La fuerza de las mujeres montañeras, puesta de relieve en blanco y negro

«Desde pequeño mi vida gira en torno a la montaña, no sabría vivir sin ella. Esquío y voy al monte con amigas, he participado en cordadas mixtas, y veo constantemente que también en la montaña hay mucho machismo y que no se les da a las mujeres el valor que tienen y les cuesta más que a los hombres que se reconozca lo que hacen», afirma Martínez al referirse a la experiencia personal que subyace en la exposición 'Montaña en femenino', que se ha inaugurado esta semana en Photomuseum de Zarautz, donde permanecerá hasta el 23 de agosto.

Ese conocimiento cercano de la realidad de las mujeres en la montaña le animó a elegirlas como tema a la hora de preparar, «hace dos años y medio, el trabajo de fin de curso en la Escuela de Artes y Oficios de Gasteiz. A medida que iba avanzando en el proyecto me iba dando cuenta de lo que estaba haciendo merecía más tiempo. No quería quedarme con la media docena que tenía que entregar y, además, me animaron a continuar», recuerda Martínez.

Un proyecto que sigue vivo, «aunque ahora avanza a un ritmo más tranquilo», se ha plasmado hasta la fecha en una extensa galería compuesta por retratos de 40 mujeres que practican diversas modalidades deportivas vinculadas a la montaña. Con ellos ha ido generando y mostrando relatos fotográficos que han tenido muy buena acogida en los lugares en los que se han expuesto. Para Photomuseum ha realizado una selección de 27 fotografías, 16 de las cuales son retratos.

Retratos de mujeres que, en muchos casos, son referentes en sus respectivas modalidades deportivas aunque, confirmando la tesis que llevó a Jon Martínez a poner en marcha el proyecto, la mayoría de ellas no tienen demasiada repercusión fuera de los círculos más especializados.

«Son mujeres que hacen actividades muy potentes y están muy comprometidas con su deporte, pero solo son reconocidas en el mundillo de la montaña», asegura Martínez, precisando que su intención no es «hacer un discurso feminista, sino dar visibilidad a las mujeres que se esfuerzan tanto en la montaña».

No le ha costado demasiado contar con la colaboración de tantas deportistas: «Para el proyecto de fin de curso empecé a tirar de amigas y conocidas, y poco a poco fueron ellas las que fueron comentando el tema en los grupos de chicas con las que escalaban o iban al monte... A otras les hice directamente la propuesta y aunque no me conocían de nada la mayoría ha dicho que sí». Podría decirse que ellas también han estado interesadas en contar su historia y en mostrarse ante un entorno que no las tiene muy en cuenta.

En 'Montaña en femenino' el visitante encontrará mujeres, pero no verá montañas. El fotógrafo optó por sacarlas de su elemento «porque quería que solo fueran ellas, que nada distrajera la atención». Además de elegir el estudio como escenario, se decantó por el blanco y negro «por la uniformidad que me da a la hora de construir el discurso. El blanco y negro unifica, y también le da al conjunto mucha expresividad y un aspecto estético y elegante». Y, en sintonía con las poses y las expresiones de las mujeres fotografiadas, contribuye a intensificar la sensación de fuerza y energía que transmiten.

El fotógrafo asegura que ha procurado no condicionar el resultado. «No les daba demasiadas instrucciones. Les decía que fueran ellas mismas, que acudieran a la sesión de fotos con lo que les apeteciera, con la ropa con la que se encontraran más a gusto, con los objetos que les representaran, como suelen ir al monte habitualmente... Algunas incluso venían directamente de entrenar» afirma al referirse al intento de «captar la realidad, sin distracciones», que ha guiado el proyecto.

Las auténticas protagonistas del proyecto han elegido también qué contar a la cámara y cómo hacerlo, y la imagen predominante habla de «autoafirmación, de determinación, Miran al frente, como hay que mirar a las cosas de la vida o a una vía de escalada dura». Además de los retratos, Jon Martínez ha incorporado a la nuestra varias fotografías de detalle en las que de no ser por el contexto sería difícil determinar si se trata de hombres o mujeres, porque «la montaña no tiene género».