Las fotografías de José Brunet reflejan la llegada de la modernidad a Donostia

La exposición 'Aurrera eginez-Progresando', que se inaugura en el Koldo Mitxelena el viernes, es una ventana que se abre al futuro donostiarra, pero al futuro de hace más de 120 años, a la modernidad. Las fotografías que en el último tercio del siglo XIX realizó un fotógrafo amateur, pero de gran calidad, el empresario y concejal José Brunet Bermingham (1836-1891), sitúan al espectador ante los cambios que San Sebastián sufrió entonces, recién derribadas las murallas, cuando la sociedad se abría a nuevos terrenos, pero también a cambios tan radicales como la llegada del tranvía, del agua corriente a las casas, del gas primero y luego la electricidad, la desaparición de la diligencia en favor del ferrocarril y la conversión en ciudad balneario.

La muestra, que podrá visitarse hasta el 30 de julio, está comisariada por Lola Horcajo Calixto y Juan José Fernández Beobide. Ambos describen con verdadero entusiasmo cómo dieron con este tesoro que hasta ahora no ha sido expuesto al público. Un amigo común les puso en contacto con Joaquín Mencos Doussinage, marqués de la Real Defensa, propietario de esta colección heredada de su familia. Los negativos de cristal, que superan los 2.000 -1.000 son de Brunet y el resto de sus descendientes que también fueron grandes aficionados a la fotografía, principalmente su hijo Ubaldo de quien también se exponen algunas instantáneas-, se conservan en perfecto estado en el Archivo General de Navarra. En Donostia se exhiben un centenar de imágenes, más algunos documentos y un vídeo con más material. Todo ello se complementa con un catálogo que tiene un afán didáctico. 'Aurrera eginez-Progresando', está organizada por el Departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa en colaboración con Fomento de San Sebastián.

Para Lola Horjajo se trata de una exposición marcada por la suerte, «no solo por encontrarnos con esta maravilla, sino principalmente por haber tenido un testigo en la persona de Burnet, que apostó por la modernidad tanto desde su faceta empresarial como por su afición a la fotografía. Hay momentos y lugares que estaban documentados, pero de los que hasta ahora no había imágenes. Cuando ves la foto se convierte en algo veraz y permite traer el pasado al presente».

Tres grandes fotografías reciben al visitante. Una de ellas presenta a Flora, la hija del empresario, en su casa de la Avenida de la Libertad con la calle Churruca, señalando con un dedo, como si indicara el camino hacia el futuro. A la izquierda, tomada en 1920, muestra a un grupo de obreras en la fábrica Tejidos del Pirineo en Tolosa, como un reflejo de uno de los cambios más significativos de entonces: la incorporación de la mujer al mundo laboral. La tercera es de 1872 y capta el antiguo puente de madera de Santa Catalina en el año que se inauguró el nuevo de piedra, una de las grandes aspiraciones que hasta entonces había tenido la ciudad.

Sin un recorrido obligatorio para seguir la historia de la ciudad y de su expansión, las fotografías se agrupan en cuatro grandes bloques. El primero de ellos, 'La sala familiar', recoge momentos de la vida de los Brunet, de ascendencia catalana que llegaron a San Sebastián a finales del siglo XVIII. Tuvieron numerosos negocios como la primera fábrica de papel continuo en Tolosa (1842) y una empresa de botellas de vino en Ondarreta. Además tuvieron la Banca Brunet, fueron miembros de la Compañía del Tranvía e impulsaron el casino.

Otro gran apartado es el de 'La ciudad en transformación', con imágenes de la Donostia que surgía tras el derribo de las murallas y cuando el debate era si debía centrarse en la actividad comercial y turística o, por el contrario, apostar por la industria. Brunet ilustró con su cámara el surgimiento del Ensanche Cortázar, cómo aparecían los primeros hoteles, -como el Gran Hotel María Ezcurra-, se construía el Boulevard por donde se implantaba la costumbre de pasear y se celebraban los carnavales. Entre otras fotografías destacan aquellas que reflejan cómo se levantaban edificios como el mercado de San Martín, la catedral del Buen Pastor o el palacio de la Diputación.

La tercera zona es la sala 'Fomento', con la construcción del Casino, ahora sede principal del Ayuntamiento. También hay imágenes del 'Tranvía de sangre', porque era tirado por mulas, que llegaba hasta Pasajes que recibió los grandes barcos una vez desechada la idea de que el puerto donostiarra abarcara prácticamente toda la bahía con la consiguiente desaparición de las playas.

El último gran bloque habla de 'La transformación de la sociedad'. El cambio está reflejado con la incorporación de las mujeres al mundo laboral tras la primera industrialización que supuso las primeras concentraciones de obreros en las fábricas, sobre todo de manufactura. En el caso de los Brunet, era una fábrica de tejidos e hilados en Lasarte-Oria (1848). Las fotografías de mujeres lavanderas, hilanderas o trabajadoras viviendo juntas porque sus casas se encontraban lejos da fe de esa época.

En la presentación de 'Aurrera eginez-Progresando', que ha tenido lugar esta mañana, el diputado de Cultura, Harkaitz Millán, ha señalado que «la selección tan magnífica que podemos disfrutar refleja la sociedad guipuzcoana y donostiarra del importante periodo entre 1865 y 1891. Fueron unos pocos años en los que nuestra sociedad cambió radicalmente». Por su parte, la segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián y responsable de Fomento, sociedad que cumple ahora 120 años de su fundación, ha comentado que «la exposición muestra el avance de la ciudad gracias al impulso político de los ayuntamiento y la energía emprendedora de los donostiarras, todo ello aunado en una figura como la de José Brunet que fue concejal y empresario».

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