«Hemos aprendido de la lucha feminista a través de la música»
Belako, Sara Zozaya, Maren y Ainhoa Larrañaga se reúnen hoy en el Victoria Eugenia para celebrar el Día de la Mujer con Gure Ahotsak
El objetivo, subraya Donostia Kultura, es «poner en valor el trabajo de las músicas jóvenes». En la segunda edición de Gure Ahotsak participarán dos ... voces nuevas, la bermeotarra Maren y la donostiarra Ainhoa Larrañaga: una prepara su primer disco, 'Margaritas y lavanda', y la otra acaba de debutar con 'Eskuminak'. Mayor experiencia tienen Sara Zozaya, otra donostiarra que ha comenzado ya a desgranar su reválida, el EP '(I)', y los vizcaínos Belako, que en mayo lanzarán 'Plastic Drama', su cuarto trabajo. Este periódico ha reunido a las cinco protagonistas de la jornada –también tocarán sus acompañantes masculinos– para una charla sobre su experiencia como mujeres músicas.
– ¿Qué les parecen iniciativas como Gure Ahotsak?
– Cris Lizarraga (Belako). Son necesarias, pero esperamos que no se queden en la parte superficial de las cosas. Nos hace ilusión estar aquí pero siempre da miedo ser partícipe de un lavado de cara. No queremos que sea así, sino que tenga un impacto real y no sea algo organizado sólo por y para esa fecha.
– ¿A qué se refiere?
–Cris L. A que puede ser más o menos fácil hacer una apelación a la desigualdad con una iniciativa que visibilice a las mujeres sobre el escenario, pero detrás de él también hay muchas que lo sujetan, que hacen que suene y se vea: técnicas de sonido, de luces, promotoras... Todas las que mueven la industria musical. A nosotras sólo nos ha pasado una vez estar en un festival y que todas las trabajadoras fueran chicas, y fue en el Empower Music Fest de Fuenlabrada, que está orientado a eso, así que no refleja la realidad.
– Lore Billelabeitia (Belako). Fue muy triste llegar allí y que nos sorprendiera ver a tantas tías currando, pero estamos acostumbradas a que sólo haya hombres. Hay compañeras que cantan o tocan instrumentos, sí, pero a pie de escenario o en las mesas de luz y sonido apenas hay mujeres. Con suerte, en festivales de 200 trabajadores hay una o dos currando en el escenario.
– Sara Zozaya. Y da la sensación de que cuando ven a una técnica de luces en un festival, los hombres la tratan como si fuera parte precisamente de una cuota.
– Cris L. Ya, piensan que está ahí porque tiene que estar y no porque sepa hacer su curro.
– Hablando de cuotas, ¿son partidarias de establecer cupos femeninos en festivales y programaciones culturales?
– Maren. A mí al menos me gusta que me contraten por mi talento y no por ser mujer. Estas iniciativas son una oportunidad, pero no quisiera que su finalidad fuera llamar a mujeres para que quede 'bonito' en el cartel, sino porque lo hacen bien.
– Cris L. Ojalá las cuotas no fuesen necesarias, pero sirven para desmentir a muchos festivales que alegan que contratan más hombres o grupos con personas 'cisgénero' y no racializadas porque de lo otro no hay.
– Maren. Sí que hay, esa excusa ya no vale.
– Cris L. Esas cuotas también pueden servir para mostrar referentes, pero también ocurre una cosa. En el último Primavera Sound se les llenaba la boca hablando de lo paritario que era el cartel y Rrucculla (Izaskun González) contó que tuvo que esperar dos horas para hacer la prueba de sonido, que le trataron con condescendencia al insinuar que no podría tocar la batería y sus otros instrumentos a la vez...
«Siempre da miedo ser partícipe de un lavado de cara; estas iniciativas deben tener impacto real»
Cris L. y Lore B. (Belako)
«Después de tocar se me acercó un tío y me dijo: 'No lo has hecho mal'. Y me dio un chupachups»
Sara Zozaya
– A ustedes les habrán sucedido cosas similares...
