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Con la muerte de Verónica Echegui desaparece una actriz con una mirada única forjada desde el instinto. GORKA ESTRADA

Fallece a los 42 años Verónica Echegui, la actriz que incendió las pantallas con 'Yo soy la Juani'

La intérprete, que acudió en numerosas ocasiones al Zinemaldia, ganó un Goya como directora del cortometraje 'Tótem loba'

Iker Elduayen y Jesús Falcón

San Sebastián

Martes, 26 de agosto 2025, 02:00

Verónica Echegui no pidió permiso. Nunca lo hizo. Ni siquiera cuando vistió aquel chillón chándal amarillo de Bershka para incendiar la pantalla con 'Yo ... soy la Juani', por expresa orden de Bigas Luna. Tampoco lo hizo años después, cuando, ya convertida en actriz consagrada e incómodamente libre, exigía a gritos –sin alzar la voz– que los Goya la mirasen de frente. Finalmente, lo consiguió, aunque no como actriz, pese a sus cuatro nominaciones. En 2022, subió al escenario con los ojos enrojecidos y el pulso firme para recoger el cabezón al Mejor Cortometraje de Ficción por 'Tótem loba'. Allí besó a su pareja, Álex García, mientras, en un arranque de ternura y coraje, le espetó al presidente Pedro Sánchez que no tenía excusa para no ver su corto. Fue ovacionada. No por provocadora, sino por ser, como siempre, ferozmente ella.

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Verónica Echegui falleció este pasado domingo en Madrid, a los 42 años, víctima de un cáncer y tras varios días hospitalizada. Se despide una habitual en todas las pantallas y también una creadora que nunca se rindió a la inercia ni a la tibieza, y que mucho menos pasó jamás desapercibida. Lo suyo era decir, aunque costara; vivir, aunque doliera. Y así logró transformar la herida en relato.

Echegui mostró desde niña una clara vocación por la actuación. Tras finalizar el instituto, ingresó en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de la capital. Sus primeros pasos en la pantalla fueron con pequeños papeles en series de televisión como 'Una nueva vida' en 2003 y 'Paco y Veva' en 2004, antes de debutar en el cine con el cortometraje 'Cerrojos' en 2004.

Autenticidad

El verdadero despegue de su carrera llegó en 2006 con su papel protagonista en la película de Bigas Luna, 'Yo soy la Juani'. Bigas Luna, conocido por descubrir talentos como Penélope Cruz y Javier Bardem, eligió a Echegui entre 3.000 actrices, destacando su autenticidad al presentarse a la prueba con un chándal amarillo de Bershka, «perfecto para encarnar al personaje». Esta interpretación le valió su primera nominación a los Premios Goya como Mejor Actriz Revelación en 2007 y el Premio Sant Jordi a la Mejor Actriz en película española.

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Madrileña de nacimiento –hija de madre vasca, según reveló en múltiples entrevistas–, Echegui hablaba con emoción contenida de sus raíces. Descendiente del dramaturgo José Echegaray y Eizaguirre (1832-1916), primer español en recibir el Premio Nobel de Literatura en 1904, que era a su vez hijo de aragonés y de guipuzcoana, natural de Azkoitia. «Toda mi familia materna es vasca, lo que pasa es que andan desperdigados por España», contó Echegui, cuyo verdadero nombre era Verónica Fernández de Echegaray.

En 2006 protagonizó 'Yo soy la Juani', de Bigas Luna, que eligió a la joven actriz entre 3.000 aspirantes

Quizá por eso Donostia fue siempre algo más que una bonita ciudad y un festival en su carrera. Fue territorio íntimo. En 2008, con solo 25 años, pisó por primera vez el Festival de Cine de San Sebastián. Competía en la Sección Oficial con 'El patio de mi cárcel', de Belén Macías, donde interpretaba a una yonqui con un talento visceral para el teatro. Ese mismo año presentó también 'La casa de mi padre', del donostiarra Gorka Merchán, que ayer lamentaba su pérdida y recordaba aquel proyecto: «Qué suerte la mía, la de haber encontrado en Verónica esa chispa que se volvió llama en nuestra película. Dirigirla fue un privilegio, gracias Vero por cada instante de trabajo, por recordarnos que el verdadero arte es dar sin medida».

