Un desayuno con Victoria Abril
LA AGENDA PORTÁTIL ·
Cuaderno del reportero semiamarrado a la mesa: teletrabajo, vacunación a la vasca, una exposición del Festival, un documental y los sueños de ManchesterLa pandemia cumple un año, y nuestros nuevos 'yo', también. Vamos soñando con un progresivo retorno a la normalidad: tan progresivo como la vacunación ... a la vasca, que prefiere el 'slowly', que cantaba Aute, al 'arin arin' de nuestras danzas. A ratos hasta imaginamos que el mundo vuelve a ser el mismo de antes. Hablo de mí porque soy el hombre que mejor conozco: tras meses de teletrabajo hace semanas que he vuelto a mi mesa de este periódico en Ibaeta. Y uno agradece que las cosas vuelvan a su ser, aunque sea con mascarilla y las medidas de seguridad. Dijo alguien que una Redacción es una especie de sujeto colectivo donde las ideas y los titulares fluyen mejor que en la soledad del portátil en casa. Puede ser. Aunque ahora el ruido en la Redacción es menor y aunque tantos compañeros muestren cada día que el teletrabajo puede permitir piezas y coberturas estupendas.
Vuelvo a estar semiamarrado a la mesa, sí, entre salidas para reportajear y noticias que llegan hasta aquí (ayer, ilteralmente; por los pasillos de DV te encontrabas a Luis Tosar, que participaba en el rodaje frente al periódico de 'Maixabel', la película de Iciar Bollaín basada en la viuda de mi admirado Juan Mari Jáuregui).
El jueves, a la misma hora en que visitaba la txikita pero estupenda exposición del Kutxa Kultur de Tabakalera sobre los inicios del Zinemaldia, mi móvil se llenaba de ruido por las declaraciones negacionistas de Victoria Abril en la presentación de los premios Feroz. Recordemos que se le concede un premio de honor por ser una extraordinaria actriz, no por sus conocimientos científicos. Ser Bette Davis no conlleva ser Einstein. En cualquier caso esa coincidencia me evocó los intensos momentos que nos dio la intérprete en sus múltiples visitas al Festival. Recuerdo sus primeras veces (eran también las mías como debutante Tribulete), cuando no había tanto aparataje de prensa y los periodistas desayunábamos en el viejo Okendo con las estrellas, aunque fueran incipientes como ella. Era simpática y malhablada y te volvía loco. «Esto no lo publiques, esto sí; bueno, lo de antes lo puedes contar pero sin dar nombres; vale, da nombres si quieres)». Cada vez que volvía era más 'star' y algún día la veremos con un premio Donostia salvo que sus opiniones de bombero acaben arruinando su carrera. Como actriz merece de sobra el galardón.
En fin. No hablemos de Abril, sino del febrero que acaba y el marzo que arranca. Y de la citada exposición, con una maravillosa treintena de imágenes de los primeros años del Zinemaldia, que se queda corta porque uno desea ver muchas más fotos. Anita Ekberg en el puente internacional de Irun, Marisol por el Victoria Eugenia, Pilar Olascoaga en su despacho o la gran Genoveva Gastaminza entrevistando al actor Manuel Dicenta son algunas de esas joyas.
Cierro el círculo: cuando Genoveva pisaba las viejas redacciones no se hablaba de teletrabajo ni virus. He vuelto a pisar la Redacción de Ibaeta, etcétera, etcétera...
'Non dago Mikel?', un testimonio
Es un documental distinto, triste pero ilustrativo. 'Non dago Mikel?', presentada en su día en el Zinemaldia y estrenada ayer en los cines, recrea aquellos días de 1985 en que Mikel Zabalza desapareció tras ser detenido por la Guardia Civil. Hay testimonios muy duros e imágenes que nos llevan a ese tiempo tan lejano y cercano a la vez. Nuestra realidad es tan compleja como poliédrica, y el documental de Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino lo recuerda.
A ti, que tienes 1 y 101 años
Hace una semana escribí un retrato generacional de quienes estamos en los 50 y somos mayores para la AstraZeneca y jóvenes para la Pfizer. He recibido un aluvión de mensajes de gentes de esa edad (¡gracias!): nada más motivadoro que hablar de nuestras vidas. Un artículo titulado «a ti, que tienes 50 y pico» conecta con mi 'target'. El próximo lo titulo «a ti, que tienes entre 1 y 111» y triunfa en general, sobre todo ahora que hemos descubierto que vivimos rodeados de centenarios.
El teatro de los sueños no existe
Esta semana los expertos en fútbol han vuelto a pensar que soy bobo. La Real llegaba a Old Trafford, el 'teatro de los sueños', con cuatro goles en contra. Su futuro era negro, pero yo, por animar tertulias, recordaba que matemáticamente quedaba al menos alguna posibilidad de remontar. Me miraban como a un idiota y el resultado les dio la razón. Yo deseaba que la Real remontara: por ella y para demostrar, otra vez, que el fútbol ni es ciencia ni es exacta.
mezquiaga@diariovasco.com
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