Durangoko Azoka, un escaparate imprescindible para el sector

Además del recinto principal que acoge los estands, Landako Gunea, los visitantes han llenado las áreas más orientadas a la exhibición de creaciones culturales que a su venta. Junto a la consolidada Ahotsenea, este año cabe destacar la capacidad de atracción, proporcional al interés de su programación, que han tenido Irudienea y Szenatokia, dedicadas al audiovisual y a las artes escénicas, respectivamente.

Sin embargo, no fueron los referidos a la actividad de los últimos cuatro días los únicos datos positivos que se pusieron ayer sobre la mesa, ya que la jornada comenzó con la presentación de un estudio sobre el impacto económico de Durangoko Azoka que ha realizado Siadeco a instancias de Gerediaga Elkartea. A la Azoka se le ha reprochado a menudo su resistencia a reflejar en euros contantes y sonantes su innegable relevancia cultural. Y ahora que lo hecho resulta que tiene un impacto económico próximo a los seis millones de euros, de los cuáles casi cuatro corresponden al gasto directo, que se completa con el gasto indirecto (784.772 euros) y el inducido (388.263 euros).

Tal como precisó en la presentación del estudio Juanjo Allur, de Siadeco, en la estimación del gasto realizado por organizadores, titulares de los estands y visitantes destaca la aportación de estos últimos, que el año pasado, edición en la que se realizó el trabajo de campo, gastaron 2,5 millones de euros. Aunque la mayor parte de ese gasto, más de 1,5 millones de euros, lo destinan a la compra de los productos que tenían a su disposición en Landako, también la hostelería y el comercio de Durango se benefician de la Azoka, ya que los visitantes se dejan en ese tipo de establecimientos cerca de 900.000 euros, destinando otros 122.000 al transporte. Como promedio, por lo tanto, cada comprador hace un gasto de 77 euros: 49 en productos culturales -muchos de ellos destinados a los regalos navideños- y 28 en bares, restaurantes y tiendas de la localidad, con claro predominio de los establecimientos de hostelería.

Resulta significativamente menos el gasto que realizan quienes ponen su estand en Landako (665.352 euros) y Gerediaga Elkartea (655.232 euro). En cualquier caso, la presidenta de Gerediaga subrayó el hecho de que, en términos de impacto económico -del que se beneficia tanto el sector cultural vasco como la propia localidad-, multiplican por nueve cada euro de su presupuesto, que este año ha sido de 668.450 euros.

Aunque después de ser durante muchos años la Feria del Libro y Disco Vasco Durangoko Azoka se haya ido diversificando, el libro sigue mandando tanto en presencia como en peso económico. Domina en lo que respecta a las novedades -este año, de las 405 novedades presentadas, 273 han sido libros- y también en ventas, que superan el millón de euros. Ocupa el segundo lugar la música, que se acerca a los 400.000 euros. Es un importe notablemente menor pero, tal como remarcó Allur, «teniendo en cuenta cómo está el mundo de la música lo que ocurre en Durango es algo excepcional». También se venden en Durango juegos, audiovisuales, revistas, materiales para la enseñanza, guías y mapas, objetos de papelería, calendarios..., pero su participación en el total de las ventas es mucho menor.

En cualquier caso, no todos van a Durango a vender. Para muchos, indicó Allur, «es tan importante, en ocasiones más, la visibilidad y el impacto mediático que proporciona estar en Durangoko Azoka, así como el carácter de punto de encuentro que tiene».

No solo son distintas las expectativas; también lo son los resultados económicos. En términos generales, Durangoko Azoka es vital para los productores y las empresas culturales, que de media hacen el 22% de la facturación anual en cuatro días. A medida que se reduce la dimensión de quien lleva sus productos a Durango, aumenta la incidencia en la facturación, que es prácticamente irrelevante en entidades que priman la presencia frente a las ventas.

Un aspecto destacado del estudio, que también aporta mucha información acerca del perfil de los visitantes, es que el efecto de Azoka no se extingue al finalizar con el cierre definitivo de las puertas de Landako, ya que cuatro de cada diez afirman que comprarán entre uno y cinco libros una vez finalizada la Azoka, en tanto que dos de cada diez harán lo mismo con los discos.