«Esta edición se recordará por la calidad artística, incluso más que por la pandemia»
Miguel Martín revela que la venta de entradas ha superado las previsiones con cerca de 10.000 espectadores en los conciertos de pago
Al término de la edición de la pandemia en que hubo que reducir aforos y programación y mantener la mascarilla permanentemente puesta, el director del ... Jazzaldia Miguel Martín no quiso dar cifras globales de asistencia porque «las terrazas han tenido un concepto muy distinto al de otros años», aunque valoró que la venta de entradas de pago ha sido «un 33% superior a lo que habíamos previsto». Las localidades vendidas han sido «alrededor de 10.000», lo que supone aproximadamente «la mitad de entradas con la mitad de aforo», con respecto a las ediciones normales.
Martín mostró su satisfacción porque «no hay ninguna incidencia que señalar, había que respetar los protocolos y se ha conseguido», y considera que «para el aficionado ha sido una de las más extraordinarias ediciones desde el punto de vista artístico, la música ha alcanzado una intensidad de 13 sobre 10». Por ello cree que esta edición se recordará «por la calidad artística incluso más que por la pandemia». Y quizás también por la excelente climatología, no ha habido ni una gota de la lluvia que ha solido empañar otras ediciones, y ha lucido el sol prácticamente durante los cinco días que ha durado la 55 edición.
Entre las actuaciones más especiales, Miguel Martín destacó la de Mariza, «que nos puso la carne de gallina a todos», la de Sílvia Pérez Cruz con Marco Mezquida, el «despliegue de energía musical» del octogenario Michel Portal y el trío Rymden, que «nos transportó a un panorama en el que se transcienden los estilos». Músicos como Joaquim Kühn, que «no va a hacer más conciertos este verano», Oreka TX que «nos volvió a dejar asombrados», o los premiados Jorge Pardo, Chano Domínguez e Iñaki Salvador, que «han dado varios conciertos extraordinarios», forman parte de la valoración muy positiva de Martín. Y entre los nuevos valores que han tocado en las terrazas del Kursaal, resaltó la «profesionalidad enorme» de Matilda, la actuación de Sara Mansilla, «a la que hemos seguido y apoyado en Donostia Kultura», y el trabajo de Les Fous.
Músicos en colaboración
Miguel Martín ha encontrado una ventaja al tener que hacer una nueva programación en dos meses, a causa de la pandemia que paralizó todo en los meses previos a la celebración de esta edición, y acudir sobre todo a músicos locales y nacionales que pudieran garantizar su viaje a San Sebastián en plena desescalada. «Esta forma de trabajar cercana, en la que ha sido posible proponer proyectos a los músicos y que algunos de ellos hicieran varios conciertos con propuestas diferentes, ha contribuido a lograr un nivel artístico altísimo», señaló Miguel Martín.
Para el concejal de Cultura, Jon Insausti, «ha sido una edición medicinal, que nos deja la enseñanza de que la experiencia cultural es segura y agradable. Es un mensaje importante para seguir adelante», expresó Insausti sobre esta exitosa primera fase de la intención que mostró desde el comienzo el Ayuntamiento donostiarra de que los grandes festivales de verano se celebren este año, con un formato u otro, en función de la situación sanitaria y de la la forma más normalizada posible. «Donostia Kultura y el Ayuntamiento hicieron una apuesta por que el Jazzaldia se celebrase y ha sido un festival fuerte y seguro», apuntó el concejal. «Por orgullo de ciudad teníamos que sacar adelante esta edición, han sido unos meses muy duros de trabajo pero entre todos lo hemos conseguido», añadió Insausti. «La actitud del público ha sido ejemplar, y con una buena programación y una buena producción se ha conseguido el éxito».
Las nuevas terrazas
Además de los aforos reducidos, y el menor número de recintos utilizados para los conciertos de pago (Plaza de la Trinidad, teatro Victoria Eugenia, Auditorio Kursaal y Museo San Telmo), el mayor cambio en esta edición se ha producido en la zona de la playa de la Zurriola habitualmente destinada a los conciertos gratuitos. Sin el gran Escenario Verde ni la disposición de los otros escenarios con circulación libre del público entre ellos, la trasera del Kursaal ha tomado forma de terrazas de bar con mesas distanciadas y servicio de camareros para disfrutar una veintena de conciertos. Un espacio que «ha resultado magnífico», a decir de la organización del festival, «para tomar algo tranquilamente mientras se disfrutaba de buena música en vivo, todo ello con unas vistas incomparables».
Otra novedad este año han sido los conciertos ofrecidos en streaming, a través del canal del Jazzaldia en Youtube, con quince actuaciones en total, «seguidas en directo por multitud de personas aficionadas de todo el mundo y que suman ya más de 14.000 visualizaciones».
También se ha celebrado el Txikijazz, aunque sin talleres, pero eso «ha permitido que los niños se concentraran más en la música, y ha sido una muy buena experiencia», destacó Martín.
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