Ver fotos

La exposición muestra más de 100 fotografías y 5 extractos de películas, del trabajo realizado por el fotógrafo húngaro BALENCIAGA MUSEOA

Balenciaga, a través de la cámara de Tom Kublin

El museo de Getaria abre la exposición 'Tom Kublin para Balenciaga. Una colaboración inusual, que permanecerá abierta hasta el 16 de octubre

r. korta

Viernes, 10 de junio 2022, 11:16

El Museo Balenciaga inaugura la exposición 'Tom Kublin para Balenciaga. Una colaboración inusual' que reúne por primera vez una selección con más de 100 fotografías y 5 extractos de películas, del trabajo realizado por el fotógrafo húngaro para Cristóbal Balenciaga durante más de dos décadas de colaboración.

Publicidad

La muestra incluye fotografías de diseños confeccionados con sedas de Abraham por encargo de la casa suiza, fotografías artísticas publicadas por 'Harper's Bazaar', 'Jardin des Modes' y 'Town&Country', y su trabajo interno para la casa Balenciaga. Además, muestra, por primera vez, fotografías no publicadas, pertenecientes a la colección de Maria Kublin, hija del fotógrafo. La muestra, comisariada por Ana Balda y la propia Maria Kublin, cuenta con la colaboración de los Archivos Balenciaga de París, el Museo Nacional de Suiza y el Museo de Diseño de Zúrich.

Los responsables del museo getariarra remarcan que esta exposición pone de relieve «la trascendencia del trabajo de Tom Kublin para Balenciaga, tanto con fines documentales como artísticos, y la importancia de su obra fotográfica y fílmica en la configuración de la imagen de la marca Balenciaga».

Tom Kublin (Zalaszentgrot, Hungría, 1924-1966)) tuvo una corta pero intensa vida profesional en el campo de la fotografía de moda. Tras la invasión soviética de Hungría, decidió emigrar a Zúrich, donde abrió un estudio fotográfico y entabló relación con la firma sedera Abraham, proveedora de la alta costura parisina, a través de la que a mediados de los años 50 conoció a Cristóbal Balenciaga.

Para revistas de moda

Los comisarios de la muestra han explicado durante la presentación de la muestra que en esos años el arte de la fotografía había empezado a presentar la moda desde perspectivas y marcos que, en ocasiones, «diluían el protagonismo del arte de la creación de moda —es decir, de su capacidad innovadora y técnica— en las páginas de las revistas».

Publicidad

Por el contrario, Tom Kublin realizó para algunas prestigiosas cabeceras de moda, fotografías de diseños de Balenciaga que mostraban, sin distorsiones, el gusto y la pericia del modista. Además, la casa Balenciaga, como era costumbre en el sector de la alta costura parisina, solía documentar con fotografías los diseños de las colecciones por razones de protección de su copyright. Tom Kublin realizó también este tipo de imágenes por encargo del modista.

Presentación de la muestra y algunas de las imágenes de Tom Kublin en el Museo Balenciaga. BORJA LUNA

A partir de comienzos de la década de 1960, este trabajo de documentación se amplió con la filmación de las colecciones de Balenciaga.

Publicidad

La primera sala de la muestra reúne una colección de fotografías de diseños del modista, confeccionados con sedas suizas de Abraham, realizadas por encargo de la compañía para documentar su aportación a la alta costura parisina. Se exponen también fotografías publicadas en la prensa que, desde 1956, siguieron un patrón inusual. En contra de la práctica habitual, que consistía en que las editoras de moda seleccionaran los modelos de las colecciones que querían publicar, y a los fotógrafos que iban a fotografiarlos, Balenciaga proporcionaba, salvo casos excepcionales, fotografías de los diseños que le interesaba publicitar. Tom Kublin fue el encargado de realizar aquellas fotografías

Protegiéndose de la piratería

Como quiera que la piratería ya era un problema acuciante en la moda a mediados de los años 50 y «se había acentuado, especialmente en los Estados Unidos, y afectaba seriamente a Balenciaga», el modista preservaba fotografías de sus diseños. Las modelos posaba para Kublin de frente, de espalda y, en ocasiones, de perfil, portando el número del diseño en la mano. Así, se dejaba constancia de las características de cada creación y, en caso de que fuera necesario, podía demostrarse la autoría de Balenciaga.

Publicidad

El fotógrafo del modisto getariarra también realizó fotografías artísticas de los modelos que Balenciaga quería compartir con la prensa. «Solían ser, generalmente, los diseños que había vendido con licencia de reproducción, y que iban a estar a la venta en distintos establecimientos de lujo. Era la forma de promocionar a sus compradores de licencias, al tiempo que protegía de la piratería los modelos más exclusivos», han explicado los comisarios de la exposición.

'Tom Kublin para Balenciaga. Una colaboración inusual' también la proyección de fragmentos de películas en blanco y negro y en color, así como de anuncios televisivos, como el del perfume Le Dix de Balenciaga, que se proyecta en la segunda sala de la muestra. Se proyecta, además, un valioso documento: una breve filmación de Kublin a Cristóbal Balenciaga, en la que se aprecia al modisto trabajando en ultimar su colección de invierno de 1965, antes de su presentación.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad