Eguiguren reivindica la poesía de Bilintx «y el liberalismo guipuzcoano frente al carlismo»
El 'político jubilado' publica 'Bilintx, una historia de San Sebastián', una mirada al bertsolari que fue herido de muerte en el Principal y a la ciudad en plena guerra carlista
Dice que desde que se jubiló de la política activa aprovecha el tiempo para leer y escribir. Jesús Eguiguren (Aizarna, Zestoa, 1954), el socialista ... que jugó un papel fundamental en el final de ETA, es ahora un señor que escribe sin parar y aprovecha para contar historias basadas en sus 'mitos' personales. El miércoles sale a la venta 'Bilintx, una historia de San Sebastián', en la que Eguiguren habla de ese «poeta más que bertsolari, voluntario liberal y a la vez defensor de los fueros, estupendo ejemplo del liberalismo guipuzcoano del XIX», que fue herido de muerte por un proyectil durante la segunda guerra carlista, en 1876, cuando se encontraba en el teatro Principal de Donostia, donde vivía y trabajaba. La calle lateral del teatro se llama Bilintx y una placa recuerda su memoria en una fachada.
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«Desde muy joven sentí admiración por la figura de Indalecio Bizkarrondo, Bilintx, como poeta y también como militante público, un liberal defensor de los fueros», explica Eguiguren. «Curiosamente Bilintx murió el mismo día que se abolieron los fueros, y un periódico donostiarra publicó las esquelas de los dos. Bilintx había sido herido por una bomba lanzada por los carlistas desde Mendizorrotz, y acabó muriendo cuatro meses después, el 21 de julio de 1876».
«Bilintx era un poeta que hablaba de sentimientos. Otros bertsolaris cantaban a los montes y al país»
Cuenta la leyenda que en sus últimos momentos de vida aún tuvo tiempo de cantar unos conocidos bertsos que tantos cantan aún sin saber que Bilintx fue su autor: «Triste bici naiz eta / ilco banintz obe / badauzcat biyotzian», escrito en el euskera de entonces. Como dice Eguiguren, «murió como vivió, con la poesía en la boca». En el libro que ahora presenta inluye buena parte de los bertsos del personaje.
En el teatro con Zapatero
Pero más allá de la propia peripecia de Bilintx, es la Donostia de esos años protagonista de un relato que se presenta como novela. La mayor parte de los sucesos relacionados con Bilintx están basados en la realidad aunque Eguiguren se permite una trama de ficción. «El lirismo de sus descripciones, la fuga de las emociones hacia el paisaje que contempla y admira, esa San Sebastián eterna y actual, dan solemnidad y una magnitud inesperada al relato», escribe Felipe Juaristi en el prólogo del libro, editado por la Fundación Mario Onaindia.
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Aunque el libro no llega a las librerías hasta el miércoles recorremos con Eguiguren, con un ejemplar bajo el brazo, el entorno del teatro Principal, donde empezó el principio del fin del bertsolari, y contemplamos la placa que recuerda al poeta en una de las fachadas. «Bien podría llamarse teatro Bilintx para guardar su memoria», dice.
Bilintx, una historia de San Sebastián
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Autor: Jesús Eguiguren
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Estilo: Novela con base histórica
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Editorial: Fundación Mario Onaindia
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Páginas: 302
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Precio: 20 euros.
Hace unos años el PSE celebró un acto en este mismo teatro Principal con presencia del expresidente Zapatero y Eguiguren contó al dirigente socialista los detalles de Bilintx, «un poeta lleno de símbolos porque nació en la primera guerra carlista y murió en la segunda».
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El expolítico es una fuente de anécdotas sobre el personaje y su tiempo. Posa ante el fotógrafo «aunque yo ya estoy muy visto» y muestra la portada del libro: el dibujo que la ilustra fue realizado por el propio Eguiguren. «Después de jubilarme me dio un tiempo por dibujar. Nunca había dibujado antes. Pero ya pasó: se me acabó la inspiración. Y sí quise hacer un dibujo con colores vivos para contrarrestar la imagen oscura que suele acompañar los viejos retratos de Bilintx».
– ¿Quién le apasiona más, el Bilintx bertsolari o el político?
– Bilintx fue bertsolari, pero sobre todo un poeta. Toca temas no habituales en la bertsolaritza de entonces. Otros hablaban de su amor por los montes o por el país; él, de sentimientos y amor a las mujeres. Y en un precioso euskera donostiarra. Pero también me fascina el Bilintx político, claro, el liberal que murió en la guerra. Si hubiese sido un carlista abatido por los liberales se habrían sucedido las leyendas. Ver a un bertsolari liberal defendiendo a Donostia frente a los carlistas desmonta muchos tópicos.
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Subraya Eguiguren que se han impuesto otros personajes «como el nefasto cura Santa Cruz, que fue un psicópata y un asesino. Arzalluz lo defendía, decía que nunca se había rendido, pero en realidad solo pegó cuatro tiros y se escapó. Santa Cruz fue un personaje negativo en todos los sentidos, falso y cruel».
