Cuando la cultura vasca combatió la violencia
La muestra 'El largo y sinuoso camino/Bide Luze eta Maltakartsua' mostrará la conflictiva y larga historia de los creadores vascos que se enfretaron al terrorismo
El Koldo Mitxelena inaugurará el próximo día 4 una exposición del Departamento Foral de Cultura en el Koldo Mitxelena que, en el décimo aniversario del ... alto el fuego definitivo de ETA, recorre cuatro décadas de violencia a través su conflictiva relación con el ámbito cultural vasco. La muestra, comisariada por Aritz Gorrotxategi, Felipe Juaristi y Javier Balda y que toma su título de la canción de los Beatles 'El largo y sinuoso camino/Bide Luze eta Maltakartsua', se estructura en ocho grandes bloques, denominados 'muros'.
Audiovisuales, tráilers de películas, cartelería política, pegatinas, artículos de prensa, libros y fotografías conforman esta muestra, cuyo objetivo es desmontar -o al menos, matizar- el extendido discurso de la pasividad de la sociedad vasca frente a ETA. «Queremos mostrar que, si bien es cierto que hubo sectores de la cultura que bailaron al son del terrorismo y su entorno, también hubo un proceso de deslegitimación de la violencia desde el mundo de la cultura», explica el diputado foral, Harkaitz Millán.
Aunque la producción cultural vasca desde finales de los setenta hasta 2011 es la protagonista de la exposición, están presentes también materiales no estrictamente artísticos que los comisarios de la muestra utilizan para contextualizar los hechos relatados.
'Kalera atera/Salir a la calle'. El apartado dedicado a los movimientos sociales que se enfrentaron a ETA -de Gesto por la Paz a Elkarri-Lokarri, pasando por Denon Artean, Basta Ya, Foro de Ermua o la AVT-, protagoniza esta primera sección que sirve de introducción. Ahí se exhibirán fotos de la primera concentración de Gesto por la Paz, la cabecera de la manifestación que recorrió Portugalete en 1978, el cartel que Jorge Oteiza realizó en 1987 tras el asesinato de Yoyes y el de Eduardo Chillida para la manifestación 'Paz ahora y para siempre' celebrada en 1989 en Bilbao.
Los datos
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Objetivo Recordar las vivencias del pasado y homenajear a quienes desde la cultura deslegitimaron la violencia
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La exposición
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Título 'El largo y sinuoso camino/Bide Luze eta Maltakartsua'.
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Comisarios Aritz Gorrotxategi, Felipe Juaristi y Javier Balda.
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Lugar Koldo Mitxelena.
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Fechas Desde el 4 de noviembre hasta finales de enero.
'Hitzez hitz hitz/Palabra por palabra'. El segundo bloque se divide en dos secciones, la primera de las cuales recoge textos de autores que denunciaron, rechazaron o cuestionaron la violencia: Bernardo Atxaga, Ramon Saizarbitoria, Jokin Muñoz, Raúl Guerra Garrido, Fernando Aramburu, Luisa Echenique, Xabier Lete, Anjel Lertxundi, Edurne Portela, Xabier Lete, Idoia Estonés o Juan Kruz Igerabide, entre otros. «Entre estos textos -señala Aritz Gorrotxategi-, destaca el fragmento del poema 'Josepa Mendizabal Zaldibian' (1974), en el que Gabriel Aresti, pionero en la literatura vasca, se centra en el daño que causan los etarras a sus madres con sus asesinatos. Nos parece un texto paradigmático».
La segunda parte rinde homenaje a los escritores que sufrieron directamente las consecuencias de la violencia, a través de los ataques a la librería Lagun -con varios libros manchados de pintura-, el incendio de la farma de Raúl Guerra Garrido y el intento de reventar el homenaje a Gabriel Celaya en el Ayuntamiento de Hernani -con una fotografía de Amparo Gastón abrazada al busto del poeta-.
'Soinua eta isiltasuna/Sonido y silencio'. La música es la protagonista del tercer bloque, centrado en los diferentes conciertos por la paz que se organizaron a lo largo del tiempo. Este muro recoge imágenes y recortes del prensa del concierto organizado por Imanol en Donostia el 5 de noviembre de 1989 bajo el lema 'Contra el miedo', así como del celebrado en 1995 en el estadio de Anoeta -con algunos audiovisuales- y el que tuvo lugar en Madrid en 1997 en homenaje a Miguel Ángel Blanco. También está presente el que ofrecieron en agosto de 2006 en la playa de La Zurriola Mikel Laboa, Bob Dylan y Macaco. En este apartado, la ausencia de referencias a fenómenos como el rock radical vasco obedece, según los comisarios, a la intención de los comisarios de centrarse en aquellos creadores que se desmarcaron o se enfrentaron a ETA.
