Un nuevo centro muestra los tesoros arqueológicos del castillo de Amaiur

Amaiur cuenta desde ayer con un centro arqueológico en el que se muestran los hallazgos que ha ido realizando un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi a lo largo de quince años de excavaciones en el castillo de esta localidad del Baztan, restos que ayudan a comprender cómo vivieron y lucharon en ese emplazamiento de enorme valor histórico.

Tras visitar lo que queda del castillo, situado en la parte alta de Amaiur, autoridades, vecinos y visitantes participaron en la inauguración del centro. El acto estuvo protagonizado por el historiador e investigador Pello Esarte, como reconocimiento a su larga trayectoria en la investigación de la historia del valle del Baztan y de Navarra, y por la viuda de Jimeno Jurío, Elena Aranguren. Ambos descubrieron la placa colocada en el exterior del recinto.

También estuvo presente Joseba Otondo, alcalde de Baztan, que destacó el trabajo en Auzolan realizado por los vecinos, muy implicados en el proyecto junto a la Sociedad de Ciencias Aranzadi. El alcalde jurado de Amaiur, José Urrutia; la Presidenta de Gaztelu Elkartea, Ainhoa Varela; Jokin Otamendi, presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y Juantxo Agirre-Mauleon, arqueólogo director de la excavación y secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, además de algunos parlamentarios de Navarra, completaban la presencia institucional y social. No faltó un aurresku de honor, ni la intervención del grupo coral local Gaztelu Taldea.

El centro arqueológico de Amaiur tiene una superficie de 150 metros cuadrados y se sitúa en una casa solariega en la calle principal de la localidad. En la exposición se puede visualizar cómo era aquel castillo medieval, ya citado en el siglo XII, rodeado de una primera muralla con sus cinco torreones y de una segunda muralla con dos torreones más.

En las vitrinas se pueden ver además restos metálicos como puntas de flecha y de ballesta; apliques decorativos de la vestimenta de los soldados; fragmentos cerámicos de vasijas y restos de clavos de sus estructuras de madera; una gran punta de lanza, monedas... También se han recuperado en las excavaciones numerosos proyectiles, grandes bolas macizas de hierro, de más de 14 kilos cada una.

Todo ello da una visión de la vida cotidiana de las guarniciones que custodiaron el castillo. Habitualmente no solían superar los veinte soldados, aunque en momentos de conflictos bélicos la guarnición podía aumentar considerablemente.

Durante la invasión castellano-aragonesa de Navarra, entre 1512 y 1522, el castillo fue objeto de grandes obras de ampliación. Amaiur fue el último castillo del actual territorio de la Comunidad Foral de Navarra que resistió a los conquistadores, que apenas un mes después de tomarlo lo inutilizaron mediante la colocación de minas explosivas.

En la muestra destaca la reproducción de una puerta blindada con planchas de hierro. La original fue regalada por los conquistadores al Señor de Ursua, como reconocimiento a su colaboración, y este la trasladó hasta su Casa Torre Jaurgizarrea, en Arraioz, donde todavía se puede ver.

No obstante, la pieza más espectacular es la denominada 'Espada de Amaiur', que apareció junto con fragmentos de proyectiles y objetos de la época. «Lo normal es que este tipo de piezas desaparezcan, pero esta apareció completamente cubierta por grandes piedras de sillar y de mortero. Tipológicamente, se trata de una espada de la segunda mitad del siglo XV», explicó Juantxo Agirre.

Al ampliarse el castillo se construyó también un nuevo aljibe, que se conserva en el yacimiento y de cuyo fondo han salido objetos como el cubo de madera y hierro que se utilizaba para extraer el agua, dos puntas de lanza con baño de plata, un kaiku de madera y tinajas para transportar el agua. Un último bloque del centro expositivo se dedica a la memoria escrita de la historia del castillo de Amaiur.