– Cris L. Cuando empezamos creíamos que nos trataban con condescendencia porque éramos muy jóvenes, pero nos dimos cuenta de que era un rollo paternalista dado por el hecho de ser tías.
– Lore B. Nos jodía un montón que viniera el típico técnico dos veces mayor que nosotras y se empeñara en llevarnos la contraria en algunas cosas que teníamos muy claras. «Hazme caso y hazlo así, que llevo 40 años en esto», nos decían.
– Cris L. O que te lleven los bultos porque se supone que tú no puedes. Eso sigue pasando.
– Lore B. Una vez escuché que un técnico quería saber algo sobre el bajo y uno de los chicos del grupo le dijo que me preguntara a mí, que soy la bajista. No vino y, en su lugar, le preguntó a mi otro compañero. Yo decía: «¿Pero me vas a preguntar en algún momento? ¿O acaso soy tonta?» Me pone de los nervios porque parecen dar por hecho que soy estúpida o no sé hacer mi trabajo...
– Cris L. Piensan que no eres relevante en tu curro.
– Lore B. ...y que me lo hacen todo, que yo sólo voy allí a poner mi cara bonita.
– Sara Z. Hace poco toqué yo sola en un sitio porque mis compañeros no podían. Al terminar se me acercó un tío a decirme: «Oye, pues no lo has hecho mal». Y me dio un chupachups.
– Todas. ¿Perdona? ¿Qué?
– Sara Z. Sí, sí, fue muy heavy: me quedé en shock sin reaccionar.
– Lore B. Da rabia porque luego piensas en las mil cosas que podrías haber respondido, pero como en el momento parece una película, no te lo crees...
– Hace cuatro años tuvo mucho eco una carta en la que Cris denunciaba el machismo de cierta prensa musical, que a menudo cosificaba a la mitad femenina de Belako... ¿Han cambiado las cosas desde entonces?
– Cris L. Por un lado, está guay que parte de aquella crítica se haya quedado vieja porque hay debates ya superados, pero por otro, parece que hay medios que se han aplicado el cuento para no sonar tan bestias, cuando al final los contenidos son más de lo mismo. Sabemos quién es el periodista carca, el que escribe de modo más rancio, pero igual es más peligroso que en espacios más 'progres', jóvenes y modernos, se sigan perpetuando ciertas desigualdades, Volvemos a lo de antes: muchas veces se hace un lavado de cara con las cuotas y las cosas cambian sólo en un plano superficial.
– Lore B. Es maquillaje.
– Cris L. O 'pinkwashing', como lo llaman ahora.
«Me gusta que me contraten por mi talento y no por ser mujer y hacer 'bonito' en el cartel»
Maren
«No me puedo quejar de los chicos de mi banda, pero me tratan como una niña cuando no lo soy»
Ainhoa Larrañaga
– ¿Cómo es la relación con los hombres que les acompañan en sus grupos?
– Ainhoa Larrañaga. Yo acabo de empezar en la música, tengo 19 años, y en mi grupo somos tres chicas y dos chicos. Ellos son mayores que yo, tienen más experiencia, y siento que me arropan para que todo vaya bien. Son la hostia, no me puedo quejar, pero a veces parece que no me toman como alguien que sepa o pueda aprender. Si me ven liada con temas de facturación, me dicen: «Tranquila, ya te lo hago». Y yo debería responder: «¡No, déjame cagarla!». De lo contrario, no voy a aprender en la vida, y yo lo que quiero es seguir creando canciones. Me siento muy afortunada por tenerles cerca, pero creo que al ver que soy pequeña me tratan como una niña cuando no lo soy.
– Lore B. Tienen que aprender a ayudarte, pero cuando tú se lo pidas.
– Cris L. Eso es, tienen que dejar que te equivoques y hagas lo que te dé la gana: tú voluntad es igual que la suya aunque ellos tengan rabo y 20 años más que tú. Me parece importante señalar una cosa. La experiencia vital de nuestros compañeros hombres como músicos es radicalmente distinta por tocar con nosotras. Josu toca en Belako y Lukiek, y parece que cierta gente asume que Lukiek, por ser un trío íntegramente masculino, es rock más duro que Belako (cuarteto paritario), cuando en realidad, en Belako podemos ser más crudas en oscuridad y dureza.
