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Laborde: «Este proyecto es el sueño de cualquier restaurador»
La experta donostiarra ha coordinado la restauración del Pórtico de la Gloria. En 2011, asumió la dirección del proyecto para recuperar esta obra del Maestro Mateo en la catedral de Santiago
Durante casi diez años, el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela ha permanecido oculto a los ojos de los peregrinos y visitantes que llegaban al templo. Casi una década ha durado la restauración de esta joya del Románico europeo, cuyo autor, el Maestro Mateo, lo completó el 1 de abril de 1188. Más de 800 años después, las imágenes que componen el pórtico lucen en su máximo esplendor, gracias al minucioso trabajo de los equipos de restauración, que han sido dirigidos por la donostiarra Ana Laborde. Esta restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural de España, asumió la dirección del proyecto en 2011 y se siente «muy orgullosa» por haber podido participar en un proyecto de esta magnitud. «Ha sido todo un privilegio, el sueño de cualquier restaurador», admite.
El jueves se presentó el resultado final de esta intervención y el lunes se celebró el acto de inauguración oficial. Ana Laborde reconoce que estos días se siente algo «abrumada» por la repercusión mediática de la noticia pero «muy satisfecha» y «emocionada» por el resultado del trabajo, «porque ha gustado a todo el mundo». La restauradora señala que el equipo tenía «ciertos temores» porque el público pensara que se había perdido mucha policromía. «Se ha hecho un tratamiento muy conservador y respetuoso, se ha recuperado lo que había, sin añadir nada, y esto a veces no suele ser fácil de comprender», suscribe.
Desde que comenzaron los primeros estudios en 2009, 120 personas han trabajado en el proyecto entre investigadores y restauradores. Durante estos años Ana Laborde ha viajado «muchísimo» a Santiago de Compostela, incluso ha tenido épocas en las que «casi me he quedado a dormir en la propia catedral», cuenta. «Mi labor ha consistido en ser enlace entre la gente del laboratorio que estaba en Madrid y los que trabajaban en la obra».
Han sido 50.000 horas de minucioso trabajo y una inversión que ha superado los seis millones de euros, costeados por la Fundación Barrié. La restauradora donostiarra reconoce que ha habido «mucha comprensión» por parte de las instituciones hacia los tiempos que necesita una obra de conservación, porque «hasta que no te enfrentas a una obra no sabes el tiempo que te va a llevar el trabajo». En el caso del Pórtico de la Gloria, asegura que estaba en una situación «crítica», con los materiales en un estado de degradación muy avanzado, por lo que el trabajo ha sido «lento» y «minucioso».
En este punto, destaca la «apuesta por la investigación» que existió desde el principio del proceso. «En una primera fase se dedicó mucho tiempo al estudio de cada escultura, a las distintas capas de color, al estado de conservación de los materiales... Ha sido una oportunidad para conocer su historia». Además de coordinar todo el proceso de la restauración, el Instituto del Patrimonio Cultural de España, donde esta donostiarra trabaja desde 1986, también ha prestado el apoyo analítico de sus laboratorios. «Hemos contado con un equipo multidisciplinar muy amplio, con técnicos de nuestro instituto y de otras entidades. Los investigadores han venido mucho a la obra y se han evaluado in situ las cosas. Hemos recurrido a todas las técnicas que necesitábamos para resolver los problemas porque en un monumento de esta envergadura hay distintos problemas y había que aplicar distintos tratamientos dependiendo del sitio».
Una vez concluida la labor de investigación, se realizó un diagnostico que permitió redactar la propuesta definitiva para la intervención. En 2015 se completó el montaje del andamio que ha ocultado el pórtico hasta hace unos días, y se comenzó a intervenir directamente sobre los materiales, una tarea que se tuvo que «reajustar» continuamente. «La situación era cambiante y variada según las zonas. Algunas partes estaban muy afectadas por la humedad, otras tenían más policromías, y el tipo de granito era diferente».
Visitas ordenadas al pórtico
La intervención ha confirmado la existencia de tres policromados al óleo, más de lo que en un principio se pensaba que podía haber. «Nos encontramos ante un pórtico gris, oscuro y plano, pero cuando se comenzó a examinar con microscopios la superficie y a coger muestras ya empezamos a vislumbrar los diferentes extractos de color». De la primera policromía, con decoración medieval, se conservan bastantes vestigios; la segunda data del siglo XVI y coincide con las primeras modificaciones de la portada exterior; y la tercera policromía, la más visible en la actualidad, es del siglo XVII.
Los compostelanos y visitantes que quieran contemplar el restaurado Pórtico de la Gloria tendrán que esperar hasta el 27 de julio para poder hacerlo. Será entonces cuando se ponga en marcha el programa de visitas públicas al monumento, que se realizarán en grupos reducidos de 25 personas y sin posibilidad de reserva. Con esta medida la Fundación Catedral de Santiago quiere garantizar las necesarias medidas de conservación preventiva que protejan las imágenes del pórtico e impidan un nuevo deterioro.
«A partir de ahora es necesario cuidar y mimar la obra, porque si no llegaríamos a la misma situación de la que hemos partido. Nosotros hemos actuado tanto en los materiales como en el entorno, tratando de estabilizarlo, y ahora hay que mantenerlo», señala Ana Laborde. Para ello se ha elaborado un protocolo de mantenimiento y cada tres meses se realizará un aspirado «para que no se acumule mucho polvo».
Las visitas serán gratuitas y el público accederá desde la escalinata monumental de la plaza del Obradoiro, por riguroso orden de llegada, entre las 8.00 horas y las 22.00 horas –durante los actos litúrgicos se interrumpirá el acceso–. Antes de entrar en el espacio del pórtico, el grupo podrá ver una proyección sobre su arte, historia y restauración, y una vez en el interior, podrán permanecer un máximo de 15 minutos contemplando esta joya del románico. Sin embargo, en determinadas circunstancias, principalmente relacionadas con la presencia de altos niveles de humedad o exceso de calor, el espacio se cerrará al público.
Este plan de ordenación de las visitas se mantendrá hasta otoño, cuando comiencen a acometerse las labores de restauración en el interior de la Catedral, que concluirán en 2021, el próximo Año Santo. Estos trabajos obligarán «encapsular» el Pórtico de la Gloria para evitar filtraciones de polvo que afecten a la obra. Todavía no se ha determinado el modelo que se implantará entonces, aunque se permitirá continuar con las visitas ordenadas.