La exposición de Chillida y Oteiza supera el millar de visitantes en su primer fin de semana

En concreto, han sido 1.136 las personas que han visitado la muestra desde la apertura del viernes, a la que acudieron 800 personas, más de la mitad de los 1.500 socios del museo. En ocasiones anteriores, como es el caso de la exposición dedicada a Elcano y la primera vuelta al mundo, el acto inaugural contó con 300 personas. La del pasado viernes resultó «desbordante», en palabras de la directora de San Telmo, Susana Soto, que no recuerda una apertura de exposición tan concurrida.

Todo esto permite formular los mejores augurios para una exposición «muy esperada y que ha levantado una gran expectación», indican fuentes del museo, que ayer permaneció cerrado por el habitual descanso semanal, pero cuya entrada es hoy gratuita, como todos los martes.

El sábado también hubo una notable afluencia de público, con casi 350 personas –«una cifra muy alta para el museo»–, y sólo el domingo se produjo un descenso de visitantes –en torno a 150–, debido a que «al coincidir con el final la Korrika y los actos programados con este motivo, la agenda de los ciudadanos era otra», señalan fuentes de San Telmo, que también atribuyen al buen tiempo esta discreta cifra.

En cualquier caso y para poner en contexto los datos, recuerdan que si la anterior muestra, 'Baginen bagara', «rondaba en marzo los 1.500 visitantes semanales, con 'Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogo en los años 50 y 60' nos situamos por encima del millar en solo tres días».

En cuanto a las primeras impresiones dejadas por el público, los responsables de San Telmo destacan el amplio y favorable consenso que parece haber suscitado el comisariado de Javier González de Durana al conseguir, por un lado, hacer más accesibles las obras de unos escultores cuya complejidad no se le oculta a nadie y, por otro, descubrir aspectos de sus trayectorias que resultaban menos conocidos hasta el momento.

Fuentes del museo donostiarra indicaron que entre los comentarios de los primeros visitantes destacan los que elogian la buena labor de González de Durana que, junto con la disponibilidad de préstamos de entidades públicas y privadas, además de Chillida-Leku y el museo de Alzuza, que hacen que el recorrido expositivo resulte «muy fácil de leer y comprender». Y añaden que «es una exposición muy esperada que estaba ya en el imaginario de los ciudadanos. Esa emoción se ha notado en los primeros visitantes».

'Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogo en los años 50 y 60' reúne cerca de 120 esculturas, documentos, bocetos, dibujos, fotografías y audiovisuales que ilustran las trayectorias de los dos artistas a través de la evolución de sus formas y materiales. Estructurada en nueve secciones, incluye obras nunca vistas antes en el País Vasco –como el 'Laocoonte' de Oteiza, en su primera salida de Córdoba–. Además, dos de las puertas de Chillida para Arantzazu salen por primera vez de la basílica para su exposición frente a los moldes de dos de los apóstoles –San Pedro y San Pablo– creados por el escultor oriotarra para ese mismo enclave. El inicio del recorrido expositivo está marcado por la instalación frente a frente de las obras de uno y otro artista, mientras que a partir de la tercera sección las esculturas se muestran más entremezcladas. Varias piezas realizadas en piedra cierran el itinerario.

La exposición, procedente de la sede valenciana de la Fundación Bancaja, permanecerá abierta al público en Donostia hasta el próximo 2 de octubre. Durante los cuatro meses que estuvo abierta en Valencia –del 4 de noviembre al 6 de marzo–, más de 22.000 personas visitaron la muestra. El hecho de que los dos artistas sean guipuzcoanos, con obra pública en la capital donostiarra y más conocidos en Gipuzkoa que en la Comunidad Valenciana, apunta a que la muestra de San Telmo superará ampliamente esas cifras, además de que se podrá visitar durante medio año.