Ana Laborde, junto a la talla del apóstol Santiago antes de su restauración, en 2018. Miguel Muñiz

Ana Laborde, Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2024

La donostiarra recibe la distinción por la restauración del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago

R. Korta

Miércoles, 2 de octubre 2024, 15:52

La restauradora donostiarra Ana Laborde ha sido galardonada con el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, correspondiente al año 2024, por su ... trabajo en la coordinación de la restauración del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela. Un proyecto que, en una entrevista concedida a este medio en 2018, definió como «el sueño de cualquier restaurador». El premio, concedido por el Ministerio de Cultura, está dotado con 30.000 euros.

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El jurado, por unanimidad, ha reconocido «su destacada contribución a la conservación y restauración del patrimonio cultural, sus enfoques innovadores en el tratamiento de materiales pétreos, su compromiso con la colaboración institucional a través de su trabajo con organismos nacionales e internacionales y la difusión del conocimiento a través de numerosas publicaciones especializadas y acciones formativas».

Asimismo, han señalado que su experiencia para el planteamiento metodológico de los trabajos y el establecimiento de criterios rigurosos de restauración «se ha puesto de manifiesto en actuaciones sobre bienes patrimoniales del máximo nivel de protección y reconocimiento como Patrimonio Mundial».

Imágenes del pórtico en su reapertura en 2018.

Laborde nació en San Sebastián en 1958 y es licenciada en Geografía e Historia, especialidad de Prehistoria y Arqueología, por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid (1978) especializada en proyectos de conservación de materiales pétreos. En 2011 asumió la dirección del proyecto la restauración de esta joya del Románico europeo, cuyo autor, el Maestro Mateo, lo completó el 1 de abril de 1188. «Ha sido un privilegio», apuntaba en 2018. Después de casi diez años oculto a los ojos de los peregrinos y visitantes que llegaban al templo, la labor coordinada por Laborde devolvía al pórtico su máximo esplendor.

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Tratamiento conservador

La restauradora ya apuntaba entonces que el quipo tuvo «ciertos temores» porque el público pensara que se había perdido mucha policromía. Ante las dudas lanzó un mensaje claro: «se ha hecho un tratamiento muy conservador y respetuoso, se ha recuperado lo que había, sin añadir nada, y esto a veces no suele ser fácil de comprender».

Ana Laborde, en los trabajos de restauración en 2011.

Un trabajo que marcó un hito en la carrera de Laborde por la relevancia de esta obra y la dificultad técnica que suponía su recuperación con un equipo interdisciplinar y que seis años después ha resaltado el Ministerio de Cultura con el premio otorgado este miércoles.

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