? ¿Qué haría si tuviese más presupuesto?

- Su tuviese más dinero apostaría siempre por la programación, que es la madre del cordero del festival. Pero también sabemos por experiencia que una buena programación no solo se consigue con dinero: a veces se debe más a factores como la coincidencia de fechas o giras. No buscaría músicos más caros , sino ciclos especiales, como el de Japón de este año, que da prestigio y novedad... Pero también mejoraría algunos detalles en la producción, donde a veces logramos milagros con pocos medios, y quizás también mejoraría la difusión del festival a nivel internacional. Ahora nuestra promoción se basa en el propio prestigio e historia del festival, pero se podrían realizar distintas acciones de proyección.