«Fue un ejemplo de ese liberalismo que defendía los fueros. Murió el mismo día que se abolió el fuero»
Jesús Eguiguren admite que él, criado en un caserío de la Gipuzkoa interior, se siente idenficado con la figura de Bilintx, como con Serafín Baroja, otro ejemplo de donostiarra liberal profundamente enraizado en la cultura popular de su tierra.
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En su novela recuerda cómo fueron los últimos momentos de Bilintx. «Los mikeletes estaban en el frente y los voluntarios de la libertad como él vigilaban los límites de la ciudad. Cuando volvió a su casa en el Principal sonaron las alarmas por un ataque carlista, pero él en vez de ir al refugio se quedó quitándose el uniforme. Una bomba le seccionó las piernas y murió meses después».
En el libro Eguiguren fantasea con la idea que hubiesen salido adelante los intentos de unir a liberales y carlistas guipuzcoanos en defensa de los fueros, y narra cómo fue creciendo Donostia.
«San Sebastián, desde que deribó las murallas, cambió. Pasó de ser un pueblo peculiar dentro de Gipuzkoa a una ciudad como muchas otras. Pero mantendrá para siempre muchas de sus características, como el apego a las festas. Sigue siendo ciudad de kaxkariñas. Yo lo veo mejor porque soy de la provincia. Antes se decía que cuando San Sebastián estaba de fiesta Gipuzkoa estaba en misa, pero eso ha cambiado. Los guipuzcoanos también quieren estar ahora de fiesta».
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«Ya ha cambiado eso de que 'el donostiarra está de fiesta mientras el guipuzcoano está en misa'»
¿Qué fue de aquel cliché de la Donostia liberal frente a la Gipuzkoa carlista? «San Sebastián es una cosa y la provincia es otra. En el ámbito político se mantiene la diferencia, porque Gipuzkoa, salvo los grandes pueblos gobernados por los socialistas, ya no es carlista pero sí muy nacionalista. También ha cambiado Gipuzkoa, que se ha hechomás de disfrutar. Y la provincia ha invadido San Sebastián, lo que ha hecho a Donostia perder parte de su personalidad. Ya no hay donostiarras puros: esto está lleno de guipuzcoanos como yo, bromea».
– Desde su 'jubilación', ¿cómo ve el País Vasco de hoy?
– Lo veo tranquilo, aburrido en el mejor sentido de la palabra. No tenemos las pasiones que hay en la política española, con los movimientos de Podemos o las mociones de censura. Nos hemos convertido otra vez en un oasis de normalidad. Sí es cierto que se mantiene cierta hegemonia nacionalista en el pensamiento: es difícil defender tesis de raigambre liberal porque se ha asumido la visión nacionalista como verdad histórica. Pero también se va avanzando en ese camino. Hay quien piensa que la Guerra Civil fue una lucha de los vascos contra España. Un escolta me decía: si no hubiésemos perdido la guerra carlista contra Franco... ¡Pero si en 1936 los carlistas fueron los impulsores de la guerra y de la bandera rojigualda! Franco quería mantener la republicana, pero los carlistas querían la otra. El 'Cara al sol' lo compuso uno de Zegama, la teoría de la hispanidad la hizo Ramiro de Maeztu basándose en un cura guipuzcoano. Lo vasco impregnó el primer fraquismo, desde la boina roja hasta los himnos.
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«Tengo ya escritas mis memorias, pero sin grandes secretos»
Jesús Eguiguren ha dado rienda suelta a su pasión por escribir. Confiesa que tiene varias obras preparadas, además de este volumen sobre Bilintx que está ya en preventa en varias librerías y podría comprarse a partir del miércoles.
«Tengo un libro con 200 historias curiosas del País Vasco, por ejemplo, otro con mis recuerdos de infancia en el caserío, donde viví hasta los 17 años, y otro más con mis memorias. Ya están escritas», adelanta.
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– Sus memorias suscitan verdadero interés, o directamente morbo, con la intensa actividad política que ha mantenido. ¿Ya ha recibido ofertas editoriales?
– Pues la verdad es que no. Tampoco he contado aún a mucha gente que las tengo terminadas. Y por otra parte tampoco contienen tantos secretos: todo lo mío ya es perfectamente conocido. Siempre he sido partidario de filtrar y contar las cosas. De lo mío ya no me queda nada por desvelar, y de los demás, tampoco sé mucho. La única virtud de mi relato es que soy de los pocos políticos que quedan desde el antifranquismo hasta hoy.
– Bueno, también queda Ramón Tamames, muy de actualidad estos días...
– Vaya locura lo de Tamames.
Eguiguren está relajado con su Coca-Cola en una terraza del Boulevard. Vive sensaciones encontradas: liberado tras su jubilación de la primera fila política pero «aburrido a ratos». «Fue pasar de la intensa actividad, con todo lo que ya se conoce de mi última época, al parón. Cuando pedí ya quedarme sin escoltas tuve que aprender otra vez a desenvolverme en la vida. Estuve en Deusto dando clases de Derecho y ahora vivo ya tranquilo. Escribo, leo... Estoy un poco perezoso para salir a la calle. Lo paso bien cuando vamos en verano a Extremadura: me gustan el sol y el calor».
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