Varios carteles y accesorios -como los realizados por Chillida, Basterretxea y Ugarte, y una camiseta diseñada por este último-, así como letras de canciones de Lete o Pantxoa eta Peio completan este apartado, en el que también se incluyen aspectos relacionados con el bertsolarismo. Ahí se enmarca el testimonio de Ekaitz Goikoetxea que, camino de un bertso-saio, escuchó en la radio que ETA había matado a Isaías Carrasco. «En el saludo del evento cantó un bertso en memoria del fallecido y se hizo un incómodo e inusual silencio en la sala porque en ese mundo siempre se aplaude -cuenta Gorrotxategi-. Al final del acto, uno de los espectadores se acercó a él, quejándose acerca de 'qué necesidad' había de cantar sobre eso. A lo que Goikoetxea respondió que le sorprendía que sólo él hubiera cantado sobre este tema, y que todos deberíamos tener la 'necesidad' de cantar sobre eso». Además, se recogen los bertsos que Matxain publicó en El Diario Vasco el 7 de julio de 1982 en homenaje al entonces niño Alberto Muñagorri, herido por una bomba de ETA.
'Gogoa agerian/Voces al descubierto'. La exposición recupera también los manifiestos «más significativos» publicados en las últimas décadas, entre ellos, el pionero de los 33, firmado el 27 de mayo de 1980 por escritores, pensadores y artistas vascos como Aita Barandiaran, Koldo Mitxelena, Julio Caro Baroja, Chillida, Juan San Martín, José Ramón Recalde, Gabriel Celaya, Idoia Estornés, Agustín Ibarrola, Nestor Basterretxea o Martin Ugalde. También figura el publicado por diversos agentes de la cultura vasca el 21 de septiembre de 2000 por Atxaga, Lurdes Auzmendi, Andoni Egaña, Pedro Miguel Etxenike, Juan Kruz Igerabide, Anjel Lertxundi o Lourdes Oñederra.
En este punto, Aritz Gorrotxategi destaca el audiovisual que recoge la intervención Oñederra en la Fundación Fernando Buesa, en el vigésimo aniversario del asesinato del dirigente socialista y su escolta. «Es un reconocimiento sincero, cualificado y emotivo de lo que ha ocurrido en torno a la violencia, especialmente dentro del ámbito nacionalista». El visitante también podrá leer el editorial de Mariano Ferrer en el diario Egin del 29 de noviembre de 1977, en el que se condenaba el uso de la violencia.
'Besteari begira/Mirando al otro'. Los procesos negociadores que los distintos gobiernos entablaron con ETA centran el quinto apartado de la exposición, con los libros como 'La lucha hablada', de Egoitz Gago y Jerónimo Ríos, y 'Nanclares vis a vis', de Humberto Unzueta, o el documental 'El fin de ETA', de Justin Webster.
'Oztopoen horma/Muro de los obstáculos'. Ya en el sexto bloque se realiza un repaso a episodios como los sucesos de Montejurra, la matanza de Vitoria o los sanfermines de 1978, algunos atentados de ETA, el caso de Lasa y Zabala e imágenes de kale borroka.
'Eskutik eskura/Pasos adelante'. El itinerario de la muestra entra su recta final con el reverso del bloque anterior; un apartado dedicado a los mensajes positivos que da cuenta de los encuentros entre víctimas y victimarios, recogidos principalmente a base de noticias de prensa, pero también de carteles de jornadas y películas o de libros. Además del cartel de 'Maixabel', está presente el documental 'Zubiak', de Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas, o diversos elementos iconográficos con el protagonismo del paraguas, «convertido ya en símbolo de la memoria» por José Ibarrola y, sobre todo, por la portada de la novela 'Patria'.
'Pantailak-Pantallas': La exposición se cierra con una colección de carteles de películas de distintas épocas que abordaron, de una forma u otra, el conflicto vasco, y un apartado especial centrado en el programa satírico de Euskal Telebista. 'Vaya semanita'. Finalmente, se incluye el vídeo con el discurso de José Luis Borau durante la gala de entrega de los Goya de 1998, en el que condenó la violencia y mostró sus manos pintadas de blanco.
«Se habla de pasividad, pero también hubo quien se opuso al terrorismo»
El diputado foral de Cultura, Harkaitz Millán, afirma que «el objetivo de esta exposición es demostrar que, más allá de ocio, la cultura también puede servir para transmitir conciencia crítica». En este sentido, señala que «durante el medio siglo de existencia de ETA, en el ámbito cultural, como en todos los demás, ha habido un poco de todo. Es verdad que ha habido escritores y creadores que han bailado al son de ese mundo, pero también es justo reconocer que siempre hubo otro sector que sirvió de dique de contención y rearme moral de la sociedad vasca».
A juicio de Millán, «cuando se dice que hubo una gran pasividad, está bien recordar que desde la cultura también hubo quien se opuso al terrorismo y sufrió las consecuencias personales, como fue el caso de Imanol». El diputado foral de Cultura cree necesario «traer al presente que en ese caldo de cultivo violento, la cultura se ha movido, al igual que la sociedad vasca, de diferentes formas».
Millán destaca la complicada labor de recopilación de materiales que ha entrañado esta exposición, que se inaugurará el 4 de noviembre y permanecerá abierta hasta finales de enero o principios de febrero, en función de cuándo comiencen las obras de reforma del Koldo Mitxelena.
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