– Lore B. Si hay chicas en un grupo, el estereotipo dicta que hacen música más suave.
–Sara Z. Yo toco con dos chicos, y uno de ellos, Antxon, siempre utiliza el 'nosotras' al hablar en nombre de grupo. Hay una conciencia, y en parte toco con él por eso, porque es alguien que comprende la situación y lo demuestra con sus actitudes.
–Cris L. Sé que no es el caso de tu grupo, pero algunos utilizan el lenguaje inclusivo y hablan en femenino para ponerse una especie de careta cuando luego no son capaces de construirse a niveles más profundos.
–Sara Z. Hasta quitarme la venda de los ojos, yo me sentía sólo una voz, y fue Antxon quien me animó a hacer también los solos de guitarra. No es que intentara ayudarme, es que daba por hecho que yo podía tocar igual que él y, de hecho, en el disco que estoy presentando he grabado yo todas las guitarras, algo impensable hace unos años. También es importante recibir ayuda de tu equipo.
– Maren. Yo estoy empezando, suelo tocar sola y el centro de mi proyecto somos mi ama y yo. Todo lo que he conseguido es gracias a nuestras cabezas, que son dos cabezas de mujer. El productor es hombre y siempre me ha escuchado: da su opinión, pero respeta mi criterio. Grabar ha sido un aprendizaje para todos y han entendido mi visión, han aceptado mi mundo sin tener en cuenta si tengo 17 años o si soy un chico o una chica.
–Cris L. Recuerdo que al principio nos rayaba que nos preguntaran a Lore y a mí cómo nos sentíamos al ser chicas en el grupo porque nosotras siempre lo hemos planteado como un proyecto entre iguales. Poco a poco vas siendo consciente de la importancia que tienen las cosas: por fin entendemos que lo personal es político, que tu testimonio es igual de válido que el de cualquier otra persona... Hemos aprendido de las desigualdades y de la lucha feminista a través de nuestra experiencia, que es la música.
– Ainhoa L. Yo escribí en mi habitación una canción despechada y cuando empecé a enseñarla todo el mundo me decía: «¡Qué feminista!» Y todo porque hablaba de una situación de dependencia que me daba mucha rabia, la de una persona que había sido un cabrón conmigo. Para mí sólo era un desahogo de tres minutos y hasta que no lo saqué a la superficie no me di cuenta de que estaba usando la música como reivindicación.
El concierto
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Artistas Gure Ahotsak.
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Lugar Teatro Victoria Eugenia (Donostia).
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Día y hora Hoy (20.00).
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Sarrerak 18 euros.
– ¿Les resulta tedioso ejercer de conciencia femenina?
– Cris L. Una vez que adoptas una postura crítica, se te exige que te posiciones siempre. A veces sentimos esa presión sobre nosotras, sí. Es como si tuviéramos encima una lupa que observa todo lo que decimos: tenemos que pronunciarnos y, encima, hacerlo bien. A veces te sientes mal porque al hablar de ciertas cosas parece que estás mordiendo la mano que te da de comer y parece que debemos pleitesía a los medios sólo por aparecer en ellos, pero mientras haya machismo, tenemos derecho a criticarles, creo. También pienso que deberíamos relajarnos un poco y entender hasta qué punto tenemos una responsabilidad. Igual no tenemos que ser adalides de la verdad y de la justicia continuamente.
– Lore B. Yo hablo por los codos, pero nunca me ha gustado hacerlo en público ni dar discursos. No estoy cómoda, pero me siento obligada porque al final somos músicos, tenemos un micrófono en la mano y, lógicamente, no vamos a cambiar el mundo, pero si alguien está escuchando, es mejor decir cosas que te importan a decir cosas que no vayan a ningún lado.
– Sara Z. En todo no puedes acertar pero la coherencia es sentirte libre.
– Lore B. Como personaje público, es difícil medir constantemente tus palabras . Hay frases que pude decir hace 10 años y me parecen supermahcistas, y hoy digo cosas que dentro de un tiempo me parecerán increíbles. Es cuestión de aprender.
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