«Si el gigante de Altzo está en el cementerio, vamos a encontrarlo y si no, es que se lo llevó alguien»
Un equipo de Aranzadi busca los restos de Miguel Joaquín Eleicegui, 'El gigante de Altzo', en la tumba familiar, aunque la leyenda apunta a que fueron robados por extranjeros
«Si está lo vamos a encontrar seguro y si no, es que se lo llevó alguien». Así de tajante se mostraba ayer el forense ... Francisco Etxeberria, que al frente del equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi busca los restos de Miguel Joaquín Eleicegui 'El gigante de Altzo' en la tumba familiar del cementerio de la Iglesia San Salvador de la localidad, en la que fue enterrado en 1861.
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La excavación es un trabajo conjunto entre el Ayuntamiento de Altzo y Aranzadi que comenzó el miércoles pasado y, en principio, estaba previsto que concluyera hoy, aunque es probable que se prolongue más tiempo.
Francisco Etxeberria, que dirige la excavación, admite que «no me imaginaba yo hace tres años que íbamos a venir aquí, pero al haberse hecho la película y al haberse reactivado la figura de este hombre por otra serie de razones...» De hecho, el filme 'Handia' (2017), de Aitor Arregi y Jon Garaño, ha contribuido en los últimos tiempos a despertar el interés por la figura de 'El gigante de Altzo', protagonista del centro de interpretación de la localidad. Su pieza central es una figura a tamaño natural de Eleicegui, que llegó a medir 2,40 metros, creada en 2018 por el artista Iñaki Moyua. El centro muestra las prendas que se utilizaron en el rodaje de la película, así como las marionetas de la ópera infantil creadas por Néstor Basterretxea. Los objetos reales pueden verse en la exposición permanente en el Museo de San Telmo de Donostia.
Francisco Etxeberria reconoce que «es una tarea complicada. Teniendo en cuenta que cada familia, cada caserío, posee un espacio específico en el cementerio, estamos trabajando en la zona en la que fue enterrado el último miembro», allá por 1984 y cuyos restos fueron exhumados ayer. «Queremos ver si más abajo pueden estar o no los restos del siglo XIX», señala el forense donostiarra.
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Más de un metro excavado
Alrededor de quince personas trabajan en un excavación de seis metros de largo por dos de ancho que ya ha superado el metro de profundidad. «Se ve que está floja la tierra y es posible que sigan apareciendo restos». Las labores de Aranzadi no afectarán al resto de tumbas del cementerio, en desuso desde hace treinta años.
Si los trabajos en la tumba no dan resultado, el equipo de Aranzadi buscará los restos de 'El gigante' en el osario del cementerio
En el caso de que los trabajos en la tumba no den un resultado positivo, el equipo de Aranzadi revisará el osario del cementerio, ya que «lo normal después de tanto tiempo es que los huesos se sacaran para enterrar a otro miembro de la familia y los antiguos se llevaran a esa lugar», apunta Lourdes Herrasti, historiadora, del Departamento de Antropología de Aranzadi.
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Herrasti admite que «quizás hubiera sido mejor» empezar la búsqueda por el osario, «pero no todo el mundo coincide en que los restos fueran extraídos, así que se ha decidido mirar primero en la tumba de la familia». Etxeberria añade que «si hubieran estado en el osario se hubiese sabido por medio del enterrador. Alguien los hubiera visto y esa noticia aquí no la tiene nadie».
Sobre las perspectivas de éxito, Etxeberria indica que «yo siempre me declaro un poco pesimista. Hasta que no centras el tema, los momentos previos son de incertidumbre, de duda, desaniman en cierto modo; sin embargo, cuántas veces hemos acabado encontrando los restos».
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Lourdes Herrasti también cree que «las posibilidades de encontrarlo pueden ser pocas o ninguna. Se trata de despejar la incógnita. ¿Que no queda absolutamente ningún resto? Se podrá decir que no está aquí y se abrirían otras hipótesis a las que ya apunta la leyenda de que algunos extranjeros -se habla de ingleses- vinieron poco después del enterramiento a interesarse por los restos del gigante». Coincide con Etxeberria, quien asegura que «los museos de historia natural tenían interés por estos fenómenos y los iban a buscar a donde fuera menester».
Una peripecia vital rodeada de leyendas y de misterios
Nacido el 10 de julio de 1818 en el caserío Ipintza de Altzo, Miguel Joaquín Eleicegui sufrió de adolescente una grave enfermedad que los expertos no han podido concretar, pero que le hizo crecer de una forma desmesurada. Una asociación se hizo con los derechos para mostrar a Miguel Joaquín por distintas ciudades durante un año y así, el conocido como 'El gigante de Altzo' visitó Bilbao, Donostia, diferentes ciudades de España, Francia, Portugal... En estos viajes conoció a la reina Isabel II de España, al rey Luis Felipe de Francia o a la reina Victoria I de Inglaterra, entre otros. Miguel Joaquín Eleicegui falleció a los 43 años en su caserío Ipintza de Altzo Azpi. Según algunos expertos, por fue una tuberculosis de pulmón.
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