La cultura «ha brillado a gran altura» este verano en San Sebastián
El alcalde y los responsables de los pincipales eventos culturales, muy satisfechos con los resultados de una apuesta arriesgada
A medida que han ido cerrando sus respectivas ediciones, Jazzaldia, Quincena Musical y Zinemaldia han ido realizando balances claramente positivos, que podrían resumirse en una frase que ha repetido un par de veces el director del acontecimiento más reciente, el Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, en la comparecencia que los responsables de los principales eventos del verano cultural donostiarra y guipuzcoano han compartido con Eneko Goia: «Hemos salido vivos».
Además de vivos, están muy contentos con los resultados artísticos de las actividades que se han desarrollado sin incidentes reseñables desde el punto de vista de la salud y sin afectaciones económicas relevantes. Y, sobre todo, muy satisfechos por haber hecho hace exactamente cinco meses, el 29 de abril, en una reunión presidida por el alcalde en la que participaron otros muchos agentes culturales de la ciudad, una apuesta arriesgada, «seguir adelante con la actividad cultural prevista».
«Fue una decisión importante», ha afirmado Eneko Goia, destacando que había muchas razones para «no interrumpir la apuesta a favor de la cultura». Entre otras, razones económicas, «ya que la cultura es un motor económico en la ciudad y nos pareció que, además de ayudar al sector, la aportación más importante que podíamos hacer era mantener a actividad cultural».
En ese sentido, el alcalde de San Sebastián se ha referido a una «apuesta de ciudad, porque Donostia ha demostrado que la cultura está en su ADN» en la que el Ayuntamiento ha realizado una inversión de cuatro millones de euros y los ciudadanos han respondido «con una importante participación, y entendiendo las limitaciones y las incomodidades» derivadas de la aplicación de los protocolos Covid-19. «Ha merecido la pena complicarnos la vida», ha afirmado el alcalde, quien ha destacado también que el hecho de ser una de las primeras ciudades en abrir sus equipamientos culturales y en mantener sus grandes citas «nos ha dejado un saber hacer que nos servirá en adelante».
4-0 a la pandemia
Los responsables de los tres grandes festivales que, junto con la intensa programación de Donostia Kultura, han copado la actividad cultural veraniega en la ciudad, han coincidido en su valoración con el alcalde. También han resaltado la programacion de verano de Donostia Kultura, así como el apoyo que el organismo municipal y su personal –con mención especial para sus responsables político y técnico, el concejal Jon Insausti y el director Jaime Otamendi– ha prestado al resto de las manifestaciones.
El primero fue el Jazzaldia, y a su director, Miguel Martín, le ha correspondido recordar en primer lugar cómo se desarrollo el festival de la pandemia, «el primer festival internacional de jazz, y uno de los muy pocos del mundo que se ha celebrado de manera 100% presencial». Martín ha destacado el valor simbólico de la decisión de seguir adelante, así como de recuperar como escenario y corazón del Jazzaldia la plaza de la Trinidad, y ha ensalzado el «nivel artístico extraordinario» de una edición en la que han tenido mucho peso los artistas locales. El director del Jazzaldia ha vinculado esa «excelencia artística» a la emoción con la que subieron al escenario todos los músicos, que en la mayoría de los casos lo hacían por primera vez en meses«. Emoción compartida por un público que se volcó, tanto siguiendo los conciertos en directo como por streaming, canal en el que alcanzaron la cifra de 57.000 espectadores.
También ha sido «muy buena la calidad artística» de una Quincena Musical que ha ofrecido algo más de la mitad de los conciertos de una edición 'normal' -49 frente los 85 habituales-, y que ha apostado igualmente por el talento de casa «inyectando al sector más de 500.000 euros en contratos». Su director, Patrick Alfaya, ha defendido que «lo público tiene la responsabilidad de demostrar que se podía hacer, que la cultura es segura, y desde lo público teníamos que invertir en el sector de las artes escénicas». El público, por su parte, también ha respondido, llenando la práctica totalidad de los conciertos que se ofrecieron, «la mayoría de ellos de pequeño formato, para poder adaptarnos mejor a la situación».
La experiencia más reciente ha sido la que ha compartido José Luis Rebordinos, que junto con todo su equipo gestiona todavía las colas de la última edición del Zinemaldia. Aun a riesgo de ser tomado por «un pelota», Rebordinos ha remarcado que «vivimos en una ciudad en la que la clase política apuesta por la cultura». «No es casualidad que hayamos salido vivos de este follón», ha dicho. Ganando por goleada, además, ya que ha contado por goles las experiencias de éxito: «Jazzaldia, 1-0; el verano de Donostia Kultura, 2-0; Quincena Musical, 3-0, y el Festival, 4-0».
La calidad artística de las propuestas que han llegado a San Sebastián -«esta edición será también recordada por algunas de las películas que se han visto», ha dicho; la buena respuesta de los 60.000 espectadores y de los profesionales y la colaboración entre todas las instituciones implicadas, con especial mención al Gobierno Vasco, han sido los aspectos que ha destacado el director de Zinemaldia. En el plano económico, aunque las cuentas están sin cerrarse, todo parece apuntar a que van a cuadrar los gastos y los ingresos y vamos a quedar a cero, salvando también de ese punto de vista la edición más complicada, cuyo presupuesto se redujo en casi dos millones de euros, de 8,8 a 7, «haciendo muchos recortes sin que se notara». «No ha habido problemas serios, no ha pasado nada, y eso es importante para los que vengan por detrás, pero el día que pase no nos tenemos que hundir, sino intentar solucionarlo y seguir adelante», ha concluido, con la mirada ya puesta en la Semana de Cine Fantástico y de Terror.