Se equivocan: no es el último verano
La Agenda Portátil ·
También fallarán esta vez quienes dicen que en otoño llega el fin del mundo. (Y un recuerdo: cuando repetíamos que la nuestra era la mejor sanidad del mundo)Nadie avisó con fundamento que llegaría la crisis del 2008, ni que una pandemia paralizaría el mundo, ni que la guerra de Ucrania acabaría repercutiendo ... en tu factura de la luz. Vivimos rodeados de estudiosos del futuro pero el futuro siempre llega imperfecto y sin avisar. Ahora nos bombardean con la misma idea: aprovechad este verano porque será el último. Que en otoño vendrán crisis, recortes y tormentas inimaginables. Pero seguro que tampoco esta vez aciertan. Hasta Pedro Sánchez, en su comparecencia vacacional, dijo ayer que no será tan grave. Pero Sánchez es, ya se sabe, militante del optimismo.
Publicidad
Hoy también cerramos la Agenda Portátil por vacaciones. No ha sido un curso fácil. Estos días, por ejemplo, vuelven a salir noticias que corroboran que la Sanidad vasca, esa que acuñamos como «la mejor del mundo», sigue con agujeros. La pandemia fue una cura de humildad para todos: también para los vascos. Siempre pensamos, en un exceso de ombliguismo, que aquí hacíamos las cosas mejor. Y Osakidetza era un ejemplo.
El virus hizo tambalearse los sistemas sanitarios del mundo. Ni los suecos pudieron resistir una guerra mundial sanitaria. Como nosotros no vivimos en Estocolmo, sino en Donostia, el Bidasoa o el Goierri, nos preocupamos por nuestros ambulatorios y hospitales. Ya en los meses más duros fue un aguijón en la autoestima que asturianos o valencianos vacunaran más rápido, aunque en todos los sitios se logró una proeza que sigue pareciendo extraordinaria: apenas unos meses después de que el coronavirus atacara ya estabas en Illunbe recibiendo el primer pinchazo de la vacuna.
Ahora vemos centros de salud sin médicos, esperas de horas en urgencias, llamadas sin respuesta para lograr cita. No es consuelo que en ayusolandia estén peor. Nos amenazan la inflación, la crisis energética y los recortes, pero no se me ocurre emergencia mayor que dotar de recursos a Osakidetza. Sabemos que quienes trabajan ahí son estupendos profesionales, pero el sistema tiene grietas. Y no saben cómo siento escribirlo, veterano admirador por experiencia de nuestra sanidad pública.
Publicidad
Recuerdo cuando se decía que no podían seguir floreciendo facultades de Medicina porque no había sociedad que pudiera absorber tanto médico. Ahora faltan médicos: no quieren venir ni como fichajes de fútbol. Es otro ejemplo de que los adivinadores no aciertan. La vida es como una quiniela: eso la hace más divertida, pero también más incómoda.
Disfruten como si fuera el último verano, pero sepan que no será el último. Mis amigos parranderos suelen decir eso de «diviértete como si fueras a morir mañana, trabaja como si fueras a vivir siempre». Es frase que gusta más a los dueños de bar que a los jefes de personal. La pandemia también enseñó que eso de 'carpe diem' sigue más vigente que nunca. A vivir, que son dos días. Y así cierra curso esta Agenda el año en que 'el papel de Ibaeta', ese que afortunadamente siguen leyendo ustedes, pasó a ser 'el papel de Miramon'.
Publicidad
En voz baja
De Jazz a la Quincena
Ya conocen el meme que se repite año tras año: la imagen de Julio Iglesias diciendo «adiós, os dejo con agosto». Si aquí «café se dice Baqué», como nos enseñaron las campañas publicitarias, el paso de julio a agosto se concreta en el salto del Jazzaldia a la Quincena. Estamos tan acostumbrados a nuestros festivales, con décadas de historia, que no siempre los valoramos. Vemos florecer por ahí otros festivales con apariencia más cool, pero los de Donostia saben reinventarse y ser venerables en tiempo pero jóvenes en actitud. El Jazzaldia ha vuelto a ser fiesta multitudinaria y de calidad, con Iggy Pop como icono del año. Ahora empieza la Quincena Musical, tan solvente. Y el Zinemaldia no para de lanzar avances de lo que llega en septiembre. Es el último verano, dicen, pero seguro que el próximo seguirá habiendo festivales. Y el siguiente, y el siguiente...
Zorionak, gigantes y cabezudos
Vuelve la Semana Grande, tras la pandemia, y vuelve mi plato favorito de las fiestas, los gigantes y cabezudos de Itzurun. Este verano se cumplen 40 años desde su recuperación en Donostia, y 25 desde que se constituyó Itzurun como asociación. La coreografía de los gigantes y el 'miedo' que provocan los cabezudos conjugan el mejor espectáculo festivo. Zorionak.
Publicidad
mezquiaga@diariovasco.com
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión