Amaneció en Donostia, que no es poco

En 1982 vino al Festival con su primera película, 'Pares y nones', protagonizada por Antonio Resines (¿recuerdan aquel personaje empeñado en «pintar cuadros grandes, muy grandes»?) en línea con la nueva comedia madrileña del momento. Años después recordaría que un periodista le preguntó a bocajarro «qué hace en este Festival la secuela de la secuela de 'Ópera prima'», en referencia a la de Fernando Trueba, pero Cuerda no se amilanó. Siguió haciendo cine y siguió viniendo a Donostia. En 1999 trajo 'La lengua de las mariposas' con Fernando Fernán Gómez y quienes estuvimos en aquella rueda de prensa la vivimos como una divertida celebración de la inteligencia.

Cuando estrenó 'Tiempo después', hace dos años, se intuía que sería su última película. Vino rodeado de una troupe que dejaba pequeña la de Almodóvar. De Arturo Valls a Joaquín Sabina, de Blanca Cuesta a Joaquín Reyes, arroparon a Cuerda en unos días que tuvieron mucho de «premio Donostia alternativo», porque los artistas, el Festival y la gente le brindaron ese galardón sin estatuilla que es el cariño. Él estaba encantado, aguantaba con gusto que todo el mundo le espetara frases de 'Amanece' y sobre todo lo de «contingente y necesario». Él podía hacer lo que quería porque fue el amigo albaceteño de Faulkner y Dostoievski.

Cuerda se fue esta semana y Kirk Douglas, otro 'amigo' donostiarra, también. Nos quedan sus pelis: no es poco.

Siempre decía que en la portería de Atotxa aprendió nociones sobre las tres dimensiones que le resultaron fundamentales a la hora de idear sus esculturas. Eduardo Chillida fue portero titular de la Real Sociedad durante catorce jornadas en la temporada 1942-43, hasta que un choque con el jugador del Valladolid Fernando Sañudo le obligó a retirarse del fútbol. «Si llega a seguir jugando habría sido luego entrenador del Hércules o el Elche y quizás nos hubiésemos quedado sin artista», solía repetir Pilar Belzunce.

Chillida y Chillida Leku son algunos de los protagonistas del festival Korner, que empieza mañana en San Sebastián y se prolonga toda la semana que viene. El día chillidiano será especial: además de Luis Chillida y Fernando Golvano interviene Eusebio Leránoz, que fue portero de la cantera realista y se dedicó luego, apartado de los focos, a asuntos de patrimonio y cultura, todo un personaje por descubrir por el gran público.

Donostia Kultura y la Real Sociedad promueven una programación basada en una estupenda idea (el encuentro del fútbol y la cultura) y que contará con José Luis Garci, Santi Cañizares, Luis García Montero o Manuel Vilas, entre otros. Una alineación de lujo, como la txuri urdin que firmó el jueves la gesta del Bernabéu. Por cierto, aupa chicas realistas: mañana, a por la Supercopa. Ellas también suman fútbol y cultura.

Para cantera, la del Basque Culinary Center. Esta semana el centro ha reunido a un centenar de jóvenes talentos de la gastronomía española en unas jornadas diferentes y divertidas, con la nadadora Ona Carbonell como agitadora y la humorista Eva Soriano como contrapunto de tantas salsas. Pero a la vez los alumnos de último curso idean estos días sus 'cenas fin de carrera', en las que tienen que imaginar un menú y un concepto y servirlo. Me tocó ser 'jurado' de uno de los grupos y disfruté con el entusiasmo de estos chavales, que ahora se expanden por el mundo, de Japón a Tolosa, de Brasil a Barcelona. El BCC sigue siendo una factoría de talentos que los lugareños no siempre valoramos.

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