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Un estreno 'doble'

En una entrevista concedida a este periódico durante aquellos días, Echegui irradiaba ya la complejidad que la definiría siempre. Hablaba con pasión de su personaje en el filme de Macías, al que se «aferró tanto como a la Juani», y confesaba la contradicción de interpretar a una madre que, pese a amar profundamente a su hija, seguía eligiendo la marginalidad: «Ella se niega a aceptar quién es y prefiere arriesgarse. Es una niña, pero con calle», contaba.

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Verónica Echegui en el Festival de Cine de San Sebastián de 2022, edición en la que presentó 'Historias para no contar', dirigida por Cesc Gay. I. Royo

Al día siguiente se presentaba su otra gran película de 2008, 'La casa de mi padre', que narraba el regreso de una familia vasca exiliada en Argentina tras amenazas de ETA. «Es importante porque los dos lados se expresan con libertad. Lo que quiere decir el director es que en ambos lados hay sufrimiento, que todos arrastramos una mochila. Pero en el fondo, somos personas», se atrevió a decir en una de sus declaraciones previas a la proyección, donde, orgullosa, lanzó: «Aquí se me escucha de otra forma».

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Se puso a las órdenes del donostiarra Gorka Merchán en 'La casa de mi padre' sobre una familia amenazada por ETA

Ese era el sello Echegui: ir con la verdad sin maquillaje. Fue, y siempre será, la Juani, que puso en su sitio a un entonces debutante Dani Martín en su fugaz paso por el cine; aunque también brilló en 'Katmandú, un espejo en el cielo', o en 'La gran familia española'. Cruzó fronteras con 'Fortitude', y destacó en comedias como 'No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas' o bailó al ritmo de Raffaella Carrà en 'Explota, explota', que también se proyectó en el Zinemaldia. A Echegui no le interesaba gustar, sino contar. Dar cuerpo a las contradicciones. Abrazar el caos humano con una entrega que desbordaba la pantalla.

Su impacto no se limitó a la gran pantalla; la actriz también tuvo una notable presencia en televisión. Participó en series como la británica 'Fortitude' (2015-2017), 'Apaches' (2017), 'Trust' (2018), 'Días de Navidad' (2019), '3 Caminos' (2021) e 'Intimidad' (2022), rodada en Euskadi con la productora guipuzcoana Txintxua Films, por la que fue nominada a Mejor Interpretación Femenina de Reparto en Miniserie o Teleserie en los Premios Platino.

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Y cuando actuar ya no bastó, también dirigió. Se puso al otro lado del set para asumir los mandos de 'Tótem loba', un ajuste de cuentas con un pasado que no quiso olvidar, y que, lejos de querer dejar atrás, decidió convertir en cortometraje. Un título duro, en el que introdujo su habitual mirada feminista, que narraba cómo los ritos culturales pueden convertirse en violencia simbólica. Lo hizo para no callarse más. Para que otras tampoco callaran.

En el último festival

Tras presentar la cinta coral 'Historias para no dormir', de Cesc Gay, volvió al Zinemaldia en 2022, antes de su última visita el pasado año para la proyección de 'Justicia artificial'. Presentó 'Estepas', un cortometraje distinguido en el programa de Audi, y desplegó una vez más su elegante porte, que combinaba con su intimidad creativa, y confesó su deseo de «conocer a más diseñadores vascos».

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Lo hizo con esa sencillez feroz que la caracterizaba, y pisó las instalaciones de los cines Sade sin estridencias, sin quitar protagonismo a su trabajo, pero siempre reclamando un espacio donde fuera escuchada —y amada— desde la verdad.

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