Emancipación femenina tras el 'baby boom'
San Telmo Museoa inaugura la exposición 'Women are Beautiful' con 85 imágenes que retratan el nuevo rol de las mujeres en los años 60, tomadas por el artista Garry Winogrand
En la moda previa a la década de los 60 no era habitual ver bikinis con estampados 'animal print', vestidos escotados o blusas traslúcidas de ... malla. Tampoco lo era encontrar a una mujer que no cruzara las piernas al sentarse o que se ofreciera a encender el cigarrillo de un hombre. Y, sin embargo, cuando toda aquella transformación social se produjo para acabar de romper clichés, allí estuvo Garry Winogrand (Nueva York, 1928-1984) para inmortalizarlo con su cámara. La nueva exposición 'Women are Beautiful' que presenta el Museo San Telmo hasta el 29 de enero recoge 85 imágenes del fotógrafo estadounidense, pertenecientes a la colección privada de la donostiarra Lola Garrido, que retratan la emancipación de la mujer y su nuevo rol en la sociedad de los años 60 y 70.
«Es una colección que me ha dado muchas satisfacciones», explica la coleccionista, «aunque algunos la han tildado de machista. La primera vez que se exhibió en Niza se sorprendieron mucho porque la sala estaba llena de hombres». Pero aunque se trate de una mirada sobre las mujeres a través del objetivo de un hombre «al que además le gustaban las mujeres», para Garrido prevalece el fondo de unas imágenes que hablan por sí mismas de una época en la que comenzaba la revolución sexual. «Durante la segunda ola del feminismo, las mujeres salían a la calle y hacían lo que creían que debían hacer. Estas escenas reflejan la absoluta liberación de la mujer».
Fotografías en las que se aprecian singulares posturas, cuchicheos y cierta sugestión en las formas de relacionarse. Tardes de lectura bajo un árbol, actitudes desafiantes, bailes en fiestas, baños nudistas y unas nuevas rutinas mucho más allá del hogar o de detrás de un escritorio, que también se expresan en una manera de vestir, de peinarse, de maquillarse. Durante los últimos coletazos del 'baby boom' y con la píldora anticonceptiva ya en los dispensarios, salía a la palestra la insatisfacción de muchas mujeres ante la perspectiva de ver reducidas sus aspiraciones personales y profesionales. Las que retrató Winogrand «son dueñas, no víctimas de él».
Topografía del alma
La serie 'Women are Beautiful' refleja aquello que también comenzaba a emerger tímidamente a este lado del Atlántico y a lo que, por ejemplo, Concha Velasco puso letra en su popular 'Chica ye-ye'. No era más que el desamor de la mujer tradicional frente a la trepidante chica moderna, que bailaba con el pelo alborotado y ya empezaba a cantar en inglés. Esa mujer aparece en muchas de las fiestas que fotografió Winogrand, y en los coqueteos de los que era testigo la barra de un bar. Igual que en los rostros sorprendidos de caballeros trajeados que se giran a mirar de reojo a dos chicas de la mano, o al cruzarse con una joven que no lleva sostén.
El nudismo en las playas, la extrema delgadez como canon de belleza para la 'upper class', la inclusión social de la mujer negra y la foto de una chica que sale a la calle con su maletín y con los rulos aún en el pelo, «despreocupada del qué dirán». Aunque la imagen elegida para el cartel de la exposición la protagoniza una mujer «liberadísima y contenta, con un helado en la mano que parece un símbolo fálico, y frente a un escaparate que contrasta con ese traje de corte clásico».
Garrido no duda en detenerse frente a una imagen que refleja a seis mujeres sentadas en un banco. «Esta es mi favorita», dice. A un lado un señor de traje lee un periódico mientras dos de ellas ojean algo por encima de su hombro. En el otro extremo del banco, una de ellas conversa con un joven afroamericano, mientras las tres chicas que se encuentran en el centro del cuadro murmuran algo entre risas.
«Da la sensación de que estuvieran posando para la foto, pero Winogrand podía pasarse toda una mañana frente a ese banco hasta que sucediera algo». Además, luego tenía el atrevimiento de acercarse para conseguir ese relato topográfico del alma, lo que sentía esa mujer desde dentro».
'El príncipe de las calles'
Es por ello que el neoyorkino se convirtió en uno de los grandes renovadores de la fotografía norteamericana del siglo XX, representante del nuevo estilo que abrió los caminos de la 'street photography'. «Por algo le llamaban 'El príncipe de las calles'», cuenta Garrido, «hizo de su profesión su vida. Era un 'workaholic' que fue dando salida a la fotografía contemporánea, esa que es más cercana al realismo sucio».
La coleccionista donostiarra admite que compró estas obras hace más de 35 años porque «pensé que una colección de una mujer tenía que incluir mujeres. La fotografía era un género muy democrático porque era barato y así consiguieron destacar artistas como Julia Margaret Cameron o Dorothea Lange, pero muchas de ellas tuvieron que renunciar a formar una familia para poder compatibilizar su pasión».
La muestra podrá visitarse desde este sábado hasta el 29 de enero en horario de 10 a 19 horas, de martes a domingo. Asimismo, el próximo 20 de diciembre (19 horas), Lola Garrido ofrecerá una conferencia bajo el título 'La trilateral del gusto. Aproximación al coleccionismo y la economía del arte', con entrada libre hasta completar aforo.
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