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Cuatro toros y dos torerillos contra las nubes
Última novillada ·
Tras el hermoso éxito del festejo del día de San Roque, el triunfo de la tarde de ayer en la cuadrada de Deba fue precisamente, que se celebróTodo el mundo que no dejaba de mirar hacia el Arno para intentar adivinar si las nubes traían lluvia, si se alejaban hacia el interior ... o si se colgaban encima de la plaza, sabía que la novillada del 18 de agosto no iba a ser tan brillante, luminosa y vistosa como la de 16, cuando el Santo Patrón de la villa envolvió a los toreros, a los toros salmantinos de Puerto de San Lorenzo y la Ventana del Puerto, a los aficionados en general y a los socios (y por fin, ¡socias!) de Ozio Bide, sociedad de 'bon vivants' máximos cuya Tamborrada cumple este 2022 75 años. Lo sabíamos todos. Hasta la presidenta del festejo Mari Reyes Galdona. Le cedió los atributos de su jerarquía el presidente de la jornada del martes. Él era Txema Vitoria y tuvo el placer y el honor de ordenar la vuelta al ruedo del segundo novillo, que fue bueno, bravo y de lindas hechuras.
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Todos sabían en Deba que este jueves no se diría 'Desde Talavante nadie ha toreado así en esta plaza', frase pronunciada por un aficionado de ley refiriéndose a Cristiano Ricardo, alumno de la escuela taurina de Salamanca, donde acabará licenciándose cum laude, fijo. Fue histórica la novillada del 16. También el encierro por la mañana, con uno de los toros corriendo por los abiertos de la calle. Se golpeó a la tarde en la plaza contra la madera pero mantuvo recia la embestida.
Todos sabían que la del 18 no sería como la del 16. Hasta los dos aprendices de 'Latin Kings' que se buscaban en plan malote frente al bar Atozte mientras el torero vitoriano Pedro Andrés, que recién se había hecho con el trofeo llamado 'La Almendra de Oro' de Briviesca, se vestía de berenjena y oro en la casa Etxeberria del 1 de Itur kale, allí donde en la reciente historia de Deba, siempre han descansado los vaqueros que traían el ganado.
No, no iba a ser la segunda como la primera. Por mucho que sus seguidores no parasen de alabar la mano izquierda que tiene Nabil el Moro, ese chico cuyas coordenadas geográfico vitales forman un triángulo entre Pamplona-Tánger y Olivenza. Nabil El Moro, vistióse de bermellón y oro y fue asistido en su mala tarde por gente de mucho conocimiento. Manolo Reyes mató desde el burladero a su primero tras un espantoso lío, reglamento taurino de por medio, y Asier Etxaniz porfió también con sus dos bichos,'Velosico' y 'Fardero', bien plantados y encastados.
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No, no iba a ser la fiestadel 18 como la del 16. Lo sabía la ganadera, Lucía Fraile. Aunque los del martes y los del jueves lucieran con orgullo el mismo hierro y la misma divisa. No es otra que la que exhibirán, con el mismo poderío, los seis toros que se lidiarán el 26 en Vista Alegre. Porque Deba es tanto Deba que cata antes que Bilbao la casta de las reses. Lo sabía Lucía por más que no ignorase que 'Velosico', 'Fardero', 'Malvarrosa' y un segundo 'Fardero' eran bichos cuajados, bien hechos, complicados y complejos. También supo de sus abrochaditas y rebrincas maneras el sobresaliente Daniel Sánchez que dejó las muñecas desmayaditas en algún quite. Pero todos sabían que en la del 18 el triunfo sería que fuera. Que pudiera suceder. Porque llovía. Y azotaba el viento. Y no no fue buena tarde. Pero fue. Y Pedro salió a hombros.
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