Retrato de Juan Sebastián Elcano.

Elkano, una ventana para asomarnos a nuestra identidad

Especial Elcano ·

JON IRURZUN

Martes, 6 de septiembre 2022, 11:04

Sucede cada vez que llega el momento de afrontar una efeméride de calado: intereses diversos reclaman para sí el protagonismo y los méritos ocurridos hace ... siglos. Otros, enarbolan la bandera del 'nada que celebrar'. La historia, con sus luces y sombras, es un recurso muy eficaz para asentar y consolidar la visión sobre el futuro. Nuestra mirada al pasado está inevitablemente marcada por la manera en que cada uno de nosotros entendemos y proyectamos el mundo. El pasado, la historia y el relato son cosas diferentes y en la distancia entre ellos intervienen nuestros deseos, intereses y ambiciones, cuestiones que tienen que ver más con el futuro que con el propio pasado. Por eso, coexisten tantos diferentes relatos en torno a un mismo hecho. Elkano y la primera vuelta al mundo no han sido una excepción.

Publicidad

Nada menos que 500 años han pasado desde que el getariarra regresara de aquel viaje y el relato en torno a su figura tiene tanto de controversia como de desconocimiento. No ha sido objetivo de la Fundación Elkano intervenir en lo primero, pero sí atajar –contribuir a reducir, al menos– lo segundo.

A pesar de la magnitud de la efeméride y de sus repercusiones –que han atravesado cinco siglos y cinco continentes–, hace tres años, cuando desde la Fundación iniciamos nuestra actividad, teníamos la certeza de que sabíamos poco sobre este hecho histórico, lo cual ofrecía una ocasión excepcional para aprender. Nos acuciaba, además, una cuestión previa, y compleja, a la que debíamos responder: ¿Qué íbamos a conmemorar? ¿Por qué? ¿Para qué?

Considerar la efeméride desde términos como celebrar, homenajear o festejar limita la capacidad de aprender del pasado y adquirir, de este modo, un conocimiento útil para el futuro. La generación y divulgación de conocimiento ha sido el leit motiv del trabajo de estos años. Quizá alguien haya echado en falta algunos fuegos artificiales, pero nuestra apuesta ha ido por otra senda: la de contribuir a la reconstrucción de un patrimonio inmaterial ligado al mar. Un patrimonio que explique, en parte al menos, quién somos.

Publicidad

Eso no lo explica Elkano por sí mismo, porque es más bien a la inversa: Elkano es fruto de lo que fuimos. Pero hemos podido tirar de ese hilo para ir tejiendo, a partir de la investigación histórica rigurosa, la memoria y el relato de todo un pueblo que se ha desarrollado ligado al mar. A partir de Elkano, gracias a Elkano, hemos tratado de aprender sobre nuestra historia marítima, sobre el contexto socio-económico de aquella época en la que nuestro pueblo fue una potencia marítima, sobre las motivaciones y los intereses de aquella sociedad que fue fundamental para el devenir de la navegación transoceánica.

¿Qué queda hoy de todo aquello? Una mirada a una fotografía de hace 70 años del pueblo natal de Elkano, Getaria, nos muestra claramente cómo ese vínculo con el mar que era la base de toda una sociedad está desapareciendo, tanto a causa de decisiones económicas y políticas, como a hábitos cotidianos de una sociedad. Y diría más, la época de nuestros aitonas y amonas tenía mucho más en común con la época del capitán de la primera vuelta al mundo que con la nuestra, protagonizada por dinámicas sociales que no nos dejan tiempo para repensar el pasado, entender de dónde venimos y así poder orientar el futuro que queremos.

Publicidad

Los 500 años de la primera vuelta al mundo han sido, o así lo hemos deseado, una ventana para asomarnos a nuestra historia y a nuestra identidad. También para mirar de frente a las contradicciones que pueda suscitar este hecho histórico. Porque una sociedad que no atiende sus contradicciones, dudas o dilemas, difícilmente podrá avanzar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad